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El entrenador como formador (I)

En los últimos años, las escuelas deportivas de fútbol base, están centrando gran parte de su fuerzo a desarrollar su capacidad educativo-formativa. Cada vez más, los clubes, asumen su rol de “educares deportivos” y fomentan dentro de su política deportiva estrategias para mejorar este aspecto. Dentro de esta maniobra, el entrenador/a formador/a es la figura clave, ya que es el responsable de ejercer y llevar a cabo a la práctica este “modus operandi”.

El método y los estilos de enseñanza que pongan en funcionamiento el/la técnico, pueden llevarle al éxito o a la frustración del proyecto. El modo, la manera o forma de llevar a cabo el proceso enseñanza-aprendizaje con sus jugadores es transcendental.

Entrenadores formados

Para conseguir el propósito deseado, las escuelas de fútbol deben saber elegir y seleccionar bien a sus técnicos. Toda función de la índole que sea, requiere de unas características esenciales para aquellas personas que la vayan a desarrollar. Por tanto, no nos sirve cualquier persona que esté interesada o que le pueda presentar la oportunidad sin más, sino, hay que exigir unos conocimientos, actitudes y habilidades mínimas que nos aseguren que estamos ante un candidato óptimo para su función.
En mi opinión, el entrenador/a debe mínimamente ostentar los siguientes requisitos:
-Titulación académico: educación secundaria obligatoria.
-Titulación específica del deporte: técnico deportivo nivel 1.
-Experiencia al menos de 2 temporadas como segundo entrenador o como parte del cuerpo técnico.
-Haber practicado el deporte de forma federativa.
-Poseer capacidades y habilidades pedagógicas.
-Vocación e inquietud por aprender nuevos conocimientos.

Técnicas y estilos de enseñanza

Para transmitir o enseñar es imprescindible saber de qué modo vamos a proceder. Podemos utilizar dos tipos de técnicas para el desarrollo del aprendizaje:
1. La enseñanza mediante instrucción directa o reproducción de modelos. Donde el entrenador/a dice todo lo que hay que hacer y cómo hay que hacerlo. La participación del jugador se basa en la absorción y repetición de las tareas planteadas con soluciones ya previstas y probadas.
2. Enseñanza por indagación o búsqueda: El entrenador decide una parte y los jugadores otra, proponiendo situaciones cada vez más complejas que conlleven un aprendizaje significativo mediante el desarrollo de la inteligencia.

Considero que ambas técnicas deben ser utilizadas, ya que, en ocasiones será más apropiado utilizar uno u otra dependiendo de las características y los objetivos planteados en la tarea propuesta en el entrenamiento.
A mi modo ver, siempre utilizar una sola técnica nos puede llevar al fracaso. Por un lado, siempre utilizar la instrucción directa provocará que convirtamos a nuestros jugadores/as en simples “títeres” dentro del terreno de juego. Algo muy peligroso ya que el fútbol es un juego dinámico, cambiante, imprevisible donde no se puede tener todo contralado y el jugador/a tiene que estar preparado para tomar decisiones y soluciones por sí solos.
Por otro lado, y principalmente en edades tempranas, hay que guiar al futbolista a conseguir ciertas metas. Otorgarle una “base” de soluciones donde acogerse, unos mecanismos unos modelos de actuación ya establecidos, que le otorguen de cierta seguridad para atajar los problemas que se le plantean en la práctica del deporte.

Una vez analizado los modos que podemos seleccionar para llevar a cabo nuestro proceso de enseñanza-aprendizaje, prestemos atención ahora a los siguientes estilos de enseñanza.
Como podremos examinar, los modos y los estilos están directamente relacionados.
De forma general, demos un vistazo a los diferentes estilos de enseñanza. Estos son:

A) Mando directo: El entrenador/a dictamina todas las decisiones y da las órdenes oportunas. El jugador se limita a acatar y ejecutar las mismas. Todos actúan de la misma forma, de esta manera, no se consideran las posibles diferencias individuales de los jugadores, ya que todos deben realizar lo mismo.

B) Asignación de tareas: El técnico propone tareas masivas y los jugadores las ejecutan de forma más libremente, decidiendo sobre el inicio, el ritmo y el final. De esta forma, existe mayor individualización de la enseñanza, ya que cada jugador trabaja a su nivel y a su ritmo. No existe un objetivo tan marcado de la disciplina.

C) Enseñanza recíproca: se trata de plantear la enseñanza por parejas, donde uno ejecuta y el otro observa y corrige errores. Posteriormente, hay intercambio de papeles. Existe, mayor participación y responsabilidad del jugado/a en lo que está aprendiendo.

D) Grupos reducidos: El preparador forma grupos de 3 o 4 jugadores, de los cuales uno ejecuta, otros observan y otro anota. Estos papeles se van alternando. De esta forma, se facilita la integración y la responsabilidad del jugador.

E) Microenseñanza: este estilo trata de establecer grupos de 10 o 15 jugadores/as y se elige a un responsable que hace de entrenador. Se debe elegir bien a los responsables en función de su capacidad y status en el grupo.

F) Programa individual: la idea es, confeccionar programas tipo individualizado y adecuado para cada jugador. El jugador debe tener capacidad de independencia y de trabajar por sí mismo. El programa se puede desarrollar en presencia del entrenador o en ausencia del mismo.

G) Descubrimiento guiado: El entrenador orienta el aprendizaje de los jugadores permitiendo que ellos investiguen y descubran tomando decisiones. La intención es que “aprendan” sin apenas “enseñar”. El técnico actúa como guía del proceso, proponiendo diversas opciones y forzando al jugador a que compare y elija situaciones correctas que se le ofrecen.

H) Resolución de problemas: El jugador es el protagonista del proceso de enseñanza-aprendizaje, permitiendo que tome decisiones durante, después e incluso después de la sesión. El entrenador plantea el problema y el jugador va dando respuestas motrices a las situaciones propuestas. El entrenador decide las actividades, aunque el jugador puede intervenir y buscar variantes.

I) Libre exploración: el entrenador/a es casi un elemento pasivo, establece unas normas mínimas de control y refuerza las respuestas más interesantes. Este estilo, Lleva al extremo la capacidad cognitiva y creativa del jugador, ofreciéndole la posibilidad de elegir las actividades, la organización y demás, y tomando todas las decisiones. Permite la libertad absoluta de los jugadores.

Como hemos podido comprobar, el modo que utilicemos para llevar a cabo la formación de la práctica deportiva, será más indicado utilizar un estilo u otro. Por ejemplo, bajo la perspectiva del modo de instrucción directa, uno de los estilos para desarrollar, podría ser el mando directo. Por el contrario, desde el punto de vista de la enseñanza por indagación, el descubrimiento guiado sería una buena opción para proceder bajo esta visión.

 

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4 Responses

  1. Tanto tiempo a tu lado he aprendido mucho.Grande mister

  2. David Ponce Moreno espero pronto su próximo artículo lleno de tanta sabiduría tanto deportiva como pedagógica como demuestra en cada artículo que escribe. Se nota la gran vocación que tiene por el deporte, la pedagogía y en cada cosa que escribe. Mi enhorabuena.

  3. Además estoy muy de acuerdo en los requisitos que deberían cumplir todo entrenador deportivo!!!! Y se debería llevar a cabo.

  4. Buen artículo, pero muy largo.
    El fútbol es algo más simple.

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