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La Sonrisa del Jugón: Lauren Jackson

Esta semana en La Sonrisa del Jugón, nos mudamos de continente hacia la otra parte del mundo, para hablar de Lauren Jackson, una de las jugadoras más destacadas a nivel mundial, llegando a ser considerada toda una eminencia en su lugar de origen, Australia. Una vida llena de lucha y sacrificio, con rivalidades incluidas, para llegar a ser la leyenda que es considerada actualmente. 

Lauren nació en Albury, en el seno de una familia dedicada por completo al deporte que tanto le apasionaría a la jugadora. Su padre fue jugador de la selección australiana, mientras que su madre Maree Jackson, que también compitió con la absoluta australiana, llegó a formar parte del Salón de la Fama de Australia gracias a sus andanzas en este deporte. No es de extrañar por ello, que Lauren juegue siempre con el número 15 a su espalda en honor a la carrera de su progenitora.

Como la mayoría de niños cuyos padres tenían relación con el baloncesto, Jackson empezó a dar sus primeros botes junto a su hermano en la pista que tenía en su propia casa. Con cuatro años, la jugadora australiana ya jugaba en el centro de deportes de Albury, y a los seis ya competía con otros niños de su edad. Su valía comenzó a ser patente rápidamente, y mientras terminaba sus estudios en el instituto de Canberra, entrenaba en el instituto de deportes australiano. Continuó compaginando sus entrenamientos con los estudios universitarios en la Lomonosov Moscow State University donde se graduó en Psicología, una carrera que pondría más adelante en práctica al querer adentrarla en el mundo del baloncesto, pues según palabras de la jugadora, no solo quería estar involucrada en el deporte desde el lado del deportista.

No obstante, además del baloncesto, Lauren estuvo durante su juventud involucrada en otros deportes como atletismo, tenis y netball, pero finalmente tuvo que dejarlo debido a su mayor compromiso con el deporte que la haría convertirse en una estrella.

Su progresión continuó en alza y con 14 años ya disputaba partidos con la selección australiana de categorías inferiores, una oportunidad que le hizo darse cuenta de a lo que quería dedicarse en el futuro. Es por ello famoso, cuando con esa edad, tras una discusión con sus padres por la derrota en un encuentro, decidió que nada se interpondría en su camino hacia el baloncesto profesional. Aquel año, además, Lauren guió al equipo hacia la medalla de oro, captando la atención del seleccionador nacional absoluto que quiso tenerla en su equipo. Por lo que con 17 años ya era considerada todo un prodigio del baloncesto a nivel mundial.

Lauren ha conocido de buena mano el estilo de juego de diferentes continentes. Su primera oportunidad profesional llegó en su país con Canberra Capitals, equipo con el que ha disputado varias temporadas de forma alternante, pues Lauren siempre se mostró dispuesta a ayudar en los momentos más decisivos.

En 2007 cambió de continente para jugar con Samsung Bichumi de Seul donde llegó a ser considerada como la jugadora mejor valorada de la liga. Sin embargo, solo duró cuatro meses en la liga, llegando a promediar 30.2 puntos por partido. Este hecho se debió a que era la única jugadora extranjera en un equipo en el que nadie más hablaba inglés, lo que le llevó a sufrir un verdadero calvario durante esos meses. No obstante, estos hechos no influyeron en la pista donde demostró ser una auténtica jugona y superar uno de sus mayores reto llegando incluso a cosechar 56 puntos en un encuentro.

Foto vía: interbasket.net
Foto vía: interbasket.net

Esta situación la llevó a probar suerte en el baloncesto europeo. Aquel mismo año, 2007, pasó a jugar con el Spartak de Moscú con un contrato incapaz de rechazar dadas sus altas cifras. Allí compartió equipo con otras jugadoras estrella como Diana Taurasi o Sue Bird de las que aprendió nuevas técnicas de baloncesto. La experiencia le sirvió, además, para aumentar su palmarés al ganar grandes trofeos como la Superliga rusa o la Euroliga, competición en la que consiguió anotar 35 puntos en el partido contra Ekaterinburg. Llegó a terminar la temporada con una media de 23.6 puntos y 7.1 rebotes destacando en un equipo repleto de grandes estrellas.

En el año 2009 tuvo la oportunidad de extender su contrato con el conjunto ruso, pero el temor impuesto tras el asesinato del presidente del club, de un día para otro, la llevó a no renovar con Spartak. Sin embargo, en el año 2010 volvió a cambiar de opinión y decidió volver al equipo donde siguió cosechando grandes números siendo asignada en una de las jornadas como mejor jugadora de la semana dentro de la Euroliga.

Estuvo otro año más en Rusia, pero una lesión la apartó de las canchas e hizo que regresara a Australia con el fin de recuperarse completamente. Las lesiones empezaban a truncar su afamada carrera, pero a base de esfuerzo y constancia, en la temporada 2011/2012 fue fichada por el Ros Casares de Valencia en su creación de una plantilla de estrellas que no solo eclipsó la liga española, sino que dejó sin recursos a los demás equipos europeos. Esto se vio involucrado también en el papel de Lauren en pista, teniendo que competir con varias estrellas, lo que hizo que en algunos momentos estuviera en el banquillo más de lo que a ella le gustaba. A pesar de ello, la gerente del equipo definía sus actuaciones en la pista como perfectas.

Foto vía: gigantes.com
Foto vía: gigantes.com

Uno de los lugares donde pasó sus últimos años como profesional estuvieron en China donde jugó con Heilongjiang Shenda. Allí sufriría de nuevo una lesión, esta vez en la rodilla, de la que no conseguiría recuperarse plenamente. Aún así, consiguió meter al equipo en playoffs de liga.

A pesar de ello, continuó jugando en la WNBL, la liga que la vio nacer como jugadora, en el equipo que le dio sus primeras oportunidades, Canberra Capitals. Lauren siempre estuvo agradecida al equipo australiano y sus ayudas en varias temporadas, fueron devueltas por Canberra Capitals al dejarla permanecer en el equipo hasta su despedida como jugadora profesional este mismo año, cuando en enero el conjunto australiano le rescindia el contrato.

En paralelo a su carrera por Asia, Europa y Australia, Jackson ha sido una habitual en la WNBA desde que fue elegida en el año 2001 número 1 del Draft por Seattle Storms que vio en ella una jugadora franquicia. El comienzo le fue bastante difícil, jugó 21 partidos en 11 semanas, un ritmo de juego muy diferente al que había tenido en la liga australiana. Terminó el año con una media de 15.2 puntos, aunque al finalizar, una lesión en el hombro la llevó a pasar por quirófano, otra vez las lesiones la alejaban de su deporte favorito.

Los siguientes años siguió siendo la estrella de las Seattle Storms. En 2002 ya era la líder del equipo a pesar de su juventud, el equipo basaba su juego en ella, y cuando no conseguía realizar una buena actuación, esto se veía desembocado en un mal partido de las Storms.

Durante más de 12 temporadas en la WNBA, Lauren cosechó grandes éxitos llegando a estar la mayoría de las ocasiones dentro del All-Star, ser elegida MVP o entre las 5 mejores anotadoras, reboteadoras y taponeadoras, pues destacaba en todas las facetas. Su puntuación media no llegó a bajar de los 20 puntos en todos esos años, siempre siendo una de las jugadoras más importantes del equipo estadounidense.

Foto vía: Scott Cunningham
Foto vía: Scott Cunningham

En el año 2012 dejó de lado el equipo para centrarse en los Juegos Olímpicos de Londres, pero a pesar de ello, regresó a final de temporada para poder ayudar a su equipo en los playoffs. Además, gracias a ello, consiguió alcanzar los 6 mil puntos de la competición. En los siguientes tres años, sus problemas de rodilla comenzaron a dejarla fuera del equipo, a pesar de la ayuda que siempre quería prestar la jugadora, y finalmente, en el año 2015 tuvo que dejar el equipo debido a una operación en la rodilla derecha.

Como anécdota, siempre ha mantenido gran rivalidad con la jugadora americana Lisa Leslie, algo que se intensificó en un partido de los Juegos Olímpicos cuando accidentalmente la jugadora se llevó una de la extensiones de la americana. Esta rivalidad también debe su fin a la gran capacidad de ambas en el baloncesto, lo que les ha llevado a competir por ser la mejor jugadora a nivel mundial. La rivalidad continuó en la WNBA, aunque mejoró algo tras formar parte del mismo equipo durante el All Star.

Habitual con la selección australiana, la primera llamada a Jackson llegó cuando apenas contaba con 16 años, dada la fijación que el seleccionador había puesto en las grandes habilidades baloncestísticas de la jugadora. Además de estar con la absoluta, su presencia en las categorías inferiores fue muy importante para Australia. Allí consiguió varias medallas como la de plata en el Campeonato del Mundo de Brasil, mientras se alzaba ese mismo año con el bronce Mundial de la absoluta.

A ello se le sumaban múltiples éxitos como la plata en los Juegos Olímpicos del 2000, siendo una de las estrellas del partido a pesar de la derrota ante Estados Unidos por 76-54; en el Mundial de China del año 2002; en las Olimpiadas de 2004, perdiendo de nuevo ante Estados Unidos. También fue medalla de oro en el Mundial de Brasil 2006 tras ganar la final a Rusia por 91-74 y bronce en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 donde la jugadora además fue abanderada del equipo australiano durante el desfile olímpico. Sin embargo, sus problemas de lesiones le obligaron a perderse el Mundial de Turquía de 2014, siendo su ausencia muy notada para el equipo.

Foto vía: abc.net.au
Foto vía: abc.net.au

Son muchos los títulos cosechados por la australiana a lo largo de su carrera, entre ellos, mejor jugadora internacional australiana en 1999, 2000, 2002 y 2005. Además, tiene un estadio nombrado en su honor, pues en 2011, el Albury Sports Stadium pasó a llamarse Lauren Jackson Sports Centre, algo que seguramente hizo gran ilusión a la jugadora.

A principios de este año 2016, Lauren anunciaba su retirada del baloncesto profesional, perdiéndose los Juegos Olímpicos de Río donde la jugadora tenía las esperanzas puestas. Sus declaraciones, quedándose a las puertas de su sueño fueron difíciles de escuchar: “Anuncio mi retirada del amor de mi vida, el baloncesto. Hace dos años, me lesioné la rodilla jugando en la China. No fue una lesión terrible pero fue suficiente. No pensaba que era nada serio, nadie lo pensaba. Pero mi rodilla se fue degenerando muy rápido, tuve artritis y desde entonces he tenido diversas operaciones”. 

Pero una jugadora luchadora como ella, y que ha afrontado tantos retos a lo largo de su carrera profesional, seguro que encontrará nuevas maneras de seguir ligada al deporte que tantas victorias le dio a lo largo de su vida. Los premios se seguirán sucediendo a pesar de su retirada, porque si hay algo verdaderamente claro es que Lauren Jackson ha sido, es y será una auténtica jugona.


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