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Rafa…¡por siempre R4F4! Nadal, en una épica batalla consigue su 4° US Open, y su 19° Grand Slam (2)

Una batalla como la vivida el domingo en el US Open merece ser revivida de la mejor forma posible. Es por esto, que en Sexto Anillo, continuamos con la segunda parte de la memorable final y el cuarto título conseguido por Rafa Nadal en la Gran Manzana.

Los dos primeros sets marcaron una autoridad única de Nadal. Pese al brillante juego desplegado por Medvedev, esto no le fue suficiente, y por el contrario, se estaba alejando todavía más de su sueño.

Sin embargo, quizá ni él mismo se imaginaría cómo las cosas iban a tomar un segundo aire. Quizá él no, pero sí su mentalidad, herramienta impulsora de un enorme cambio que se venía.

Tercer set, por fin una recompensa para Medvedev

La calma volvió al partido, y los primeros games transcurrieron sin mayores sobresaltos. Cada jugador se imponía con su juego y en sus condiciones.

Ninguno daba su brazo a torcer, sobre todo Medvedev, en una muestra admirable de persistencia. Aún estando dos sets abajo, seguía plantado en su estrategia y en su esquema de partido.

Siempre hay lugar para una lección más de Nadal. En el quinto game del set (2-2), Medvedev no supo aprovechar los espacios y momentos par atacar. El ruso reculó, y Nadal  aprovechó la primera oportunidad de quiebre para sestar un golpe fulminante a la resistencia mental de Medvedev.

El ruso, con un error de revés, atacando, aflojó ante la férrea defensa de su zurdo rival, y junto a su desgaste físico, concedió el quiebre. Ya Rafa iba 3-2 y con servicio a favor, más que cómodo en estas condiciones.

Todo bien, hasta que…

Pero como se anunció al inicio de esta crónica ,este partido tenía un componente de volatilidad e imprevisible. Varios errores de Nadal, incluyendo una doble falta, le dieron un aire a un persistente Medvedev. El N°5 del mundo resistió los embates y quebró en seguida para volver a estar igual, 3-3 en el marcador.

El espíritu combativo del ruso ya era digno de ser, si no recompensado, al menos sí reconocido. En el 4-4, enfrentando dos puntos de quiebre, y con dos puntos antológicos como extenuantes al límite, pudo llevarse un game extremadamente arriesgado a su favor y continuar en la pelea.

Daniil sacó tanto amor propio y orgullo, que surgió como un león a partir de esta altura en el set. Con un cúmulo de puntos fuera de todo contexto, sacó de donde nadie lo esperaba, tres break pionts en el 11° game.

Dato del partido:

  • Nadal llevaba 19 triunfos consecutivos contra jugadores rusos. La última derrota, fue contra Nikolay Davydenko en el 2011. Ahora, suma 20
  • Solo tres jugadores han derrotado a Nadal en finales de Grand Slam: Novak Djokovic, Roger Federer, y Stan Wawrinka.
  • En todos los títulos de Nadal en New York, siempre ganó el primer set en sus finales.
  • Nadal ahora tiene 20 victorias consecutivas luego de ganar el primer set: 44-1 en 2019. La última vez que perdió, fue ante Nick Kyrgios en Acapulco.

Y como premio a su inagotable esfuerzo y gran tenis, y contra todo pronóstico, gracias a un winner de revés paralelo hizo suyo el tercer set con un 7-5 que hizo ponerse de pie a todo el estadio Arthur Ashe. El guiño para el ruso, un cuarto capítulo en este partido que ya empezaba a cobrar tintes de una película de acción.

Cuarto set. Ahora, Medvedev al mando. Su tenacidad, dejó todo igualado

Era justo el que Medvedev se llevara el tercer set, por no haber renunciado nunca a creer que podía regresar al partido.

Ahora, Nadal se quedaba con menos armas al ver que su estrategia de juego ya no generaba resultados. Y así no lo expresara, haber corrido más que el ruso ya estaba comenzando a tornarse en un cansancio lentamente progresivo.

Y ahora, la solidez de Medvedev era mayor y más asfixiante. Su juego empezó a mover los cimientos del tenis de Rafa, quien de entrada enfrentó doble break piont en el segundo game (0-1).

El español ya tenía que hacer gala de la resistencia para soportar los embates y no permitir un daño mucho peor del que ya le estaba causando su contrincante.

Hasta el 2-2, tres errores no forzados, reflejo de una lucha que se tornaba fratricida, hicieron ver en peligro el saque de Medvedev. Sin embargo, Nadal no sabía aprovechar. Los errores ya empezaban a ser el común denominador del partido.

Ambos jugadores, conscientes del cansancio que empezaba a aparecer, bajaron un poco las revoluciones. Hicieron más cortos los puntos y le imprimieron mayor velocidad a sus saques. Incluso, Medvedev sacaba cuando el reloj de los 25 segundos si apenas comenzaba a correr.

Con el pasar de los minutos, ya se hacía imposible prever o pronosticar el desenlace del match.

El golpe más duro a Nadal

Llegó el décimo game, y con él, un cimbronazo a Nadal. Un error no forzado de dio un set point a Medvedev. Lo impensado al inicio del partido llegó. Una devolución magistral del ruso dejó impávido y desarmado a Nadal. El balear, se tuvo que resignar a ver cómo un 6-4 en 54 minutos dio al traste con todo su trabajo previo.

Dos sets jugados con suficiencia se derrumbaron como un castillo de naipes. Pues bien, Daniil anuló todo viso de adversidad, e hizo que todo se dirimiera en un último set.

La primera hora y media del partido, mostraba a un Nadal impositivo y a un Medvedev casi diezmado físicamente. Luego de dos horas, la escena había tomado un giro de 180 grados. Corriendo más que nunca, el ruso tuvo que invertir esfuerzos casi metafísicos para ser ahora él, quien mandaba la parada

Set final, a todo o nada. Rafa resurgió épicamente para ir directo a la coronación

Ni rastro de lo que fue el comienzo del partido. Medvedev ya se estaba incluso metiendo en la cabeza de Nadal. El español comenzó a protestar el escaso tiempo entre saques de su rival, que no le dejaba tomar tiempo para tomar respiro.

Y aquello, empezaba a hacer tambalear a Rafa, pues se le formó una telaraña de la que no sabía ya cómo salir. Mientras tanto, Medvedev, convertido en una auténtica máquina rusa, seguía aplomando la fuerza del dueño de la medalla de oro olímpica de 2008.

En el segundo juego del set (0-1), Daniil tuvo tres oportunidades de quiebre, pero Rafa escapaba de los embates. El frenesí con el que se vivía el partido ya no daba lugar a análisis o estrategias. Era una batalla de largos y constantes peloteos sin final.

El slice, y un rally tan largo como su leyenda, aparecieron como salvadores de Nadal, para recordarle la proeza de su historia. Vio aparecer, de donde no se veía cómo, dos break pionts en el 2-2.

Pese a un ace de Medvedev, aquel rally interminable le concedió ese quiebre que hace mucho Rafa no conseguía. Y ahí, un 3-2 esperanzador para que por fin pudiera cerrar el partido.

El campeón de 2010, 2013 y 2017 confirmó el quiebre, no sin dejar más que sudor para lograr el 4-2.

Pero, la terquedad de Medvedev hacía verlo como alguien que ya tuviera la experiencia de disputar varios títulos de Grand Slam. Sin embargo, se trataba de alguien que afrontaba su primera final de esta clase.

Nadal empezaba a ver la luz al final del túnel. Otro break point llegó para Rafa, y con un error prominente en un smash de su oponente, se preparaba para consumar su obra con un 5-2, y saque a favor.

Tan cerca pero tan lejos…

Llegó el momento de ratificar lo que empezó bien. Rafa sacaba para volver a la gloria. Pero una doble falta, la cuarta del partido para él, dejaba ver que incluso a alguien que cargaba 83 títulos a cuestas, también le daban nervios.

Y como si fiera poco, ¡Medvedev quebró!, entre otras, porque Nadal volvió a demorarse en su saque: perdió un primer saque por un nuevo warning, y el segundo fue falta. Con esto, perdió su primera oportunidad dorada.

El nacido en Moscú alargaba más la agonía. Tanto así, que salvó dos match points que cualquier otro hubiera dejado en el camino. Estaba 3-5 abajo y servicio en ese momento.

Rafa, siempre Rafa

En la segunda oportunidad para llevarse la corona (5-4 y servicio), Nadal tuvo que enfrentarse a un break point. Pero por enésima vez escapó, y lo transformó en un tercer punto para campeonato.

Un saque definitivo a la T, y una devolución larga de Medvedev, acabaron por fin con cuatro horas y 50 minutos de una epopeya digna de museo. Rafael Nadal abrió de nuevo la puerta de la gloria y reclamó su cuarto entorchado del US Open.

Ahora, con cuatro grandes noteamericanos, y con 19 en total, se ubica a solo uno de alcanzar el máximo récord de torneos ganados por otro eterno: Roger Federer. Nadal está destinado a correr por siempre para obtener la gloria y a nunca darse por vencido para llegar a ella.

Siempre será el matador, la fiera, y no solamente será recordado como ‘el rey de la arcilla’. Rafa será reconocido como como un tenista tan grande que es capaz de ganar y competir incansablemente por hacerlo, en todo lugar, y repetir.

Siempre será el mismo jugador competitivo ante quien sea. No importa si es el más legendario o un debutante; ni tampoco si lo hace en un entorno de comodidad, o como el domingo, ante la máxima exigencia o la adversidad.

Simplemente es: Rafael Nadal, campeón del US Open 2019.

Rafael Nadal. El mejor de 2019. Imagen: @ATPTour_ES.
El mejor de 2019. Imagen: @ATPTour_ES.

 

Imagen destacada: @usopen. Videos, cortesía de: ESPN.

 

 

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