Alpine está teniendo una temporada para olvidar. Son la peor escudería de la parrilla y los problemas de rendimiento y las continuas dudas sobre fiabilidad en sus dos monoplazas ponen en duda su continuidad en la Fórmula 1. Y es Franco Colapinto el mayor perjudicado de toda esta situación. El argentino ya ha completado cuatro Grandes Premios con el mismo motor, alcanzando el tope de uso permitido por el reglamento. Esto coloca al piloto argentino frente a una posible sanción en la parrilla, y todo apunta a que el Gran Premio de Azerbaiyán podría marcar un momento clave en su temporada.
La normativa de la Fórmula 1 fija un máximo de cuatro unidades de cada componente principal por piloto durante la temporada: motor de combustión, turbocompresor, MGU-H y MGU-K. En caso de superar esa cifra, cualquier elemento adicional que se monte en el coche conlleva automáticamente una sanción en la parrilla de salida. Y eso es lo que le podrá ocurrir a Colapinto este mismo fin de semana en Bakú.
Para Franco Colapinto, la situación es más delicada: el pilarense ya ha tenido que recurrir a un quinto elemento en varios apartados del propulsor. Todo ello comenzó en Bélgica, seguido de Hungría, Países Bajos e Italia. Por ello, se ha acelerado el desgaste y obliga al equipo a plantearse una sustitución a corto plazo. Y esa pasa por un nuevo cambio que le haga salir en última posición en el GP de Azerbaiyán.
La mala herencia de Colapinto
Una parte del problema actual tiene su origen en la etapa de Jack Doohan. Antes de ceder el volante gastó gran parte de las piezas autorizadas por reglamento. En apenas seis Grandes Premios llegó a emplear hasta tres ejemplares de componentes clave, como el turbocompresor o el MGU-H. Ese uso excesivo dejó a Franco Colapinto con muy poco margen técnico desde que tomó contacto con el A525.
El trazado callejero de Bakú es uno de los más duros del campeonato. Azerbaiyán cuenta con rectas interminables a fondo y zonas muy técnicas que ponen en jaque la fiabilidad de los coches. Y más en concreto del Alpine de Colapinto y Gasly. Conscientes de que en clasificación no tendrán grandes opciones, la marca francesa valora seriamente que una penalización aquí podría ser una jugada maestra. Salir en última posición el domingo, pero con una unidad de potencia mejor para afrontar la cita de Singapur.
Difícil decisión
La sanción que se valora sobre Franco Colapinto es un síntoma más del difícil momento que atraviesa Alpine. Con un monoplaza falto de todo. De prestaciones, de velocidad y de fiabilidad. Además visiblemente castigado por el desgaste, el equipo francés se aferra a la lucha en mitad de la tabla para lo que queda de curso. Para el argentino supondría un castigo en la parrilla, pero esto le daría alas para las próximas carreras. Por ello, significaría renunciar a la qualy del sábado para tener una unidad de potencia mejor el domingo y posteriormente en la gira asiática.
La situación de Alpine expone con crueldad las limitaciones del equipo. El A525 sigue siendo un monoplaza débil, sin ritmo, ni velocidad y cada vez más condicionado por el desgaste mecánico en las carreras. Esto se traduce en no llegar a los puntos los domingos y sufrir con los Williams, Haas, Sauber y compañía. Colapinto encara una sanción casi segura. Aun así, Bakú podría convertirse en un mal menor. Perder posiciones en la parrilla abriría la puerta a disponer de un motor nuevo para afrontar con garantías el resto del curso. Lo que hoy parece un castigo, mañana puede ser la llave para luchar por los puntos en las últimas carreras del año.