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A Rafa sólo le para su archienemigo, las lesiones

Otra vez. Otra vez en Australia. Otra vez el fantasma que siempre vuelve sin avisar. 206 huesos y 639 músculos y, visto lo visto, dicho archienemigo no va a parar hasta dañar todos.

Cilic tiene un gran saque, Djokovic un espectacular juego de fondo, Murray una estresante paciencia, Wawrinka un impresionante revés y Federer es el mejor de la historia, pero ninguno le llega a la suela de los zapatos a éste fantasma. Su función es desaparecer por un tiempo y, cuando percibe una dinámica más positiva de la cuenta, la corta de raíz. No se si su objetivo es que haya un poco de reparto entre todos los jugadores del circuito, pero éstos se lo deberían agradecer. Hoy, repito, otra vez. Llevaba 11 victorias seguidas en Grand Slam tras ganar el US Open y avasallar a sus rivales en el Open de Australia. Le negó disputar una gira asiática en condiciones, el Masters 1000 de París o, nada más y nada menos, el Masters de los ocho mejores de Londres. No le ha bastado con eso y hoy ha hurgado en la llaga, privándole de otra semifinal de Grand Slam. Y privándonos de otra, más que posible, final entre Federer y Nadal.

Foto: Eurosport

El partido, por hablar un poco de él aunque ni me apetece con la rabia que tengo dentro, empezó con un Rafa intratable. Una rotura de servicio en un momento clave que rubricó a continuación para adelantarse en el marcador. Casi una hora duró un primer set que acabó 6-3.

Cambiaron las tornas y, a pesar de empezar ‘break’ arriba el segundo set el de Manacor, Marin se lo devolvió a continuación y, es más, le rompió dos veces consecutivas el saque para adjudicarse el segundo parcial por otro 6-3. Reacción a tiempo. Reacción de campeón, para qué engañarnos.

Tercer set, para la posteridad.

El tercer parcial fue una delicia. Recomendaría grabarlo, enchufar el brasero y disfrutar de la tarde. Pim-Pam. Palo por aquí, palo por allá. Las defensas parecían ataques, los ataques parecían balas de cañón. Un set que dura una hora y cuarto, lo dice todo. Más con un cañonero como Cilic. Ni una rotura, ni de un lado, ni del otro. Aguantando ambos como titanes, a sabiendas de que esta manga era clave para el devenir del encuentro. Por lo tanto, se llegó al ‘tie-break’. Doce puntos duró, doce puntos de auténticas emociones y auténtico tenis. Siete ‘minibreaks’. El croata parecía que tenía un tirachinas en vez de una raqueta, pero es que Rafael no tenía piernas, sino muelles. La celebración de este set ha dado la vuelta al mundo. No es para menos. Un ”chico” con camiseta sin mangas y  pantalones y cinta del pelo rosa palo celebrándolo como si fuera su primer torneo. Lo intenta, pero no ha cambiado. Su gen competitivo, de lucha y de sacrificio le acompañará siempre, para suerte nuestra.

Cuando el público estalló de júbilo y Nadal estaba dando un espectáculo fuera de lo normal, apareció. Esperó el momento justo para bajarlo de la nube. En el cuarto set, su cuerpo dijo basta. Sus muelles se lastimaron y el cuádriceps decidió que hasta ahí habíamos llegado. Bueno, no, porque le pasó a Rafa. Si le llega a pasar a otro, el partido dura tres horas, no las cuatro que duró. Cojeando, luchó como el jabato que es. Hasta consiguió levantar un 0-40 y llevarse un juego anecdótico, ya que iba 1-4 abajo. El estadio, como no, se caía. Nadie se creía que un ‘cojo’, pudiese estar medio compitiendo a ese nivel. Su entrenador y su padre, le recomendaron que se retirara, pero sabían que eso a su pupilo le iba a sonar a chiste. Era lo lógico, pero iba a desafiar al fantasma hasta que el dolor fuera insuperable. ¡¡¡Una hora!!!! aguantó jugando así.

Finalmente, con 2-0 a favor del gigante croata, se tuvo que retirar, resignado. Nunca le había visto enfadado de esa manera o lanzar su cinta contra el banco, pero es entendible de sobra. A saber qué hubiera hecho yo.

Foto: Eurosport

Tras la retirada, nuestro campeón, se mostraba contrariado en rueda de prensa por ser el tenista del ‘Top10’ que más lesiones ha sufrido. “No sé qué hubiera pasado si no hubiera tenido tantas lesiones. Pero lo que sí es cierto es que los que gobiernan el tenis tienen que plantearse porque hay tantos jugadores con problemas físicos y me refiero a las superficies duras. Es un momento duro porque se me ha escapado una buena oportunidad de estar en las semifinales de un ‘Grand Slam’.

A pesar del contratiempo, Cilic ha jugado como los ángeles. 20 ‘aces’ y ¡¡¡83!!! puntos ganadores, además de una paciencia y templanza digna de alabar, creo que no merece muchos más calificativos.

ATP World Tour

Hay quien puede criticar a Rafael por no abandonar en el momento en el que nota el pinchazo porque, obviamente, se puede romper y decir adiós a meses y meses de la temporada. Pero él se ha ganado el derecho a decidir y él conoce su cuerpo mejor que nadie. Verle con esa cara de sufrimiento, hace que me la transmita a mí. Sin embargo, verle correr a dejadas estando cojo o apretar el puño tras ganar puntos que hasta él sabe que no valen para nada, no tiene precio.

El fantasma ha vuelto, y volverá a venir. Lo que no se si él se da cuenta que te da igual las veces que aparezca, que tú siempre le has vencido y que de ganar, precisamente, no te cansas. Esta será otra más y, dentro de poco, nos volverás a poner de los nervios en una pista de tenis como no nos pone nadie fuera de ella.

Eres un ejemplo más que consumado de que hay que tomarse la vida como tú te tomas el deporte. Todo lo haces al máximo y de corazón. Si estás en tu peor momento -como hoy- no piensas como los perdedores ”¿Y si arriesgo y pierdo?”. No. En los momentos malos, en los que nadie da un duro por ti, en los que estás hundido, en los que estás solo, piensas como un auténtico ganador ”¿Y SI ARRIESGO Y GANO?”. Aunque luego no ganes, tú nunca te quedas con la duda de qué hubiera pasado ni con el remordimiento de no haberlo intentado.

Fotografías: Eurosport.

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