En la tarde de este viernes, Carolina Marín se ha enfrentado a una de sus bestias negras en el mundial de bádminton que se está celebrando en Glasgow (Escocia), la nipona Okuhara, en un duelo que era considerado como una final anticipada. El balance de la española en los enfrentamientos directos no era nada favorable para sus intereses, 5 derrotas y 3 victorias hasta el momento.
Un partido extenuante que superó la hora y media de duración y enfrentó en duelo a dos de las mejores raquetas de los últimos años. La jugadora nipona impide de esta forma que Carolina revalide el título mundial, apeándola en cuartos de final. La rivalidad e igualdad vividas en pista, quedan representadas en la diferencia de puntos totales ganados por cada jugadora, 56-54 a favor de la nipona. Una pronta derrota que no eclipsa el trabajo realizado por la onubense en el mundial.
Tras su victoria de ayer, Carolina lo tenía claro, «me he estado preparando para este encuentro», consciente así de la dificultad que tiene para vencer a Okuhara. Tal vez porque le tenga comida la moral o por el gran juego de la nipona, seguramente una mezcla de ambas, la onubense no comenzó nada bien el primer set, a pesar del empate a 3 inicial, la actual campeona vio como su rival se distanciaba gracias a 4 puntos consecutivos que le permitía llegar al descanso con cierta tranquilidad, 11-4.
No era el mejor partido de Carolina, demasiados errores ante una gran jugadora que no perdona, el descanso lo necesitaba para escuchar las indicaciones de Fernando Rivas, sin duda surgieron efecto, Carolina se mostraba más agresiva obligando a su rival a cometer fallos, todo esto le permitía recortar diferencias y acercarse en el marcador, pasando de un 17-11 en contra a un 19-18, la remontada parecía épica, de las que nos tiene acostumbrados, pero desgraciadamente para sus intereses cometió dos errores, uno en la línea de fondo y otro en la red que le costaba el primer set de partido y el primero que no conseguía ganar en este mundial.
La segunda manga, de vital importancia para Carolina si quería seguir viva en este mundial, comenzó como una prolongación del anterior, con la onubense cometiendo fallos en la red que le servían a su rival para conseguir puntos que luego pueden echarse de menos, así enseguida se vio por debajo en el marcador, 3-1, diferencia salvable y que consiguió igualar a 8, sin embargo no pudo evitar irse al descanso por debajo con un 11-9. La nipona estaba intratable, devolvía lo indevolvible, lo que estaba obligando a la española a arriesgar más y por lo tanto cometer más errores.
Tras la reanudación, parecía que todo iba a seguir igual, Carolina caía al suelo tras una gran defensa de su oponente, tras su vuelta a la pista algo cambió, la onubense encontró la senda del ataque que le hicieron sumar 8 puntos de forma consecutiva y encarrilar la eliminatoria con un 12-18, racha que no pudo cortar su rival y servía para que Carolina empatase el encuentro con un 14-21.
El último set fue sin duda el más reñido, con una diferencia de puntuación máxima de 3 puntos antes del órdago final de Okuhara en el 14 iguales. El inicio del set lo marcó Carolina, tanto sus fallos como sus remates, llevando el marcador al 6 iguales. Okuhara comenzó entonces a definir su estrategia, mientras el ritmo del partido comenzó a bajar. No obstante Carolina respondió con su smash para reclamar el pase a la siguiente ronda. Tras el 14 iguales, fueron los errores de la onubense y la sólida defensa de la nipona los que definieron el resultado final de 21-15 a favor de Okuhara.
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