Análisis UFC

UFC: Nueva era

Georges St-Pierre. | Foto: ufc.com

Una nueva era. UFC y el mundo de las artes marciales mixtas están entrando de lleno en una nueva era, dominada por jóvenes hambrientos dispuestos a comerse el mundo. Los años pasan y las leyendas lo saben. Algunas, deciden colgar las botas antes de que sea demasiado tarde. Otras, intentan demostrar que el talento es eterno. Poco a poco, esta transición se estaba haciendo visible, pero las últimas cinco semanas han servido para corroborar el cambio.

Relevo generacional

En UFC 234, fuimos testigos de un paso de antorcha. La leyenda brasileña Anderson Silva cayó derrotada por decisión unánime contra Israel Adesanya, el futuro de la división de peso medio. Entre respeto, pasión y disfrute, “The Spider” no estaba contrariado, sino más bien satisfecho. Había encontrado a alguien con la capacidad de continuar su legado.

Los años pasan y las lesiones pesan. Una semana más tarde, el excampeón de peso pesado Cain Velasquez fue fulminado, en tan solo 26 segundos, por Francis Ngannou. Un problema con su rodilla afectó el transcurso del combate, pero, una vez más, se estaba dando paso a una nueva era en la división Heavyweight. En el mismo evento, un dominante excampeón como Renan Barão siguió su declive profesional, acumulando su cuarto descalabro consecutivo.

UFC 235 marcó un nuevo punto de inflexión. El polémico y talentoso Jon Jones retuvo su cetro al imponerse a Anthony Smith, pero si se analiza la cartelera al completo, es otro patrón el que domina: Cody Garbrandt y Robbie Lawler se alejaron del trono y fueron sometidos por “novatos” en la empresa como Pedro MunhozBen Askren. Eternos aspirantes como Jeremy Stephens y Misha Cirkunov no corrieron mejor suerte. Pero la guinda del pastel la puso Kamaru Usman. “The Nigerian Nightmare” hizo lo que parecía imposible: dominar a Tyron Woodley a lo largo de cinco asaltos y arrebatarle el cinturón de peso wélter.

Kamaru Usman, durante su combate contra Tyron Woodley. | Foto: @ufc
Kamaru Usman, durante su combate contra Tyron Woodley. | Foto: @ufc

Por supuesto, en un mundo tan imprevisible con el de las MMA, no todo se rige bajo un idéntico molde. Veteranos curtidos en mil batallas como Diego SánchezJunior Dos Santos han sumado triunfos de prestigio para demostrar que, a veces, la edad es solo un número. Pero esta parece que es la excepción que confirma la regla.

Adiós, guerreros

Cinco semanas dan para mucho. Mucho más que peleas. El 23 de febrero, el holandés Stefan “The Skyscraper” Struve anunció que su combate contra Marcos Rogério de Lima sería el último de su carrera. Con sus 213 centímetros de altura, Struve nunca llegó a la cima que le auguraba su potencial. Aún así, a lo largo de sus 40 peleas como profesional, acumuló un notable 29-11.

Dos días antes, una noticia causó conmoción. Mediante un mensaje en Twitter, Georges St-Pierre anunció su retiro definitivo. “Requiere mucha disciplina parar cuando estás en la mejor forma física y en el mejor estado mental de tu vida. Creo que la mejor manera de superar el paso del tiempo es ir por delante de él”, firmó en su carta de despedida.

St-Pierre, de 37 años, puede ser descrito con una infinita cantidad de calificativos, entre ellos, “uno de los mejores de la historia”, pero todo se puede resumir en un simple sustantivo. Eso sí, en mayúsculas: LEYENDA. 26 victorias y tan solo 2 derrotas. Campeón de peso wélter de UFC. Campeón de peso medio de UFC tras un parón de cuatro años. Tercer peleador con más defensas consecutivas de un campeonato (9). Miembro del Salón de la Fama de las Artes Marciales Mixtas. Y pronto, de UFC.

Y esto aún no es todo. A sus 44 años, Mirko “Cro Cop” Filipovic anunció su retiro del deporte por cuestiones médicas. Un derrame cerebral sufrido después de su combate contra Roy Nelson, a principios de febrero, fue el detonante para poner punto y final a su exitosa carrera. De hecho, el croata puede decir con orgullo que su retiro no se ha producido en el declive de su trayectoria, ya que cerrará este episodio de su vida con una racha de diez victorias seguidas.

La leyenda de Filipovic no se limita a su paso por UFC (donde acumuló un irregular registro de 5-6). Su carrera en K-1 y en PRIDE hicieron que se convirtiera en una de las más brillantes estrellas del firmamento y en uno de los peleadores más temidos del planeta. Entre su lista de logros, destaca su victoria en el World Open-Weight Gran Prix organizado por PRIDE en 2006. “Cro Cop” superó a Ikuhisa Minowa, Hidehiko Yoshida, Wanderlei Silva y Josh Barnett -estos dos últimos en el mismo día-, para ganar el prestigioso torneo.

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