El Welsh Open 2018 será recordado como el torneo en el que John Higgins cumplió la treintena. El mago de Wishaw aprovechó la tesitura y ganó en Cardiff su título de ranking número 30. De esta forma, el escocés se une a los dos mejores jugadores de la historia, Stephen Hendry y Ronnie O’Sullivan. Ellos fueron los únicos que superaron previamente esa cifra con 36 y 32 torneos respectivamente. Toda una Santísima Trinidad del snooker que tardará mucho tiempo en añadir un nuevo miembro al club.
Si por algo se caracterizó este Welsh fue por la dejación de funciones de la mayoría de favoritos. Tan solo tres top-10 alcanzaron los octavos de final: Higgins, Ronnie y Barry Hawkins. La segunda ronda fue una auténtica masacre con bajas como las de Judd Trump, Mark Selby o Neil Robertson. Especialmente dolorosa fue la derrota del australiano quién perdió en el decider tras conseguir nada menos que tres centenas en el transcurso de la partida.
Un reguero de eliminaciones sorpresa que nos brindó una final anticipada en cuartos. Higgins y Ronnie rodaron un nuevo episodio en su rivalidad de película con victoria esta vez para el escocés. Hasta en 66 ocasiones se han enfrentado a lo largo de su carrera desde que se hicieron profesionales en 1992. Un registro que hace empequeñecer a otras rivalidades ensalzadas por el gran público. Por ejemplo, Nadal y Federer “solo” se han enfrentado en 38 ocasiones. Casi la mitad que estos dos genios del snooker.
Sin embargo, en esta ocasión la partida no tuvo demasiada historia (5-1). Pese a venir como un tiro, Ronnie jamás estuvo cerca de poner en apuros al escocés. Crecido por su triunfo en el Grand Prix y un camino de rosas en el Welsh, el cohete se caló al encontrarse con la varita del mago. Ya son dos victorias consecutivas contundentes para John pues en el Scottish Open del año pasado le endosó otra manita (5-0). Un par de golpes que a buen seguro afectarán a sus futuros enfrentamientos en grandes plazas como el Players Championship o el Campeonato del Mundo.
Una vez derrotado su némesis, a Higgins solo le quedaba otra piedra en su camino para el título. Barry Hawkins, el otro top-10 que se presentó en Cardiff, simplemente tuvo que tirarse en tobogán para llegar a la final. No obstante, esta temporada está siendo especialmente dura para The Hawk. El fallecimiento de su hermanastro le ha impedido concentrarse en el snooker y no ha terminado de encontrar su juego. En cualquier caso, como siempre que llega el Campeonato del Mundo, pocos rivales hay más peligrosos que Barry. Uno de los mejores jugadores en encontrar la forma en el momento justo.
Ambos disputaron un encuentro igualado (9-7), posiblemente el mejor de todo el torneo con varias centenas, incluidas una de 141 y dos de 138. Sin embargo, la tostada cae siempre del mismo lado y John terminó llevándose las 70.000£ de premio. El del domingo es el quinto Welsh Open que gana Higgins convirtiéndose en el jugador más laureado del torneo más emblemático de Gales. Una estadística que no es baladí si tenemos en cuenta que el Welsh es el torneo más longevo más allá del UK Championship y el Campeonato del Mundo. Y más si el jugador al que supera es su archienemigo en el tapete Ronnie O’Sullivan.
El siguiente objetivo de John está claro: volver a coronarse en Sheffield como mejor del mundo. Algo complicado como bien reconoce tras 7 años sin ganar un grande. Demasiados para uno que cumplió la treintena y al que debemos rezar como Santísima Trinidad del snooker.
Podéis revisar como fue el transcurso del torneo en Cardiff aquí.
Imagen destacada vía: www.eurosport.com
Vídeo vía: Snooker Match
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