La Jornada 9 del Apertura 2025 regaló una de esas noches que quedan en la memoria para equipos con pocas aspiraciones como Querétaro, pues en el Estadio Hidalgo, donde todo parecía preparado para una fiesta tuza, Querétaro dio el golpe inesperado poniendo un 0-2 que no solo sacudió la tabla, también puso en jaque el proyecto de Jimmy Lozano.
Lo llamativo es que la afición de los Tuzos terminó por pedir la salida de Jaime Lozano, donde aunque por muchas jornadas el elenco hidalguense se mantuvo en la primera posición, hoy en día la derrota pone en duda el proyecto del técnico mexicano.
El contraste de los números: favoritos contra desahuciados
En los papeles, el partido parecía un trámite, ya que Pachuca llegaba con 13 puntos, instalado en la pelea por los puestos de arriba, con la etiqueta de equipo competitivo y sólido en casa. Querétaro, en cambio, arrastraba seis derrotas, apenas un triunfo y la penúltima posición de la tabla.
Un penalti que cambió la historia del encuentro
El encuentro apenas comenzaba cuando llegó el primer golpe, pues al minuto 8, Sergio Barreto sujetó a Lucas Rodríguez en el área. El árbitro no dudó en marcar el claro penalti. Santiago Homenchenko ejecutó con frialdad y silenció al Hidalgo al minuto 11.
Lejos de reaccionar, los Tuzos se sumieron en la imprecisión, donde sus ataques fueron aislados y sin chispa, mientras Querétaro esperaba paciente, cerraba espacios y salía rápido en transiciones.
El plan de Benjamín Mora funcionó a la perfección, y justo antes del descanso, Jhojan Julio aprovechó una contra para marcar el 0-2 que cayó como un balde de agua fría.
Allison, el muro de los Gallos
Con la soga al cuello, Lozano buscó revulsivos en el banco: entraron Gastón Togni y la “Chofis” López. Pero la muralla queretana no se movió. Fernando Allison firmó una de sus noches más brillantes. El arquero atajó disparos de Illian Hernández y Togni, desesperando a la ofensiva local.
Mientras Pachuca se topaba con un muro, los Gallos incluso amenazaron con ampliar la ventaja, donde Coronel y Diego Reyes tuvieron ocasiones claras que obligaron a Carlos Moreno a intervenir. La sensación era clara: Querétaro estaba más cerca del tercero que Pachuca del descuento.
La derrota expuso un problema que se venía gestando, pues Pachuca acumula más de 300 minutos sin anotar, y la caída ante Cruz Azul ya había dejado dudas y ahora la sequía se prolonga. El equipo pasó de ilusionar en el arranque a quedar atrapado en un bache ofensivo que amenaza con hundir la temporada.
El grito que retumbó: “¡Fuera Lozano!”
El final del partido dejó imágenes que pesan más que el resultado, la afición, harta, estalló con el “¡Fuera Lozano!” que retumbó en las gradas del Hidalgo. El descontento no nació esta noche, pues desde la eliminación en el Mundial de Clubes ante el Real Madrid, la relación entre hinchada y técnico estaba desgastada.
Hoy las críticas son contundentes, con la falta de idea, poca intensidad y un equipo que parece desconectado de su entrenador. La paciencia se agota y el margen de error es mínimo para Lozano, que podría vivir sus últimos momentos en el banquillo Tuzo.
El calendario no da respiro, y Pachuca visitará al Puebla, colero de la competencia, y para Lozano será, quizá, la última oportunidad de salvar el proyecto, donde muchos lo ponen como la última oportunidad.
Querétaro, por su parte, enfrenta un reto de otro calibre, el líder momentáneo Cruz Azul. La victoria en Hidalgo les da aire y confianza, pero medirse al mejor equipo del torneo será el verdadero termómetro para saber si este triunfo fue un accidente feliz o el inicio de una remontada en la segunda mitad del campeonato.