Dicen que “la ocasión la pintan calva” cuando tienes que aprovechar las oportunidades que se te presentan y valga también el dicho de “así se las ponían a Felipe II” cuando te ponen algo muy facil y quizás las dos acepciones pueden ser válidas para el Tour de Francia que acaba de ganar el británico Geraint Thomas.
Acudía Thomas al Tour como segundo espada de su equipo el todopoderoso Sky, aunque tambien aparecia en algunas quinielas como aspirante, que partía con la idea de hacer historia con Froome y poder entrar con este en el club de los ganadores de 5 Tours, pero a medida que fue pasando la carrera pronto se vio que “G” como le llaman en su equipo, aparte de ser un buen lugarteniente de lujo podía llegar más lejos en la clasificación.
En los Alpes demostró que era el corredor más en forma anotándose los dos parciales con final en alto (Rosiere y Alpe d’Huez) pero más que las victorias se veía que era el corredor más en forma de entre los favoritos aunque nadie sabía hasta donde podía llegar y en la tercera semana muchos esperaban su explosión y hundimiento.
Pero nada más lejos de la realidad, en la última semana lo único que hizo fue confirmar que era el mejor este año y que su estado de forma era óptimo para la victoria aguantando las embestidas de sus rivales en las etapas pirenaicas, al contrario que su líder, Froome, que se le vio llegar mucho más justo.
Finalmente en la última contrarreloj se dio el gusto de demostrar esa superioridad marcando los mejores tiempos intermedios hasta que su director le mandó levantar el pie para asegurar su victoria en la carrera y “premiar” así a Froome con la victoria de etapa que era el que venía detrás de él pero al final fue el segundo clasificado, Dumoulin, el que se llevó el gato al agua.
Pero ¿que es lo que ha cambiado para que un joven y corpulento muchacho de 21 años que debutó en el Tour en 2007 y acabó penúltimo a más de 3 horas del vencedor haya llegado hasta aquí? Su evolución temporada tras temporada ha sido constante y ha seguido un camino similar al del primer gran líder del Sky, Wiggins.
Tras incorporarse al Sky en 2010, corrió el Tour donde acabó el 67º, pero un año después, en 2011 ya empezó a demostrar que podía estar delante en etapas importantes acabando en la 30º posición siendo el segundo mejor Sky en la general por detrás de Rigoberto Uran que fue 23º.
Tras quedarse fuera el año de la victoria de Wiggins, volvió en 2014 acabando en una nada buena 140º posición, pero a partir del año siguiente comenzó su progresión de verdad anotándose su primera general final, la Vuelta a Baviera y acabando en 22º posición el Tour, el segundo mejor de su equipo que se quedó sin líder por el abandono de Froome.
El 2015 comenzaba de manera inmejorable para Thomas puesto que era capaz de vencer en la general de la Vuelta al Algarve tras anotarse la primera etapa con final en alto y luego en la clásica E3Harelbecke. Acudía al Tour como uno de los gregarios importantes de Froome y se mantuvo entre los mejores (4º) hasta la 15ª etapa con final en La Toussuire donde reventó definitivamente llegando a 22 minutos y bajando a la 15º plaza que ocupó al final de la carrera.
De nuevo en 2016 comenzaba la temporada con grandes victorias, en este caso la general del Algarve de nuevo y también una de más lustre, la Paris Niza. Tras estas victorias acudió de nuevo al Tour para repetir posición 15º, ayudando de nuevo a Froome a ganar.
Viendo que podía estar delante en 3 semanas, la temporada pasada le llegó la oportunidad de liderar a su equipo y Dave Braislford le mandaría al Giro de Italia junto a Mikel Landa como tal, tras anotarse una etapa y la general final del Tour of the Alps y una etapa de la Tirreno. Comenzó el Giro como uno de los favoritos y en buena forma pero un accidente con una moto de la policia le dejó fuera de combate en el Blockhaus, y pese a continuar 2 días más en carrera y ser segundo en la contrarreloj individual de Montefalco finalmente tuvo que abandonar la carrera al llegar a Reggio Emilia. Aún así tras ese abandono, se recuperó y fue al Tour de Francia como apoyo para su compañero Froome empezando como primer líder tras ganar la prologo y manteniéndose 2º hasta la etapa de Chambery que tuvo que abandonar por caída el mismo día que abandonaba otro de los favoritos, Richie Porte.
Este año comenzaba la temporada venciendo la crono de su prueba fetiche, la Vuelta al Algarve y siendo 2º en la general y siendo 3º en la Tirreno. Después tras Romandia se mantuvo entrenando hasta el Dauphine donde demostró ser el mejor y llegar al Tour en una gran forma.
Vemos que su evolución ha sido constante y progresiva hasta llegar aquí. Quizás el momento de pasar a ser top20 a ser top10 se lo haya pasado, o quizá era el año pasado cuando se vio obligado a abandonar las dos grandes que corrió y donde estaba entre los mejores, pero lo que hemos visto esta temporada es que ya está en el grupo de los mejores y como hemos dicho, ha aprovechado su ocasión puesto que el lider indiscutible de presente es Froome y el de futuro en Sky se llama Egan Bernal, que en su debut ha sido un gran pilar en la victoria de Thomas.
Este año finaliza contrato con los británicos y tras lo visto está en disposición de poder elegir donde quiere correr y con status de líder, aunque su equipo también querrá mantenerle. La pregunta es si su ambición ha acabado aquí o si por el contrario querrá ganar más, esperemos todos que sea lo segundo y no se quede aquí.
Con esta parte de la temporada acabada hay que esperar qué planes tiene para el resto de la temporada pero habrá que estar más atentos a él a partir de ahora.
Imagen destacada: www.ciclismoafondo.es
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