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Ocho himnos diferentes sonaron en el Minsk Arena

La jornada de finales por aparatos de los II Juegos Europeos de Minsk fue testigo del alto nivel y la diversidad que vive la gimnasia artística europea en la actualidad. Un total de ocho himnos —Finlandia, Rusia, Eslovenia, Italia, Armenia, Bélgica, Ucrania y Lituania— sonaron en el Minsk Arena.

Un ganador de suelo atípico

 

La tarde empezó con sorpresa en suelo masculino. Un aún desconocido finés de 22 años de edad llamado Emil Soravuo se antepuso a los supuestos favoritos gracias a la perfección de su ejercicio. Pese a que no contaba con la mayor dificultad, se quedó pegado al tapiz en cinco de sus seis diagonales, entre ellas un doble agrupado atrás con doble pirueta, una combinación de pirueta adelante y doble pirueta adelante extendidas, y una triple pirueta de salida (la única en la que movió los pies). También prácticamente desconocido en el panorama internacional y muy correcto en su ejecución fue el segundo clasificado, el  británico Giarnni Regini-Moran, que destacó con un doble carpado adelante con media pirueta, un doble agrupado con doble pirueta y una triple pirueta de salida. El ucraniano Petro Pakhniuk se quitó el disgusto de la cuarta plaza del día anterior en la final individual con un bronce en suelo con un ejercicio muy parecido al de sus compañeros, con el doble-doble y la triple pirueta.

Quien podría haber sido oro pero los bordes del cuadrilátero se lo impideron fue el ruso Dmitri Lankin. Con una gran dificultad, tres salidas con un total de 0.6 de penalización lo dejaron sin medalla.

 

En caballo con arcos se repitió el duelo de la final individual con idéntico resultado. El ruso Beliavskiy, con su molino ruso a una mano y la colección de molinos en un extremo del caballo, superó de nuevo a Verniaiev. El ucraniano, aunque con mejor ejecución, llevaba una rutina más sencilla en la que lucen las tijeras con giro del principio, así como un giro similar al de su contrincante. No conforme con su nota, la federación ucraniana presentó una reclamación, aunque esta fue denegada. Celebradísimo fue el bronce de Andrey Likhovitskiy. El gimnasta local, ya veterano y amado por el público bielorruso, les brindó un trabajo más sencillo, pero con un hermoso molino con giro completo sobre las dos grupas.

 

Llegó el momento de la entrada de las chicas al pabellón y un nuevo himno sonó en esta ocasión. La eslovena Teja Belak, toda una especialista en la materia, finalizó dos de sus mejores saltos hasta la fecha: una inversión adelante con mortal adelante extendido con pirueta y un Yurchenko doble. Angelina Melnikova sumó su segunda medalla de estos Juegos Europeos —una plata esta vez— con un Yurchenko doble en el que sacó un pie y una rondada con medio giro con mortal adelante extendido con media pirueta en el que abrió mínimamente las piernas en la repulsión. Sara Peter, de Hungría, completó el podio con los  mismos saltos que Belak.

La final de anillas, en menos de una décima

 

La final de anillas estuvo tan reñida, que solo 67 milésimas separaron el oro del bronce. ¿La razón? Esta estaba llena de especialistas del aparato. Arriba del todo, el italiano Marco Lodadio, que no movió los cables en ninguno de sus elementos de fuerza. En segunda posición, el armenio Vahagn Davtyan, que dio prioridad a los elementos de fuerza sobre los vuelos y los controló en todo momento. En tercer lugar, el único de los tres componentes del equipo ucraniano que quedaba por obtener medalla: Igor Radivilov.

 

 

 

Nina Derwael estaba llamada a seguir cosechando oros, pero se soltó de la barra en una suelta que, irónicamente, lleva su nombre y solo pudo ser cuarta. Aprovechó la coyuntura Angelina Melnikova, que atesoró su tercera medalla, otro oro. Becky Downie, con un estilo más agresivo que el del resto de finalistas, dejó la barra temblando a la salida y se colgó la plata. Y de nuevo, un bronce fue a parar a casa; Anastasiya Alistratava se lo colgó gracias a su porte elegante y sus finas líneas.

 

 

Salto fue el aparato donde el menor de los hermanos Davtyan logró su medalla. El oro de Artur fue por dos saltos impecables, buena repulsión, cuerpo perfectamente colocado en el vuelo y recepción sin ajustes; un Dragulescu y un López (Kasamatsu extendido con doble pirueta). El ruso Dmitri Lankin pudo quitarse el mal sabor de boca de no entrar en la final individual y de no acertar en suelo con una paloma con mortal adelante extendido con doble pirueta y media y un Driggs (Kasamatsu extendido con pirueta y media). Radivilov sumó su segundo bronce con un Dragulescu y un Tsukahara con mortal atrás en carpa.

 

 

 

 

Traca final para Ucrania

 

Derwael necesitaba desquitarse, así que en barra tuvo su oportunidad. La gimnasta belga enlaza un triple giro cosaco con el trabajo cerca de la barra y a continuación otro doble giro cosaco. Melnikova perdió la cuenta de medallas recolectadas con esta plata; Angelina mejoró su actuación de la final individual, en la que tuvo que poner la mano para no caer. Diana Varinska se sumó al festival de medallas ucraniano, ya que la amplitud de sus zancadas fue merecedora del bronce.

 

Verniaiev también necesitaba su oro, y no podía ser en otro aparato que no fueran las paralelas. Sus dos grandes desplazamientos seguidos son una delicia. Al chipriota Marios Georguiou al fin le salieron las cosas; tras ser evacuado en camilla la jornada anterior y caerse en la final de caballo con arcos, firmó un excelente 14.900 y se llevó su medalla. Ferhat Arican (Turquía), se sumó a la fiesta con la elegancia a la que nos tiene acostumbrados.

 

La última final femenina fue la de suelo, donde el himno ucraniano sonó una última vez al son del simpático ejercicio de Anastasia Bachynska. El arabian doble fue un poco bajo, pero el doble en carpa y el doble agrupado fueron formidables. La checa Aneta Holasova, con muy buenos doble en plancha, arabian doble, doble carpado y doble pirueta fue la segunda, y la sueca Jessica Castles completó el podio con una pirueta y media enlazada con un doble agrupado y piruetas enlazadas con un mortal adelante agrupado.

 

 

Para acabar la fiesta, sonó el octavo himno en honor del lituano Robert Tvorogal y su tripleta de Tkachevs (normal, piernas juntas y agarre cruzado). Con un ejercicio más sencillo pero una impecable ejecución se llevó la plata Ahmet Onder, de Turquía. El húngaro David Vecsernyes impactó con una salida Hayden (por encima de la barra) y se llevó la tercera de las medallas. El último ejercicio fue el de Likhovitskiy que, aunque el público se dejó la piel vitoreándolo, se quedó a las puertas del cajón. No obstante, dejó su detalle de calidad: un impulso con la cadera en la barra típico en los 80, que hoy en día es casi imposible ver.

 

 

Gran variedad de países dentro del medallero

 

Ocho himnos sonaron en el Minsk Arena. Un total de quince nacionalidades —Finlandia, Gran Bretaña, Ucrania, Rusia, Bielorrusia, Eslovenia, Hungría, Italia, Armenia, Bélgica, Chipre, Turquía, República Checa, Suecia y Lituania— coparon las preseas. Gran nivel de gimnasia europea el vivido durante los Juegos Europeos de Minsk.

Pueden consultarse los resultados completos en la web oficial de los II Juegos Europeos de Minsk.

Fotos vía instagram.com/verniaiev13

Vídeos vía María Ruiz, twitter.com/UEGymnastics

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