Franco Colapinto volvió a salir realmente frustrado del Gran Premio de Las Vegas. Ya no solo por el rendimiento de su A525, que nuevamente fue el peor coche de la parrilla, sino también por el espectáculo que se vivió alrededor del circuito urbano de la Ciudad del Pecado. Un fin de semana donde, además, tuvo de todo. Suspensión de los Libres por una alcantarilla, los McLaren sancionados tras la carrera y un piloto argentino realmente enfadado con la organización de la carrera.
El pilarense se marchó de Las Vegas con la misma sensación que empieza a acompañarlo cada domingo desde que fichó por Alpine. Frustración deportiva y una posterior resignación ante los medios de comunicación. Otra vez terminó fuera de los puntos y, una vez más, el A525 volvió a demostrar que es el coche menos competitivo de la parrilla. La carrera fue un calco de lo que vive el equipo toda la temporada: Gasly 13º, Colapinto 15º y sin opciones reales de luchar por nada.
Colapinto realizó una gran salida, esquivando el caos inicial y ganando varias posiciones, pero un toque de Alex Albon le dañó el difusor y a partir de ahí todo se complicó. Con el coche roto, pasó el resto de la prueba peleando por mantenerlo en pista, sufriendo sobreviraje constante y sin ritmo.
Colapinto ‘raja’ de la organización
Sin embargo, lo más comentado del día no fue su resultado, sino lo que ocurrió después. Mientras intentaba hablar con ESPN en el corralito con los medios de comunicación hispanos, un show de fuegos artificiales comenzó justo detrás de él, convirtiendo la entrevista en una escena surrealista que rápidamente se hizo viral. El argentino ya venía enfadado por una carrera más en la que el Alpine no consiguió ser competitivo en un fin de semana donde podría haber aprovechado los errores de sus rivales, pero ni con esas dieron un paso al frente.
Colapinto no podía oír nada y lo dejó claro entre risas y enfado: “No te escucho nada, boludo”, decía tapándose el oído, antes de soltar frases que ya recorren las redes como “¿Se creen que es Navidad, boludo?”. El remate llegó cuando miró al cielo, totalmente indignado: “¿Sabés lo que vale, loco? What the fuck? El dinero que se gastan en esa pelotudez…”. Fue el reflejo perfecto de su día. Sin filtros, sincero y completamente harto del espectáculo exagerado que rodeó al Gran Premio de Las Vegas.
Alonso también estalla contra Las Vegas
Pero Franco Colapinto no fue el único que se quejó del esperpéntico espectáculo que se vivió en Las Vegas. Fernando Alonso fue otro de los grandes críticos contra la organización del Gran Premio de la Ciudad del Pecado. El bicampeón del mundo terminó el fin de semana con una clara sensación de enfado. Aunque admitió que el trazado le parecía entretenido por su velocidad y algunas zonas técnicas, no dudó en criticar con fuerza el estado del asfalto. Para él, la superficie estaba muy lejos del nivel que debería tener un circuito de Fórmula 1. “Creo que el tipo de asfalto no es el estándar de la F1”, comentó tras la carrera.
Fernando Alonso explicó que la pista era tan deslizante que resultaba imposible calentar los neumáticos, lo que dejaba a los pilotos sin agarre prácticamente en todo el trazado. Además, señaló que el asfalto era muy irregular, con muchos baches, hasta el punto de considerarlo peligroso. “No hay agarre, no podemos calentar los neumáticos y está extremadamente accidentado, al límite de lo seguro”, afirmó. Por todo ello, pidió que la FIA revise la situación de cara al futuro y valore si este circuito puede mantenerse así en próximos años.
