En la mañana de este martes han caído dos nuevas medallas, una de oro y otra de plata, para el equipo español en los Juegos del Mediterráneo que se está disputando en Tarragona (España)
Esta vez fue el bádminton el que se encargó de aumentar el medallero de la selección española de la mano de Pablo Abián y Beatriz Corrales, oro y plata respectivamente.
Beatriz Corrales
La primera en saltar a la pista fue Beatriz Corrales, que tras un torneo muy regular, le quedaba tan sólo un escalón para subir a lo más alto del podio, pero para ello debía vencer a la turca Neslihan Yigit. Fue un partido igualado, que pudo caer para cualquier lado, de hecho, en el primer set la madrileña lo llegó a rozar con la yema de los dedos a pesar de haber tenido que ir a remolque casi desde el principio, igualando por dos veces una desventaja que la alejaba de la posible victoria, primero fue en un 8 a 4 primero para posteriormente hacer lo propio con un 18 a 15, e incluso esta última vez se puso por delante, 19-18, a tan sólo dos puntos de la machada, pero no pudo ser y terminó cayendo para el lado turco por 21 a 19.
La segunda manga fue más igualada, Beatriz incluso logró una ventaja de 14 a 10 que terminó desaprovechando. Su rival no sólo remontó, sino que la puso entre las cuerdas con un 20 a 18, una vez más el público español vio una remontada de la madrileña, 21 a 20, a tan sólo un punto del empate a sets, pero no pudo ser, Yigit sentenciaba el partido con un 21 a 23 que ponía fin a un encuentro que duró 43 minutos.
Pablo Abián
El oro llegó de la mano de Pablo Abián ante el francés Maurice Corvee, al derrotarlo en tres ajustados sets (21-23, 21-15 y 21-17) en el que el jugador maño tuvo que remontar un primer set que lo tuvo de cara,. Abián estaba desarrollando un juego arrollador que le permitió lograr una ventaja de 17 a 11, pero para sorpresa de todos los presentes, el español comenzó a fallar y Corvee a coger confianza, tanto que llegó a recortar diferencias, la última en el punto de set, 20 a 19, para terminar cayendo a su favor.
No le quedaba otra a Pablo que ganar los otros dos restantes para subir a lo alto del podio, pero debía sobreponerse a los errores cometidos anteriormente, y lo logró, vaya que si lo logró, despegó a las primeras de cambio logrando un 8 a 1, vuelo del que no aterrizó hasta llegar al final del segundo set, 21-15 quedó el electrónico.
El oro tenía que decidirse en el tercero y definitivo y, tras un mal comienzo de Pablo que hizo peligrar la victoria, el maño logró revertir la situación gracias a un parcial de 8 a 0 que le aupó a la victoria y le permitió colgarse la medalla de oro.
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Fuente de las fotos: as.com
