Análisis Psicología Deportiva

A Río con cabeza

Todo está preparado para que comience la gran cita del deporte, los Juegos Olímpicos, que esta vez se celebrarán en Río de Janeiro (Brasil). A lo largo de más de 2 semanas de competición, atletas de 28 modalidades deportivas competirán para lograr el metal más preciado: la medalla olímpica.

Como en cualquier cita deportiva, el factor psicológico será sumamente relevante, más todavía si cabe teniendo en cuenta la importancia del evento. La mayoría de las delegaciones olímpicas de los países participantes ya se encuentran allí, y las rutinas que se vayan a seguir durante los próximos días y hasta que termine la competición pueden ser de gran importancia de cara al resultado que se obtenga finalmente.

Si bien es cierto que dada la gran cantidad de deportes que participan y sus distintas normativas, se hace difícil establecer una lista concreta de variables psicológicas que pueden influir, vamos a intentar comentar algunas (siempre desde un punto de vista general), y cómo pueden influir en los deportistas. Para la gestión y manejo de estas variables será muy importante haberlas trabajado de manera constante, como un gran número de los atletas han hecho mediante el trabajo con el psicólogo deportivo.

Uno de los aspectos que siempre se encuentra presente en las competiciones deportivas es la incertidumbre. Cualquier deportista que vaya a participar en estos Juegos Olímpicos habrá dedicado un gran número de horas a su preparación, habrá sacrificado tiempo con la familia, con los amigos, o incluso habrán renunciado a épocas de descanso para entrenar. Sin embargo, durante la competición hay una inmensa cantidad de variables que no pueden controlar y que pueden influir: ¿Cómo de preparados estarán mis rivales?, ¿y si me lesiono?, ¿podría haberme preparado más? son algunas de las preguntas que, llegado el momento, se puede hacer el deportista. Para controlar esta incertidumbre, que se puede traducir en ansiedad o estrés antes y durante la competición, una clave importante puede ser que el atleta se concentre en aquello que sí puede controlar. Aspectos como por ejemplo: tratar de llegar descansado a los días de competición, realizar un buen calentamiento, contar con una buena estrategia de competición, esforzarse al máximo…

La presión es otra variable psicológica que puede jugar un factor clave en estos Juegos Olímpicos: no sólo va a haber público en las gradas, sino que cada uno de los deportes se va a retransmitir en casi todo el mundo. De la misma manera, también es importante hablar de la presión que se impone a sí mismo cada uno de participantes, por la importancia de la cita y del trabajo realizado durante varios años para llegar a ella. Conseguir gestionar esta presión, puede ser determinante para maximizar el rendimiento del atleta, más aún si además de manejar esta presión pueden conseguir usarla en su beneficio.

Foto vía: www.lavanguardia.com
Foto vía: www.lavanguardia.com

 Por otra parte también hay que hablar sobre el agotamiento mental que algunos deportistas pueden sufrir a estas alturas. Muchos de ellos han trabajado durante varios años para lograr clasificarse para la cita olímpica (en muchos casos la consiguen con muy poca antelación respecto al inicio de los Juegos) y, tras hacerlo, deben seguir trabajando al máximo para conseguir el mejor resultado posible. Esto supone una exposición continuada a factores estresantes que pueden provocar un estado de fatiga mental llegado el momento de la competición. Por ello es muy importante que, entre otras cosas, se gestione adecuadamente el entrenamiento y el descanso durante la temporada, se planteen objetivos adecuados y que, en definitiva, la mente del deportista esté centrada en su propia superación y sobre todo en disfrutar de la gran fiesta del deporte que son los Juegos Olímpicos.

Otro aspecto que también puede influir, y puede que el menos conocido de los comentados, es el miedo a ganar. Por ejemplo: el jugador de tenis que, tras dominar el partido, se encuentra a apenas unos puntos de cerrar un encuentro que tiene controlado. Sin embargo, el jugador dirige su atención a un evento futuro (la victoria) y sus consecuencias, perdiendo la concentración en el partido que está jugando en ese momento y que todavía no ha cerrado. Comienza a encadenar errores que pueden afectar a su autoconfianza y le conducen a una dinámica negativa. De esta manera, un partido prácticamente ganado acaba por dar un giro de 360º y, en ocasiones, finaliza en derrota. Este fenómeno se puede encontrar en cualquier deporte y da lugar a situaciones y resultados que, en un momento dado, parecían imposibles.

No podemos dejar de lado tampoco otros factores que, si bien son externos al deporte en sí, también pueden repercutir en el rendimiento de los atletas: el estado de las instalaciones de la Villa Olímpica (objeto de crítica de varias delegaciones hasta el momento), la persistente amenaza terrorista, o el estado de contaminación de las aguas donde se realizarán algunas pruebas deportivas.

Por último, es importante recordar que el día 21 de agosto, con la clausura de los Juegos Olímpicos, el deporte no va a abandonar Río de Janeiro, puesto que después de unas semanas (del 7 al 18 de Septiembre) se disputarán los Juegos Paralímpicos, que no están exentos de la influencia de todas las variables previamente comentadas (e incluso algunas más).

Tan sólo nos queda desear mucha suerte a todos los participantes, en especial a los españoles. Y consiga quien consiga los preciados metales, que los mayores ganadores sean el deporte y el juego limpio.

(Imagen destacada vía: www.ecestaticos.com)

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