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Dick Fosbury: cuando ser diferente es positivo

Ser diferente puede ser la clave: el caso de Dick Fosbury

No hay nada como investigar, leer, aprender, y si se trata del deporte de Pista y Campo, el tiempo vale,,, cómo vale…

“La prueba de una innovación no es su novedad, ni su contenido científico, ni el ingenio de la idea… es el éxito en su aplicación “. – Peter Drucker

Perseverar y ser pionero

Dick Fosbury amaba el atletismo, el salto alto para ser más precisos. Pese a que acudía al estadio para entrenar todos los días, la manera tradicional de saltar no le salía.  No había forma ni manera. Y con tan solo 15 años de edad su perseverancia, su deseo y sus ganas no le eran suficientes para destacar; apenas lograba saltar 1.54 metros. Él era muy alto – 1.94 metros – y eso no le ayudaba.   ¡No terminaba de comprender por qué la tijereta no le salía! Hasta que se le ocurrió algo al irreverente Dick: se las ingenió para saltar de espalda, pasando primero la cabeza, luego la espalda y por último las piernas. En México durante los Juegos Olímpicos de 1968  se burlaron de él, se reían, y hasta le pusieron el sobrenombre del “saltapatrás”.

Un loco innovador

El público nunca había visto esa forma de saltar. Y se escuchaban los gritos en el Estadio “Ándale Gringo”: el norteamericano se quedaba parado, sin moverse al menos durante 2 minutos para luego comenzar a gemir y a mover sus manos. 

Su rutina para cada salto era muy especial. Muchos lo consideraron un excéntrico y hasta se llegó a pensar que “estaba tocado” ¡Imagínense ustedes! Lo que hoy parece normal,  para aquella época, más de medio siglo atrás, parecía cosa de locos. Nunca nadie antes había visto a un ser humano saltar de esa forma. Razón por la cual en los Juegos Olímpicos de México todas las miradas se enfocaron en él. En un abrir y cerrar de ojos pasó a ser el centro de atracción.   

Lo que sí les podemos decir es que Dick Fosbury ganó el oro olímpico en México, fue una sensación, en unos Juegos Olímpicos donde los chicos del Black Power levantaron sus puños, y Bob Beamon voló hasta el techo.

Medalla de oro sí,  pero el récord lo retuvo Valeri Brumel saltando a la antigua usanza, con sus 2.28 metros – que ese día, en los Juegos Olímpicos de México, con 2.24 metros Fosbury no pudo superar.

Una carrera deportiva novedosa y muy corta

La historia moderna, ustedes la conocen, algunos seguramente mejor que nosotros.

Lo más curioso es que Fosbury se retiró del atletismo a los 21 años para luego graduarse de ingeniero en Oregon State University.  Dejó una forma de saltar impecable, sus objetivos desbordados pasaron a ser un legado perdurable para todos los saltadores de alto: ser campeón olímpico  y un viraje increíble en la forma de saltar.

Ser Diferente puede ser la clave.  “Dick Fosbury lo fue, lo és, y por ahora lo seguirá siendo”. 

Fuente de Imagenes: Momentos de los JJ.OO, SPIKES

Fuentes: Héroes, Mitos y Dioses, Miguel Ángel García @miguelangaro, Ken Goe.

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