Análisis Balonmano

Los Hispanos buscan director de orquesta

Tras dos meses de dudas, conversaciones y, como no, la opinión del entorno, Manolo Cadenas dejará su aventura al frente de los Hispanos, salvo sorpresa mayúscula. Esta decisión, consensuada con la RFEBM, quizás debería haberse tomado con anterioridad, aunque tampoco son necesarias las prisas, ya que la selección quedó apeada de los JJOO, y tiempo habrá de elegir a la persona ideal para, a partir de ahora, regir los destinos de los Hispanos.

Tras el estrepitoso fracaso del Preolímpico de Malmöe, muchas voces se alzaron en contra del seleccionador, vertiendo toda la culpa sobre su persona, algo a todas luces desproporcionado, aunque ciertamente, Cadenas dejó muchas dudas a la hora de tomar decisiones en los momentos más importantes.

Pero yendo más allá del pasado Preolímpico, tendríamos que hacer un poco de historia desde que el de Valdevimbre se hizo cargo del elenco nacional. Cadenas tomó las riendas de la Selección en 2013 tras el periplo exitoso de Valero Rivera que la hizo campeona del mundo en ese mismo año. En el Europeo de Dinamarca de 2014, los Hispanos consiguieron el tercer puesto, un bronce con cierto sabor agridulce, ya que tras la conquista del mundial, muchos pensaron que casi con el mismo grupo, España no tendría demasiados problemas para alzarse con el oro. Ahí es donde ya comenzaron a observarse algunos cambios con respecto a la selección de Rivera. Los Hispanos pusieron en liza un juego previsible, falto de ideas ofensivas, con un déficit tremendo en cuanto al lanzamiento exterior, si bien mantenían todo su potencial defensivo y una portería de garantías. En el Campeonato del Mundo celebrado en la exótica Qatar, los chicos de Cadenas quedaron fuera de los puestos de honor, consiguiendo un cuarto puesto, que si bien mantenía cierto equilibrio a la hora de evaluar el potencial español, seguía dejando muchas dudas sobre los posicionamientos tácticos de Cadenas y su cuerpo técnico. Y llegaba el Europeo de Polonia, donde los españoles necesitaban lavar su imagen, algo deteriorada a pesar de que los resultados no habían sido negativos, pero quedaba en el entredicho el juego poco brillante del conjunto. Se consiguió una plata, importante, pero otra vez los fantasmas aparecían en el horizonte, ya que el resultado de la final ante Alemania perdiendo por un duro 24-17, fue un mazazo duro de encajar. Otra vez, el juego español era demasiado “simple” y, ante esa contingencia, los rivales actuaban en consecuencia, anulando al ataque del combinado nacional.

Y llegó el inicio del descalabro. España, al no haberse clasificado directamente para los JJOO de Río de Janeiro, necesitaba lograr el pasaporte en la disputa de un Preolímpico que, gracias a la aportación económica de Suecia, tuvo que celebrarse en tierras nórdicas. El grupo lo formaban Suecia, Irán, Eslovenia y España. Dos eran los equipos que conseguían el billete a Río y, sobre el papel, los Hispanos partían como favoritos junto con los anfitriones. Pero el destino, a la vez que caprichoso, también es cruel, y tras un desafortunado encuentro ante Eslovenia, España debía apelar a resultados de terceros, algo que no sucedió, llevando a España a una de las mayores decepciones de los últimos años, quedándose fuera de unos JJOO, algo que no sucedía desde 1976, por tan solo un gol de diferencia en el average.

Tras esta dolorosa derrota, surgieron las críticas a la labor del seleccionador y de su cuerpo técnico. Cierto es que España dio una penosa imagen, sobre todo ante Eslovenia, un equipo sin ideas, falto de recursos tácticos y, lo que es peor, fallando en demasía en su ADN como es el trabajo defensivo que pareció contagiarse del ofensivo. Cadenas no dimitió, más bien mantuvo el convencimiento de que, a pesar del fracaso, se veía capacitado para reestructurar la selección, y ponerse al mando de una muy necesaria renovación, algo que ha seguido manteniendo hasta la actualidad, y más tras haber abandonado su puesto de entrenador en el Wisla Plock polaco.

Pero parece ser que la cúpula de la RFEBM no está por la labor de mantener a Cadenas, vistas las últimas declaraciones del presidente Francisco Blázquez que aboga por un seleccionador a “tiempo completo” sin ninguna atadura con otro club, y que dedique su tiempo en exclusiva a la selección nacional. Manolo Cadenas ha vuelto a reiterar su convencimiento de estar capacitado para liderar la renovación del grupo, si bien en declaraciones al diario Marca, asegura que tenía decidido abandonar la selección tras los JJOO. El contrato del seleccionador finaliza el próximo 31 de agosto, fecha a partir de la cual mucho nos tememos que la Dirección Técnica de la RFEBM estará ya pensando en el sustituto del de Valdevimbre. Paco Blázquez ya manifestaba hace unos días que “Manolo ha cubierto un ciclo…” palabras que llevan a entender que la Junta Directiva de la Federación nombrará al sucesor en las riendas de los Hispanos a la finalización del contrato de Cadenas.

Resumiendo, parece que las horas de Manolo Cadenas están contadas. En mi modesto entender, creo que España necesita de nuevos aires, entrenadores que insuflen savia nueva, otras ideas y otras concepciones distintas tanto defensivas como ofensivas. Bien es cierto que todo o casi todo está inventado, pero España aboga por el cambio con urgencia. Lo cierto es que no se puede hablar de fracaso absoluto el camino recorrido por Cadenas, pero la no clasificación para los JJOO ha sido algo muy duro y que a nadie se le pasaba por la imaginación, y ya se sabe que en deporte, y más los entrenadores, nos debemos a los resultados, y en este caso, no iba a ser diferente. El “fracaso” ha venido de la mano del pobre juego exhibido y la falta de soluciones tácticas ante la adversidad, cierto empecinamiento en mantener a algunos jugadores a pesar de su mínimo rendimiento, falta de confianza en otros… demasiadas preocupaciones.

Y si se lleva a efecto el cambio en la dirección técnica de la selección, en el horizonte aparecen los nombres de posibles sustitutos, algunos de ellos, que triunfan en el extranjero debido a precariedad de nuestro deporte en España, caso de Antonio Carlos Ortega, Raúl González, Xavier Sabaté, o incluso técnicos de las categorías inferiores de los Hispanos, como es el caso de Isidoro Martínez o el propio Alberto Suárez, por poner algunos nombres. Y personalmente añadiría a Jordi Ribera, que tras su estancia en la canarinha, podría regresar a España y hacerse cargo del combinado nacional.

Corren nuevos aires en nuestro deporte, son ciclos que finalizan y que a todos le llegan. Nadie debe perpetuarse en el cargo, y aunque en muchos momentos hay que tener calma y pensar mucho la decisión a tomar, está claro que Manolo Cadenas tiene los días contados al frente de la Selección, salvo cambio drástico de última hora que, permítanme, pongo en duda.

Imagen destacada: www.marca.com

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