El ciclista alemán John Degenkolb (Trek-Segafredo) se coronó por segunda vez en la meta de Roubaix imponiéndose al sprint a sus dos compañeros de fuga el maillot amarillo Greg Van Avermaet (BMC) y el vigente campeón belga Yves Lampaert (Quick-Step Floors).
La novena etapa del Tour de Francia entre Arras y Roubaix ha recorrido 154 kilómetros por carreteras estrechas y 15 tramos adoquinados ubicados en los últimos 100 kilómetros de la etapa. La etapa, señalada por todos los candidatos a la clasificación general, suponía un obstáculo formidable para los livianos escaladores, sobre todo si aparecía la lluvia a lo largo del recorrido.
Afortunadamente, la etapa se desarrolló bajo un sol brillante, lo que ha atenuado los efectos devastadores para el los corredores. Sin embargo, pronto comenzaron las caídas, y ya en el kilómetro 7 una caída dejó fuera de combate al australiano Richie Porte con una fractura de clavícula que le obligaba a abandonar la carrera. A su vez José Joaquín Rojas dejaba sin uno de sus principales gregarios a Movistar. Poco después se formó la fuga del día, con Lilian Calmejane, Jérôme Cousin, Damien Gaudin (Direct Energie), Thomas de Gendt (Lotto-Soudal), Omar Fraile (Astana Pro Team), Reinhardt Janse van Rensburg (Team Dimension Data), Chad Haga (Team Sunweb), Olivier Le Gac (Groupama – FDJ) y Nicolas Edet (Cofidis).
Una vez comenzados los tramos de pavés, se desencadenaron los problemas entre los favoritos a la clasificación general. Bardet con 4 incidentes se llevó la palma, pero también tuvieron incidentes otros favoritos, como Majka, Froome, Fulgsang o Quintana, quienes terminaron regresando al grupo de favoritos.
Movistar parecía dominar la situación con maestría, cuando a falta de 32 km para el final, Mikel Landa sufrió una caída en una zona de asfalto aparentemente sin peligro. Momento crítico con la carrera lanzada, Movistar hizo parar a Imanol Ervirti y a Andrey Amador para organizar la persecución e intentar enlazar de nuevo con el pelotón de hombres importantes. A continuación Rigoberto Urán también sufría una caída que le dejaba magullado, Education First también hizo parar a sus gregarios para ayudar a su jefe de filas.
Los últimos 30 kilómetros fueron trepidantes, por delante la fuga iba perdiendo integrantes mientras empezaban los movimientos de los clasicómanos favoritos para ganar la etapa. Gilbert lanzó su ataque sin fortuna ya que sufrió un pinchazo que le hizo volver al grupo. Van Avermaet marchaba al frente del pelotón muy atento a los movimientos de Sagan, Stuyven e incluso Alejandro Valverde, quien se movía en cabeza con gran soltura entre los tramos de adoquín y asfalto. Quintana también lograba mantenerse en el grupo de los aspirantes a victoria en París.
Por detrás sus compañeros de Movistar se afanaban por cortar la hemorragia de tiempo estabilizando la desventaja de Landa alrededor del minuto. Detrás de ellos Urán y su equipo luchaban por intentar contactar con el grupo de Landa, pero finalmente no lo conseguirían.
En la disputa por la etapa, el grupo de favoritos absorbió a los supervivientes de la fuga a 19 kilómetros de meta, antes del tramo de Camphin-en-Pévèle en el cual se marchó el trío de Van Avermaet, Degenkolb y Lampaert a por la victoria en Roubaix. Sagan veía cómo se le escapaba la oportunidad de reeditar su victoria en Roubaix del mes de abril.
En el sprint final se imponía John Degenkolb, vencedor del Infierno del Norte en el año 2015. El corredor alemán no podía reprimir las lágrimas de emoción, ya que es su primer triunfo de relevancia desde que sufrió con sus compañeros de equipo un atropello en enero de 2016.
En cuanto a la lucha por la general, Bardet que sufrió su cuarto percance del día se unía al grupo de Landa y al final de la etapa casi conseguían enlazar con el grupo de favoritos a la clasificación general cediendo solamente 7″. En cambio Rigoberto Urán entraba en meta perdiendo 1 28″ frente a Froome, Thomas, Valverde y compañía.
No se puede quejar Mikel Landa de equipo, Movistar, en una maniobra valiente, se la ha jugado poniendo a sus gregarios al servicio del ciclista alavés y dejando a Valverde y Quintana solos en el grupo delantero. Al final todo salió bien, y el tridente del equipo telefónico sigue vivo ante el inicio de los Alpes el próximo martes.
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