Érase una vez una selección de España, sus jugadores, eran llamados “hispanos” y se les daba por muertos, combatían con los mejores del mundo, “Les Experts”, la selección de Francia y lograban acabar con ellos.
Un inicio de cuento, para lo que parecía que estaba siendo, pero con una diferencia, los cuentos no son reales, lo que han hecho los hispanos, sí.
España comenzaba con una defensa 6:0 un tanto adelantada, para poder responder a los lanzamientos exteriores de Karabatic y el resto de la primera línea francesa, Didier Dinart respondió a este planteamiento metiendo a Sorhaindo en el pivote esto dio muchos problemas a la zaga española, de hecho, cuatro de los primeros cinco goles franceses fueron suyos. En el ataque español, Sarmiento y Gurbindo dibujaban una danza de cruces diseñada por Jordi Ribera que el centro del 6:0 defensivo de Francia no lograba detener, con los franceses más preocupados de parar a un, hoy sí acertado, Aguinagalde en el pivote, España podía hacer los cruces y las penetraciones a su antojo.
Minuto 25, faltan tan solo cinco minutos para el descanso, Iosu Goñi provoca un 7 metros que el maestro Ferrán Solé se encarga de anotar, significa el 8-11 o que es lo mismo, la primera ventaja clara en el partido. Ataque de Francia, Karabatic choca con Balaguer lo que supone la exclusión para el español, aire fresco para los franceses que consiguen acabar con unos agónicos nueve minutos sin anotar, 9-11.
España en inferioridad, decide jugar sin portero, a los hispanos les sale bien, se crecen y logran unos importantísimos cinco goles de ventaja, 9-14, un parcial 3-0 en inferioridad que muestra que Francia está pasando un mal momento, a Didier Dinart no le queda otro remedio que pedir tiempo muerto, 29:38, veintidós segundos para el descanso, se reanuda el juego, un golpe en la cara a Luka Karabatic acaba con una exclusión para Alex Dujshebaev y con Francia en superioridad, pero eso no les sirve a los franceses. Francia no estaba en el partido, pero es que la pesadilla de Francia aumentaba por momentos, Kentin Mahé, que no había errado ningún 7 metros en todo el Europeo y Guigou se encontraban con la bestia, Arpad Sterbik en sus lanzamientos desde la línea de los siete metros.
Joan Cañellas roba el balón y fuerza un 7 metros a tiempo parado. Dinart cambia al portero, Dumoulin sale a intentar parar a Solé, pero es imposible, el debutante en un Europeo es imparable. Descanso, Jordi Ribera y los hispanos han hecho la primera parte perfecta, 9-15, seis goles de ventaja, treinta minutos por delante.
Arranca la segunda parte y Karabatic anota en el primer ataque y Gurbindo responde al cambio de defensa francesa al 5:1 forzando la exclusión a Dipanda y anotando los 7 metros que Ferrán Solé anota con una vaselina deliciosa. Pasaban las exclusiones y Francia no mejoraba, tan solo Sorhaindo y Karabatic eran capaces de ofrecer algo de nivel, pero Raúl Entrerríos respondía con lanzamientos exteriores, la ventaja al acabar el primer parcial de la segunda parte, seguía siendo la misma, 12-18.
La defensa francesa seguía haciendo aguas, y España lo aprovechaba, Sarmiento lograba poner siete goles de ventaja en el minuto 40, 13-20, la defensa española por el contrario se hacía fuerte y Corrales apoyaba bajo los palos. La desesperación de Dinart y de toda Francia era tal que Karabatic tuvo que ser sentado, Francia volvió a la defensa 6:0 a ver si así podían frenar al equipo español, pero no pudieron. Tampoco Francia acertaba desde los 7 metros, la culpa en este caso era del señor Arpad Sterbik, el cual, en ese momento, llevaba un 75% de paradas desde esa distancia; al ecuador de la segunda parte, España iba ocho goles arriba, 15-23.
Dinart recurrió a Largarde como central, funcionaba, sí, pero lo cierto es que era síntoma de desesperación, el jugador con menos minutos del Europeo, tenía que sacar “las castañas del fuego” a la mejor selección del mundo. “Les Experts” despertaban, un parcial 4-0 les permitía ponerse a cinco goles, cuando restaban doce para la conclusión, 18-23. Jordi Ribera pidió tiempo muerto, los españoles concedían muchas pérdidas en ataque, otra pérdida en ataque es aprovechada por Valentin Porte para colocar a Francia a cuatro goles cuando restaban diez minutos para el final.
Un resbalón de Gurbindo permitió que los franceses se colocasen a tres goles, pero Aguinagalde logró sacar la exclusión a Lagarde y un siete metros que Dumoulin sacó a Ferrán Solé, la crisis aparecía en España, pero Corrales respondía a Dumoulin con una parada a Luc Abaló. Cañellas acabó con la sequía en España, siete minutos en los que en la selección española la luz de emergencia se había encendido. Lo cierto es que el gol supuso un cambio psicológico enorme, la defensa española volvió a apretar y en ataque Cañellas forzó un siete metros que Valero Rivera envió a la madera. 20-24 tan solo cinco minutos por delante.
Corrales seguía cerrando los huecos que dejaba la defensa española, Mahé a la linea de 7 metros tras la exclusión a Dani Sarmiento y logra superar a Sterbik, 21-24 y 3 minutos por delante, Entrerríos tiró del equipo, coloca el 21-25, cuatro goles de ventaja, tan solo 150 segundos por delante, la inferioridad estaba llegando a su final, solo treinta segundos, Francia intentaba atacar rápido pero España no le dejaba, Porte lograba devolver los tres goles de ventaja a falta de minuto y medio.
Los corazones de todos los seguidores del balonmano estaban a mil pulsaciones, Aguinagalde lograba forzar la exclusión de Karabatic, Dumoulin paraba los 7 metros pero Aguinagalde anotó, cuatro goles de ventaja de nuevo, Francia anotó rápido, pero un 7 metros para España supuso el final del partido, Balaguer logró el último gol del partido. 23-27, los hispanos, hace dos partidos, dados por muertos por muchos, (entre los cuales me incluyo) ha tumbado a la que sin duda es la mejor selección del mundo.
Fuente imagen destacada: EHF.
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