Era una de las finales más esperadas porque se medían el campeón en Pekin 2008, el americano LaShawn Merritt, el sorprendente, en su momento, campeón de Londres 2012, el granadino Kirani James y el actual campeón del mundo el año pasado, el surafricano Wayde Van Niekerk.
Se esperaba que los 3 estuviesen en un pañuelo, por de bajo de los 44 segundos, sin embargo Van Niekerk no estaba por la labor. Saliendo por la calle 8, sin referencias, iba primero en el 200, en el 300 y en la recta final iba aumentando su diferencia sobre los otros 2 atletas. Al llegar a meta, nadie podía creerlo 43,03! Record del mundo, pero un record longevo, estratosférico como eran los 43,18 de Michael Johnson que perduraban desde el 1999 en Sevilla. Es sin duda, una de las gestas de los Juegos.
Además, es que al sudafricano nadie le apretó, James plata y Merritt bronce bajaron de 44, pero muy muy lejos del nuevo héroe. Meritorio 4 puesto de Cedenio, de Trinidad y Tobago, que por una centésima no ha entrado en el selecto club de los sub-44.
Entrenado por Ans Botha, una mujer de 74 años, Van Nieekerk se dio a conocer cuando el año pasado batió el record africano, días después de que lo hubiese hecho Isaac Makwala, que como nos tiene acostumbrado, suele fallar en las grandes citas. El año pasado hizo la carrera de su vida en la final del mundial de atletismo de Pekin, donde hizo 43,48. Ahí fue cuando todos pensamos que podía suceder lo de esta noche. Sin embargo este año, quizá por ser del hemisferio sur apenas lo habíamos visto competir, pero en la Diamond League de Monaco, el día que cumplió 26 años hizo 44,12, su marca del año, en su última carrera pre-Río. Sin duda un atleta poco mediático hasta hoy, pero ya una leyenda olímpica.
Imagen destacada vía rio2016.com
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