Este lunes 14 de octubre en el marco de las ponencias y conferencias organizadas por la www.ffcv.es y su comité de entrenadores para la formación de los entrenadores de Fútbol y Fútbol Sala, Diego Giustozzi campeón del mundo con la selección Argentina y actual entrenador del Pozo Murcia FS realizó una ponencia sobre su trabajo y gestión al frente de un equipo. Veamos un resumen de lo expuesto por el técnico argentino.
Un Diego Giustozzi agradecido a España
Desde un primer momento deja claro su admiración por nuestro país donde se ha formado como jugador a las órdenes de muchos buenos entrenadores – siente especial debilidad por Miguel Rodrigo actual seleccionador de Vietnam – y al que llega con una mentalidad abierta para hacer a su equipo competitivo y ganador.
Sinceridad y humildad
La apertura de la charla es reveladora “No me creo el dueño de la verdad…tan solo quiero contarles mi experiencia para abrirles la mente hacia algo distinto”. Lo dice quien ganó el mundial de Fútbol Sala en 2016 disputado en Colombia con una selección que a priori no partía como favorita.
El mundial
Llega a la selección de Fútbol Sala albiceleste en Enero de 2014 donde se encuentra con pocos jugadores profesionales – la mayoría en las ligas española e italiana – y una cantera por explotar en las ligas amateur de su país. Recuerda que lista de convocados para el mundial causó revuelo porque dejó jugadores importantes en el camino defendiendo que su modelo de juego se basa en la creación de un equipo fuerte por encima de cualquier individualidad.
¿Por qué Argentina quedó campeona?
Giustozzi lo tiene claro, a pesar de no eran favoritos y que incluso estaban 2/3 peldaños `por debajo de las grandes potencias como España, Rusia o Brasil una circunstancia fue clave para su trabajo: el inicio del mundial se retrasó un mes lo que le permitió trabajar con el grupo 8 semanas frente a las 4 que tuvieron las grandes potencias para preparar la competición.
Planificación
Por lo tanto la planificación fue vital junto a la localización de la concentración en Argentina, sin grandes desplazamientos y permitiendo a los jugadores estar cerca de sus familias y amigos algo que, le parece que en España olvidamos en la alta competición, cuidar el lado humano del jugador.
Control de la ansiedad
Uno de los momentos de inflexión en el mundial se produjo tras el empate a falta de cinco minutos para el final del encuentro que les enfrentó a la selección de Costa Rica tras ir perdiendo 2-0, recuerda el míster del Pozo Murcia que permitió a sus jugadores que se relajaran con sus familias en la piscina del hotel de concentración. La anécdota es que en el mismo hotel y mientras sus jugadores eliminaban tensión podía ver a los jugadores de la selección española entrenando en el gimnasio y al combinado ruso entrando a la sala de vídeo con paso militar. Confiesa que en ese momento tuvo dudas sobre si obraba de forma correcta. El resultado final le dio la razón.
El segundo principio sobre el que cree Giustozzi que se cimentó la victoria albiceleste tiene que ver con su forma de afrontar el mundial: no eran los mejores, no tenían las mejores individualidades pero estudiando al rival y trabajando colectivamente para anular los puntos fuertes del rival, llegarían muy lejos…y así lo hicieron. Frente a Kazajistán trabajaron para frenar el juego de su portero, Higuita, con los pies a base de pautas para dividir marcas en campo contrario y ajustarlas en campo propio frente al disparo preciso del portero Kazajo brasileño. Contra Portugal trabajaron para mantener alejado de su portería a Ricardinho con marcajes individuales y presiones altas en el lado fuerte del astro portugués.
Como el propio entrenador aclara: “Tu mayor virtud es conocer tus defectos”.
La gestión de un vestuario
En una segunda parte de la charla, Diego Giustozzi habló de cómo entiende él que debe gestionarse un equipo.
Actitud.
Algo irrenunciable en un equipo es dar el máximo de uno mismo. Giustozzi aclara: “Prefiero entrenar 20 minutos al 100% que una hora al 40%”. Debes exigir con el ejemplo de ser el primero en todo” o como él lo llama liderar con el ejemplo.
Equipo.
Algo que es intocable para el preparador argentino es el grupo. Los conflictos entre jugadores, sus egos en alta competición o su fuerte personalidad son parte de la gestión de un vestuario pero “si me tocas el equipo…estás fuera”.
La dimensión humana.
El buen entrenador es aquel que consigue sacar ese 100% del jugador sobre la pista pero para llegar hasta ahí, no hay que perder la esencia del ser humano: la felicidad.
No puedes convencer con las normas y reglas, debes hacer entender al jugador que lo mejor para el equipo es lo que te convierte en competitivo, ganador…feliz.
Para Giustozzi, se llega a ser un equipo cuando el jugador no solo sabe lo que él mismo va a hacer en la pista, si no que también sabe lo que van a hacer cada uno de sus compañeros.
Comunicación
La relación con el jugador es entendida desde un modo estrictamente profesional por Giustozzi que no es amigo de sus jugadores pero matiza que su relación se asienta en una dualidad, por una parte él es la parte exigente y por otra su cuerpo técnico realiza el refuerzo positivo hacia el jugador.
De las diferentes versiones de esa comunicación con el equipo, el técnico especifica:
- Hay que comunicar con convicción.
- Siempre se comunica la realidad.
- Se comunica un mensaje claro, concreto y conciso.
- A veces es mejor comunicar con el silencio: tras un partido nunca se habla en caliente o con un jugador al que le has dado más de una y dos oportunidades pero que no cumple con su parte del trato, es decir, debe existir un equilibrio entre el “yo te doy y tú me das”.
Conclusión
Sincero, apasionado, claro y muy directo aglutina ese gen argentino competitivo, una pasión del entrenamiento estructurado español y un amor por nuestro deporte que el mismísimo Pablito Aimar estuvo a punto de conseguir eliminarle al ofrecerle formar parte de su staff técnico pero Diego Giustozzi lo tenía muy claro: “A mi me gusta el Fútbol Sala”.
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