El presidente de Estados Unidos, Donald Trump desea que el futuro estadio de los Washington Commanders, un proyecto de 3.700 millones de dólares, lleve su nombre, y así ha metido presión en los últimos meses.
Fuentes de la Casa Blanca confirmaron a ESPN que han existido comunicaciones “extraoficiales” con el grupo propietario del equipo, liderado por Josh Harris, para expresar el deseo del mandatario.
La Casa Blanca confirma el interés presidencial por el Estadio Trump
La Casa Blanca ha sido inusualmente directa sobre la petición, pues la misma fuente indica que: “Ese sería un nombre hermoso, ya que fue el presidente Trump quien hizo posible la reconstrucción del nuevo estadio”.
Así, según la fuente declaró la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, en un correo electrónico el viernes por la noche.
Aunque Leavitt declinó ofrecer más detalles, una fuente de alto rango de la Casa Blanca fue más contundente en declaraciones a ESPN: “Es lo que el presidente quiere, y probablemente sucederá”.
Estas comunicaciones se producen en un momento clave, pues Trump tiene previsto asistir este domingo al partido en casa de los Commanders contra los Detroit Lions como invitado personal del propietario, Josh Harris.
Durante el evento, se espera que Trump participe en actividades de medio tiempo en honor a las fuerzas armadas, sin embargo, la visita parece tener también una agenda de negocios.
Fuentes del equipo reconocen que, si bien no ha habido conversaciones formales hasta la fecha, la organización se ha preparado durante días para la visita presidencial.
Además, anticipan que el tema del nombre del estadio surgirá inevitablemente durante el encuentro con Harris.
La postura de los Commanders sobre el nuevo nombre del estadio
Oficialmente, la organización de los Commanders ha optado por la prudencia y el silencio respecto al controversial tema.
Un portavoz del equipo declinó hacer comentarios sobre el informe, no obstante, la situación pone al nuevo grupo propietario en una posición delicada.
Josh Harris y su equipo adquirieron la franquicia con la promesa de una nueva era, alejándose de las controversias del propietario anterior, Dan Snyder.
La construcción del nuevo estadio en el histórico emplazamiento del RFK, la casa del equipo entre 1961 y 1996, es la piedra angular de ese renacimiento de la franquicia.
El modelo de negocio habitual en la NFL implica vender los derechos del nombre del estadio a un patrocinador corporativo, donde estos acuerdos suelen alcanzar cientos de millones de dólares.
Sin embargo, algunas fuentes sugieren que el estadio podría tener un nombre conmemorativo además de un patrocinador, similar al “Empower Field at Mile High” en Denver.
Aun así, la petición de Trump no es de patrocinio, pues según las fuentes, el presidente no desea comprar el nombre, sino recibirlo como un “homenaje“.
¿Quién decide realmente el nombre del nuevo estadio de los Commanders?
A pesar de la confianza de la Casa Blanca, el proceso para nombrar el estadio es un laberinto burocrático, los Commanders no tienen la autoridad unilateral para tomar esta decisión.
El laberinto legal y burocrático
El nuevo estadio se construirá en el antiguo emplazamiento del RFK, donde este terreno es propiedad federal y está gestionado por el Servicio de Parques Nacionales.
El acuerdo para el desarrollo del estadio implica un contrato de arrendamiento con el Distrito de Columbia.
“El equipo no tiene la autoridad. No pueden nombrar el estadio… por su cuenta”, aclaró una fuente con conocimiento directo del acuerdo.
“La ciudad estaría involucrada en esa decisión, y el Servicio de Parques estaría involucrado”.
Por lo tanto, cualquier nombre propuesto, especialmente uno tan políticamente cargado, requeriría la aprobación tanto del Consejo del Distrito de Columbia como de agencias federales.
