Quien iba a predecir aquella tarde de hace, nada más y nada menos, 13 años, donde conquistó su primer Masters 1000 en Montecarlo, que aquel chico de Manacor con melena larga, cintillo, camisetas sin mangas y pantalón pirata iba a alzar al cielo de Canadá su trigésimo tercer Masters 1000.
En esa época, 2005, Agassi parecía inalcanzable con sus 17 entorchados en dicha disciplina, pero estamos hablando de otra galaxia que, hoy en día, parece un insulto comparar con el americano. Don Rafael Nadal Parera está a punto de ¡¡doblarle!! Más locura aún considero el aventajar a Novak Djokovic en 3 trofeos (33-30) y al supuesto mejor jugador de la historia, Roger Federer, en 6 (33-30). El rey renueva su trono.
80 títulos. El mejor deportista español de la historia, además de ampliar su sala de trofeos, que a estas alturas tendrá que dividirlos entre las casas de sus familiares por el tema del espacio, también sigue ampliando la distancia con sus perseguidores por el cetro mundial. El número uno del mundo, mete más distancia con Federer, que decidió no disputar este torneo por descanso. El colchón alcanzado por Rafa puede ser suficiente para acabar el año, de nuevo, en lo más alto del ranking mundial, salvo que el suizo acabe el año de manera excelsa, cosa que nunca hay que decir muy alto.
Nadal le puso freno al, ya no tan sorprendente, Stefanos Tsitisipas, por 6-2 y 7-6 en una una hora y 41 minutos de juego. La joya griega se consagra como una de las mejores raquetas mundiales, al ascender al puesto número 15 mundial, 12 puestos más. Por primera vez es top20 mundial, pero en el futuro esta cifra se le quedará minúscula. Tras su semana en Barcelona, donde también cayó en la final ante Rafa, y la que acaba de realizar, hay síntomas reales para pensar que este chico ya está en la élite y tiene todas las armas para competir con los ‘extraterrestres’ de la raqueta. El de Atenas ha conseguido mandar al aeropuerto con billete de vuelta a Thiem, Djokovic, Zverev y Anderson. Ahí está el mérito del joven griego y el del no tan joven español. Pueden llamarle ‘ el matagigantes’, pero hasta que no mate a ‘El Gigante’, no puede ser merecedor de dicho nombre.
Gane o pierda, un ejemplo de deporte y vida.
Cuando el luminoso marcaba 5-3 a favor de Nadal en el segundo set y 30-15 para Tsitisipas con su servicio, un espectador gritó cuando el griego se disponía a sacar. El sacador, obviamente, falló su primer servicio (poco más y la manda fuera del estadio). El joven tenista se quejó inmediatamente después y Nadal calmó los ánimos de su rival, del árbitro y del público señalando que se repetía el primer saque. Puede parecer una chorrada, pero diez minutos después, el marcador estaba 5-6 a favor del de Atenas. Una bola en el tenis lo puede cambiar todo, pero Rafa se la juega, para él es más importante el sentido común y la deportividad, que las consecuencias que pueda tener hacer el bien. Enorme gesto del balear, que el público se lo reconoció con una atronadora ovación.
Un año, de ‘locos’
A sus 32 años, el español conquistó su cuarto trofeo en Canadá: 2 en Montreal (2005 y 2008) y 2 en Toronto (2013 y 2018). Al mismo tiempo que conquistó su quinto título de la presente temporada. La sabia nueva, el relevo generacional, está tardando y más que va a tardar. De los 6 Masters 1000 disputados este curso, la mitad tienen nombre: Rafael (Monte-Carlo, Roma, Toronto). Además de dichos 3 títulos esta campaña, Nadal venció en Barcelona y, nada más y nada menos que, Roland Garros. Por lo tanto, también está en la cima de jugadores con más títulos en 2018 con 5. Le siguen con 3: Federer, Zverev y Fognini. 5/5 en finales en este genial año. No se cansa. La misma ilusión que el primer día. Parece fácil hablando de quien hablamos, pero llevaba 5 años sin ganar un Masters 1000 en pista dura. El último fue en 2013, año en el que ganó 5 Masters 1000, su récord personal. Estamos en agosto, lleva 3, ¿lo igualará?
Estamos ante el primer tenista clasificado matemáticamente para el torneo de Maestros de Londres, certamen que se disputará del 11 al 18 de noviembre entre las 8 mejores raquetas del panorama mundial.
Jugar una final de un Masters 1000 ante el actual número uno del mundo es una derrota casi segura, ya que, sale victorioso en el 83% de las mismas. De hecho, acumula 33 entorchados y 16 finales, es el dominador nato en esta categoría, a años luz.
El primer set fue un claro reflejo de una obvia superioridad mental y, a su vez, que recordó en el marcador y en el juego, al primer set jugado en Barcelona. Rafa acaba las semanas mejor de las que la empieza, de toda la vida, y debido a la confianza adquirida estos días, nos deleitó con un juego agresivo imposible de contrarrestar por el ateniense. El joven Stefanos se vio sobrepasado y el comienzo del segundo set, con rotura a favor del manacorí, no ayudó. Sin embargo, frenó la hemorragia como un gran tenista que es y, surgió de la nada, para levantar un 5-3 y ponerse 5-6 a su favor en cuestión de minutos. La muerte súbita era algo inesperado para todos, pero el griego, con buen juego y fe, la buscó y la encontró. La batalla finalizó con 7-4 en el ‘tie-break’ con una gran derecha invertida ganadora. El español clavó las rodillas en la pista bajo el cielo canadiense y gritó por todo lo alto, como si no conociese el sabor de la victoria y fuera nuevo en esto. Así de grande es, le da igual el número, sólo le importa competir y ser feliz.
Foto: ATP World Tour
A pesar de ser el jugador más joven de la historia en vencer a 4 top-ten consecutivos para meterse en una final de este calibre y de disputar la final el día de su cumpleaños, pocos pensaban que esta preciosa película iba a tener un final feliz. Nadal no entiende de edades ni de generaciones y le propuso un partido como cuando le acosaba a Roger su revés a una mano con sus bolas altas y sus posteriores derechas paralelas. Hay cosas que no cambian nunca. Quitando al canadiense Shapovalov, que le derrotó el año pasado en Montreal, Nadal baja de las nubes a las jóvenes estrellas que intentan imitarle. En menos de dos años, ha dejado por el camino en numerosas ocasiones a jugadores jóvenes con un talento y desparpajo descomunal de la talla de Zverev, Chung, Donalson, Khachanov, Rublev, Coric, De Miniaur… y los que faltan por sucumbir.
Nadal se borra de Cincinnati.
Tras ganar el Masters 1.000 de Toronto, Nadal anunció que no jugará el Masters 1.000 de Cincinnati, que comienza este lunes: “Siento mucho anunciar que no jugaré en Cincinnati este año. No hay otra razón más que quiero cuidar mi cuerpo y tratar de mantenerme tan saludable como me siento ahora”, dijo en un comunicado difundido por la organización.
A pesar de estar como un toro, Rafa prioriza su cuerpo y llegar descansado al USOpen, donde defiende título. Parece que no le va mal esta estrategia a Rafa y Roger, que, prácticamente, se reparten los títulos del circuito (este año ya van 8 entre ambos). Aunque todos queríamos verle en acción y, más a este nivel, dicen que lo que funciona, ¿para qué tocarlo?
Si le sentaron tan bien las vacaciones tras Wimbledon, que las repita durante Cincinnati. Contando los días para su regreso, aunque para este ‘chavalín’, los días no pasan…
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