Muchas veces un suceso fortuito da pie a una historia, la historia de como un deporte minoritario, como el curling, pasa a convertirse en uno de los que más expectación crea alrededor del mundo, y todo por una prenda. Acontecimientos dignos de recordar, que de seguro pasarán a formar parte de la historia del deporte, y por qué no, de la moda.
Es invierno, concretamente febrero y una ciudad, Pyeonchang (Corea del Sur). En el Estadio Olímpico de la ciudad se da el pistoletazo de salida a los Juegos Olímpicos de Invierno de 2018, y con él, a diecisiete días de máxima competición. Casi 3000 atletas de 15 modalidades distintas se disputan un hueco en la historia del deporte. Anécdotas, imágenes inmortalizadas que quedan para el recuerdo e ilusión, mucha ilusión.
Bobsleight, esquí alpino, patinaje artístico… y curling. Mucha gente se preguntará ‘¿curling, qué relación tiene con la moda?’ A simple vista, ninguna. Los focos de atención están dirigidos hacia un lugar concreto, el Centro de Curling de Gangneung. Un deporte de precisión, una pista, y sobre todo, un equipo, el noruego. Miradas atónitas de los espectadores que acudieron a presenciar esta disciplina por primera vez, otros, conocedores de lo que iba a acontecer, ponen a punto sus cámaras para capturar uno de los momentos más singulares y estrafalarios de la competición. Pronto comienzan los murmuros, acompañados de los primeros aplausos, percusión al son de los flashes de las cámaras. El público asistente aplaude, hondea la bandera de su equipo y corea, junto con el speaker los nombres de los integrantes del conjunto masculino de Noruega. Cuatro protagonistas, una historia y una prenda. Sí, una prenda, pantalones. Y como toda historia, ésta también tiene un principio.
Team Norway – Men’s Curling
Sochi 2014 Winter Olympic Games, Russia – 10 Feb 2014
Todo comenzó en 2010. Thomas Ulsrud, Torger Nergaard, Christoffer Svae y Haavard Vad Petersson, más conocido como el equipo ‘Ulsrud’, aterrizaron en Vancouver para disputar los JJOO, pero, lo que ni ellos mismos sabían, es que la competición adquiriría una tonalidad distinta. Un retraso en la entrega del equipaje dejó al conjunto noruego sin la vestimenta reglamentaria para competir. En busca de una solución, decidieron comprar otra equipación distinta por Internet, y bueno… todo el mundo sabe qué es lo que pasa cuando compras a ciegas. Pero en su caso, fue todo un acierto. En su primer partido, saltaron a la pista de hielo con unos pantalones poco habituales, debutando con un diseño innovador y sobre todo colorido, que contenía los colores de su bandera nacional. No todo iba a ser frío y hielo, y ellos mismos se encargaron de subir la temperatura con sus atrevidos y a la par, arriesgados estampados. Desde entonces, los pantalones se han convertido en toda una tradición para Noruega en este deporte, llegando a ser virales en diferentes plataformas digitales. Tal es el fervor y la pasión que levanta esta prenda, que incluso cuenta con una página propia en Facebook, la cual tiene más de 500.000 seguidores, donde se muestran los diferentes looks.
Algunos lo calificarán como hortera, otros de original, pero de lo que no cabe duda es que el equipo noruego de curling es siempre uno de los protagonistas indiscutibles durante las diferentes competiciones. En esta ocasión no pudieron subir al podium, pero lo que es seguro, es que la medalla de oro al vestuario más original fue para ellos. Por el momento, habrá que esperar hasta el próximo certamen para poder ver con que nuevo estampado nos sorprenden…
Foto destacada: Curling masculino en 1909 en Ontario, Canadá. Autor: John Boyd. Fotografía vía Archives of Ontario.
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