Complicado de analizar el año natural de Aspil Vidal Ribera Navarra. El equipo tudelano, siempre garra y pundonor, como exige José Lucas Mena ‘Pato’, consiguió la temporada pasada sobrevivir en Primera División sin muchos contratiempos deportivos, pese a los apuros económicos cuando se desconocía si habría un patrocinador salvador. Sin embargo, esta temporada, sin esos apuros y pese a haber dejado buenas sensaciones, se quedaron a las puertas de volver a la Copa de España, objetivo que se perdió en la última jornada y que hubiese supuesto una inyección de moral en el club tudelano.
Ese sí pero no se vio en el último tercio de la temporada pasada, donde se dejó puntos fundamentales, todos ante rivales directos, sumando hasta cinco empates en las últimas ocho jornadas ante Catgas, Gran Canaria, Cartagena, Peñíscola y Ríos Renovables, con únicamente tres victorias acumuladas en toda la segunda vuelta. Tranquilidad en Tudela por tener al equipo un año más en Primera División, pero sabor agridulce por no haber aprovechado la oportunidad de volver a unos playoff con demasiados puntos concedidos en empates.
La temporada 2017-18 se presentaba esperanzadora. Con un patrocinador fuerte desde el primer momento, la baja de Molina – capitán y baluarte como portero en las seis temporadas que defendió el marco ribereño – se cubría con Gus, portero veterano del gusto de Pato, que buscaba un portero con calidad en los pies que permitiese lanzar ataques directos y que, por supuesto, otorgase confianza bajo palos.
Las incorporaciones de Sepe (capitán de Catgas Energía) y de Sergio González (ala procedente del filial del FC Barcelona Lassa) unido a la permanencia del bloque ‘fuerte’ del año pasado, con David García, Hamza, Rubi, Ferrán Plana… hacía pensar en que se podía aspirar, tras su ausencia en 2017, a una nueva clasificación para la Copa de España.
Algunos buenos partidos como el empate cosechado en Anaitasuna en el derbi navarro (en el que incluso pudieron ganar, polémica arbitral aparte), la victoria a domicilio ante Catgas o las goleadas ante Gran Canaria y Naturpellet Segovia, se vieron un poco empañadas en el momento decisivo por dos momentos puntuales. Otros dos “sí pero no”.
Una buena primera vuelta empañada en dos visitas saldadas con dos derrotas. La primera contra Ríos Renovables Zaragoza (jornada 13), cuando los maños remontaron un encuentro que iban perdiendo para sellar casi matemáticamente su clasificación copera, y otra en el último partido (jornada 15) cuando Jaén Paraíso Interior también les remontó en la segunda parte un 0-2 para dejar fuera, definitivamente, de la Copa a los de Pato. Con mejor plantilla, menos puntos, y una sensación agridulce de no haber conseguido la clasificación.
La pequeña decepción se vio subsanada en parte con la victoria (5-1) en casa, en la última jornada del año, ante un Levante UD FS que también fue de más a menos. Con esa victoria el club termina el año en novena posición, a solo un punto de Plásticos Romero Cartagena. Con la baja de Iago Rodríguez confirmada – y sin fichajes en el horizonte – está por ver si Aspil confirma su mejoría y consigue la clasificación para los playoff o vuelve a dar esa imagen de equipo rocoso pero que se cae a última hora.
Para ello, una de las cosas que necesitan encontrar es, primeramente, un goleador “fuerte”. Hasta ahora, el máximo goleador ha sido un cierre, Ferrán Plana, con ocho tantos. Por su parte, el equipo (con 47 tantos) es de los menos goleadores de la competición (22 goles menos que Levante, décimo clasificado, y 15 menos que Cartagena, octavo).
¿Volvemos a decir a final de temporada eso de “sí, se han salvado sin apuros, pero otra vez se han quedado a las puertas” o conseguirán entrar en los ocho primeros? Si es una temporada exitosa, o se quedan en otro “sí pero no”, lo dictaminará este 2018.
Imagen destacada vía riberanavarrafs.com
Sígueme en @gremplu y sigue toda la información del futsal en @SextoAFutsal y sigue todo el deporte en @SextoAnillo, en facebook.com/SextoAnillo y en instagram: SextoAnillo.
