En menos de un mes empiezan las competiciones deportivas, y los entrenadores y entrenadoras no tienen vacaciones en la gestión de su grupo.
Tanto en el deporte profesional como en la base, la preparación de la temporada es fundamental para poder desarrollar las diversas competiciones de una manera positiva. Y es el entrenador o entrenadora y en algunos casos también el staff o la dirección deportiva, el o la que tiene que seleccionar los objetivos, la metodología y los momentos de la temporada en los que se quieren trabajar los diversos aspectos. Esto es distinto si el entrenador o entrenadora conoce el club o a la plantilla (si no lo conoce, la rapidez con la que observe el grupo y las individualidades hará que pueda gestionar mejor el equipo) o si las exigencias del club son competitivas o formativas.
Una de las formas de planificar tanto en la parte formativa como en el deporte profesional es en base a las creencias personales y profesionales del entrenador o de la entrenadora que lleve a ese equipo. Un entrenador o entrenadora formada en fútbol por ejemplo, tiene en cuenta varios aspectos para planificar la temporada como el trabajo físico, el táctico o juego colectivo, el técnico y sobretodo el aspecto psicológico. En cada uno de los diversos microciclos de la temporada se trabaja en todos estos aspectos. Igual de importante es saber planificar y gestionar la parte técnica que la parte psicológico-emocional o de trabajo de grupo.
Todos los equipos que han conseguido éxitos, recalcan un camino común. Y este no es tanto como se trabaja la táctica o si la salida de balón o la finalización pueden ser distintas sino que todos los equipos campeones señalan la unión del vestuario. Y es que sin grupo no hay equipo. Si no se trabaja la cooperación, el sacrificio, el trabajo en equipo, la ilusión, y las necesidades individuales y colectivas del grupo, difícilmente un entrenador o entrenadora llevará a un equipo a ser campeón o a realizar una temporada de la que esté orgulloso u orgullosa.
Si hablamos de fútbol base, de equipos prebenjamines, benjamines o alevines, el esfuerzo es aúna mayor. No solo hay que trabajar esto, sino tener como prioridad que antes de enseñar a futbolistas a jugar a fútbol o a cualquier deporte se está educando a personas para que cumplan objetivos a trabajar como la gestión emocional, el autoconocimiento, la autoestima, la toma de decisión o el pensamiento creativo y crítico.
Por lo tanto en el planteamiento inicial de una temporada de cualquier equipo y deporte, la prioridad absoluta es trabajar con personas, para que ellas puedan desarrollar de una forma adecuada un deporte que no solo les tiene que aportar diversión, competitividad, ambición o frustraciones sino las habilidades necesarias para saber gestionar las emociones y momentos que puedan vivir dentro y fuera del campo así como trabajar juntos o juntas en un objetivo común marcado por el entrenador o entrenadora durante un año.
Imagen vía: kienyke
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