Opinión

24 Horas hasta la bandera a cuadros

Durante este pasado fin de semana el circuito de La Sarthe acogía las 24 horas de Le Mans coincidiendo con el Gran Premio de Europa de Formula 1 en una estrategía de Bernie Ecclestone para quitarle protagonismo a la carrera de resistencia, aunque somos muchos los que pensamos que el magnate inglés no obtuvo el resultado esperado. Ya que la carrera francesa con la emoción, igualdad, acción y ese dramático final fue la que eclipsó a la Formula 1 en su estreno en Bakú.

La carrera en Le Mans estuvo marcada, a parte de por la victoria en GT de Ford en su regreso a las 24 horas y el gran debut de Roberto Merhi a bordo del Manor 44, por una batalla de más de doce horas entre los dos Toyota y el Porsche número 2 en la que los tres se repartían el liderato hasta que llegaron los problemas del Toyota 6 tras un trompo y la última parada del Porsche cuando el Toyota que lucía el número 5 se establecía en liderato y encarrilaba la carrera hasta que, a seis minutos para el final, la injusticia y mala suerte se cebo de la forma más cruel posible con Toyota y un problema mecánico les obligó a parar el coche en la línea de meta. Como ellos mismos lo describían a través de Twitter, “el panorama era descorazonador“.

Toyota llegaba de una actuación que rozó el ridículo en el 2015 sin ninguna opción de luchar por la victoria o tan siquiera acercarse a los ritmos que llevaban los coches de arriba. Esto no gustó mucho en Japón desde donde se ideó la revolución en la unidad de potencia de tal forma que, a principios de año, el constructor japonés se presentó con un prototipo LMP1 con un motor V6 BiTurbo. Este resultó ser un cambio radical respecto al V8 del anterior año que ya desde la primera prueba del campeonato en Silverstone les permitió estar en el podio y fue en la segunda carrera en Spa cuando estuvieron incluso luchando por la victoria. Por ello, el sabor de esta derrota es aún más amargo ya que tras un año complicado Toyota había construido un coche ganador.

La marca japonesa ha participado en la carrera gala en dieciocho ocasiones con esta, aún sin lograr el éxito, y no es la primera vez que se quedan a las puertas de lograr la victoria. En 1999, Toyota también se plantó en La Sarthe con un coche para ganar vio como se estrellaba uno de sus autos y como el otro cuando a falta de una hora luchaba tuvo un problema mecánico que acababan con sus opciones. En el año que resultaron campeones del mundo de resistencia, 2014, el Toyota fue capaz de mantener el ritmo de los Audi pero más problemas les privaron de nuevo de conseguir la ansiada victoria.

Pero al fin y al cabo la que es una de las mayores carreras del mundo dura 24 horas y es el coche que cruza primero la línea de meta el que se alza con la victoria y por desgracia eso en Toyota lo saben mejor que nadie. Pero realmente espero que esta dura forma de perder la victoria sirva a los japoneses como una motivación extra para volver el año que viene aún más fuerte y a conseguir al fin esa victoria que tanto parece resistirse.

Imagen destacada vía: marca.com

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