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XXX Copa de España de fútbol sala: Una Copa sin chispa

La Copa del 30 aniversario fue una competición sin chispa. Pocos goles, mucho más juego defensivo que ofensivo, falta de feeling con el aficionado… Circunstancias todas ellas que dejaron un poso de decepción en el espectador que puso sus ojos el fin de semana en Valencia. En medio de este ambiente enrarecido se coronó campeón el Barcelona de Andreu Plaza. El conjunto blaugrana fue el equipo más serio de un torneo antipático en el que hasta Ferrao destacó en defensa.

Si algo ha definido al Barça de estos últimos tres días ha sido la palabra consistencia. Alejado del equipo timorato que se deshizo en migajas en las últimas dos jornadas de liga, el Barcelona no cometió ningún error en la Fonteta. Ninguno. En cuartos dejó la portería a cero, en semifinales el gol lo encajó en inferioridad 4 vs. 5 ya con 0-3 en el marcador y en la final Pito tuvo que empotarla a la escuadra para batirles. El mayor ejemplo de este trabajo defensivo excelso fue Ferrao. El pivot de Chapecó mostró un compromiso atrás sorprendente durante todo el torneo. De hecho, el primer gol de la final viene de un robo suyo a Miguelín en primera línea.

El cemento que ha sustentado a este nuevo Barcelona sin grietas ha sido Marcenio. Con él al mando de la informática, los sistemas de su equipo han corrido como la seda. Tomando siempre la mejor decisión en ataque y siempre bien colocado en defensa, el ala brasileño asegura un nivel notable de todos los quintetos en los que participa. Además, dejó su sello en la final con una finta sin balón a Pito que le habilitó para fusilar a Fede en el 2-1. Si al Barcelona le faltaba una pieza dentro de su extenso rompecabezas, parece que la ha encontrado.

El otro “vencedor” de la Copa 2019 fue ElPozo de Murcia. Si bien se quedó a un partido de completar la gesta, el equipo de Diego Giustozzi fue hasta el domingo el mejor del torneo. Es más, jugó tan bien en semifinales que aplastó por completo a su eterno rival. Por extraño que parezca, Inter fue el sábado un triciclo al lado de aviones como se comprobó en el tercer gol de Fernandito. Todas las derrotas duelen pero esta final que ha perdido ElPozo debe ilusionar. Recién comenzado el nuevo proyecto ya han superado cotas de años anteriores. Una fantástica noticia para la familia Fuertes y aficionados descreídos de ElPozo que tal vez de esta forma redescubran su amor por el fútbol sala.

En cambio, el perdedor de esta Copa fue, sin lugar a dudas, Inter. De hecho, ya fue inferior a Palma los primeros 25 minutos de cuartos. Solo la reacción comandada por Ricardinho y Gadeia evitó un descalabro mayor. Sin embargo, en semifinales la caída fue desde varios metros de altura. Con varios jugadores muy lejos de su nivel, un banquillo sobrepasado por la situación sin Velasco… El escenario que vivió Inter fue dantesco y acabó en una manita histórica a manos de su víctima favorita, ElPozo. La buena noticia para ellos es que aún les quedan tres títulos en liza (Copa de Europa, Copa del Rey y Liga). Tres oportunidades para corregir el rumbo de esta temporada y conseguir que García cambie de opinión respecto a hacer limpia total en verano.

A nivel de juego, esta Copa nos dejó varios datos preocupantes. Para empezar, no se lanzó ni un solo doble penalti. Circunstancia que contribuyó a que fuera el torneo copero menos goleador de la historia. La sequía fue tal que todos los cuartos de final llegaron al descanso con 0-0 en el marcador. Esta falta de goles tampoco es que trajera igualdad. El único partido de cuartos emocionante de verdad fue el OsasunaPeñíscola que se decidió en los penaltis. Por su parte, las semifinales sí llegaron con goles al descanso pero se decantaron muy pronto. En realidad, no hubo ninguna sorpresa ya que siempre ganó el equipo mejor clasificado en liga. Algo nefasto para el espectáculo.

Esta falta de goles y salseo desembocó en cierta falta de ambiente en la Fonteta. Con asientos vacíos incluso en la final, la organización no recordó en nada a lo conseguido en el Wizink. El pabellón tampoco ayudó al estar adaptado para el baloncesto y dejar localidades con visibilidad reducida. Por otro lado, el escaso bagaje del Levante como anfitrión fue otra de las claves de la falta de color en las gradas. También influyó que su partido de cuartos coincidiera con el ValenciaBetis de fútbol correspondiente a las semifinales de la Copa del Rey. Menos mal que la mejor afición, la del Jaén, se quedó a ver todos los partidos religiosamente pese a caer en cuartos. Algunos, por suerte, incluso siguieron animando el cotarro como Súper Llopis, el verdadero MVP de la competición.

En resumen, la XXX Copa de España de fútbol sala no será recordada con excesivo cariño más allá de Barcelona. Por fortuna, dentro de un año tendremos una nueva oportunidad para sonreir con la mejor competición de clubes. El escenario ya ha sido decidido. Málaga acogerá por primera vez la Copa y lo hará, en teoría, sin equipo anfitrión salvo que Antequera logre el milagro de la salvación. Vuelta a la fórmula de años anteriores pero repitiendo pabellón de baloncesto. Ojalá el juego acompañe.

Imagen destacada vía: www.lavanguardia.com

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