En un final dramático en el Tottenham Hotspur Stadium, el mariscal de campo veterano Carson Wentz lideró una serie ofensiva de 80 yardas en los minutos finales para dar a los Minnesota Vikings una victoria por 21-17 sobre los Cleveland Browns en Londres.
El vibrante escenario londinense fue testigo de un choque de narrativas, pues por un lado, los Minnesota Vikings (3-2) buscaban salvar una gira internacional de dos semanas y mantener su récord perfecto en la capital británica.
Los Cleveland Browns (1-3) apostaban por el futuro, con el debut histórico del mariscal de campo novato Dillon Gabriel.
A pesar de una actuación prometedora de Gabriel, la incapacidad de Cleveland para cerrar el partido en momentos clave abrió la puerta a una remontada clásica.
Un duelo de contrastes en el escenario londinense
El partido representaba un punto de inflexión crítico para ambas franquicias, pues los Vikings llegaban a Londres tras una dolorosa derrota en Dublín, por lo que una victoria era fundamental para justificar su histórica gira europea.
Además, buscaban mantener su impecable récord de 5-0 en partidos disputados en la ciudad británica.
En cambio, los Cleveland Browns aterrizaron sumidos en una crisis ofensiva, promediando apenas 14 puntos por partido.
El debut de Dillon Gabriel con los Browns
La presión sobre los hombros de Dillon Gabriel era inmensa, pues a pesar del peso de las expectativas, el novato ofreció una actuación que justificó la decisión del entrenador Kevin Stefanski, mostrando una compostura que infundió esperanza en el futuro de la franquicia.
Gabriel finalizó su debut con una línea estadística sólida y, más importante, libre de errores costosos. Completó 19 de 33 pases para 190 yardas, dos touchdowns y cero intercepciones. El plan de juego de Cleveland fue claramente conservador, diseñado para protegerlo. Sin embargo, esta estrategia cautelosa también expuso una debilidad fatal.
El principal problema de la ofensiva de los Browns fue su incapacidad para mantener vivas las series.
Métrica | Carson Wentz (MIN) | Dillon Gabriel (CLE) |
---|---|---|
Pases Completos/Intentos | 25/34 | 19/33 |
Yardas por Pase | 236 | 190 |
Touchdowns | 1 | 2 |
Intercepciones | 0 | 0 |
Índice de Pasador | 102.1 | 94.3 |
Eficiencia en 3er Down (Equipo) | 3 de 9 (33%) | 3 de 15 (20%) |
La Conexión Wentz-Jefferson: La clave de la victoria Vikinga
La victoria de Minnesota se forjó a través de la resiliencia de su mariscal de campo y la brillantez de su receptor estrella, quienes se sobrepusieron a la adversidad para dominar el juego aéreo.
Carson Wentz ofreció una actuación que personificó la tenacidad, pues finalizó con 236 yardas y el touchdown de la victoria.
Su liderazgo fue más allá de las estadísticas; tras sufrir una lesión en el hombro que lo obligó a retirarse brevemente, regresó para comandar dos series de touchdown en la segunda mitad, demostrando una dureza que inspiró a su equipo.
Justin “Jettas” Jefferson fue, sencillamente, el motor de la ofensiva, ya que, lo largo del partido, fue una pesadilla para la secundaria de Cleveland, acumulando 7 recepciones para 123 yardas. L
Claves del Partido: Crónica de una Remontada Punto por Punto
El encuentro fue un constante intercambio de golpes, con el impulso cambiando de bando en momentos que definieron el resultado.
Los Browns capitalizaron temprano un balón suelto de Minnesota, y Dillon Gabriel conectó con Harold Fannin Jr. para poner el 7-0.
Los Vikings respondieron con astucia, pues el corredor Cam Akers lanzó un pase de touchdown de 32 yardas a Josh Oliver en una jugada de engaño para empatar el marcador. Un gol de campo de Cleveland dejó el marcador 10-7 al descanso.
Con el reloj marcando 3:05 en el último cuarto, Carson Wentz tomó el balón en su propia yarda 20, lo que siguió fue una demostración de ejecución y precisión bajo máxima presión.
La serie fue una obra maestra de 10 jugadas que consumió 2 minutos y 40 segundos, y después de una carrera inicial, Wentz completó nueve pases consecutivos, desmantelando metódicamente a la defensa de los Browns.
El golpe de gracia llegó con 25 segundos por jugar, pues un pase preciso a Jordan Addison en la zona de anotación, culminando una historia de redención personal tras ser enviado a la banca en el primer cuarto por motivos disciplinarios.