El polémico incidente que rodeó la evaluación de conmoción cerebral del quarterback de los Giants, Jaxson Dart, durante el partido del pasado jueves, ha desatado una respuesta inmediata y severa por parte de la NFL.
En las últimas horas, la NFL envió un memo urgente a las 32 franquicias para recalcar que el estricto cumplimiento del Protocolo de Conmociones no es negociable y que cualquier violación tendrá consecuencias.
Los hechos captados en televisión, donde se vio al entrenador Brian Daboll y a un compañero de equipo inmiscuirse en el área médica, han forzado a la liga a reafirmar la independencia del personal clínico.
La integridad de la salud del jugador, una bandera que la NFL ha ondeado con firmeza en los últimos años, está nuevamente en tela de juicio.
La NFL y la Asociación de Jugadores (NFLPA) activaron una revisión conjunta del caso apenas 24 horas después del suceso, subrayando la gravedad de la potencial injerencia.
¿Qué es lo que pasó con Dart?
Esta acción surge como respuesta directa al incidente ocurrido durante el partido del jueves, donde el quarterback de los Giants, Jaxson Dart, fue evaluado por una conmoción.
El entrenador en jefe, Brian Daboll, se acercó a la tienda médica e incluso un compañero de equipo ingresó brevemente, lo que se considera una interferencia con el proceso médico que debe ser totalmente independiente a lo que decida el equipo.
La ley del Sideline
El memo distribuido hoy por la liga, y titulado explícitamente “Recordatorio de Cumplimiento del Protocolo de Conmociones”, no deja espacio a interpretaciones.
Diversos medios especializados obtuvieron y analizaron el texto, el cual especifica que evaluar a un jugador por una posible lesión en la cabeza debe realizarse con un procedimiento quirúrgicamente limpio y sin presiones externas.
La NFL dicta con precisión quién puede y quién no puede ingresar a la tienda de evaluación o al vestuario.
Únicamente el personal médico “esencial” está autorizado, el médico del equipo con experiencia en conmociones, el Athletic Trainer (AT) principal y, crucialmente, el Neurólogo Acompañante de Cabecera, figura clave en el diagnóstico imparcial.
Además, el documento recalca la prohibición absoluta: “Ningún otro individuo está permitido en la tienda o vestuario durante una evaluación. Esto incluye a entrenadores, personal de la oficina principal y/o otros jugadores”.
Los clubes, a partir de ahora, tienen la responsabilidad explícita de evitar cualquier transgresión de esta norma.
¿Presión o preocupación?
La polémica estalló cuando el entrenador de los Giants, Brian Daboll, entró a la tienda médica para ver a Dart, quien estaba siendo examinado tras recibir un golpe.
Su argumento, esgrimido en la rueda de prensa, fue que simplemente buscaba una estimación del tiempo, pues una jugada de cuarta oportunidad se cernía sobre ellos.
“Solo quería que su trasero estuviera fuera si estaba bien”, dijo Daboll, explicando que habría usado un tiempo fuera si la evaluación era rápida.
Sin embargo, la percepción mediática y de la propia liga es distinta, pues la aparición de Daboll en la zona restringida, sumada al ingreso del running back Cam Skattebo a la tienda, creó una imagen de interferencia.
El copropietario de los Giants, John Mara, aunque defendió la intención de su entrenador, tuvo que admitir que “la apariencia de ir a la tienda es inapropiada”.
La línea entre la preocupación de un entrenador y la presión por la ventaja competitiva se ha vuelto peligrosamente delgada.
Los porqués del comunicado
El tono del comunicado de la liga es premonitorio en cuanto a las sanciones, pues este no es un simple recordatorio, sino es es una advertencia que anticipa castigos ejemplares, buscando desincentivar cualquier intento futuro de manipulación o injerencia en el juicio clínico.