Francia, la que casi nunca falla a las citas finales, jugará las semifinales de este Campeonato del Mundo de balonmano, al dejar fuera de las mismas a una combativa Montenegro que mantuvo el tipo durante muchos minutos, pero que se rindió a la “sabiduría” gala en la segunda mitad.
Encuentro eléctrico en sus inicios, con acciones muy veloces por parte de ambos conjuntos y participación activa de ambas porterías en las que tanto Amandine Leynaud como Marina Rajcic destapaban sus esencias. Comenzaba bien Montenegro de la mano de Milena Raicevic y Katarina Bulatovic que conseguían poner por delante a las balcánicas en dos ocasiones, mientras que Alexandra Lacrabère y Gnonsiane Niombla intentaban no dejarse ir en el marcador a las de Per Johansson. Defensas en 6:0, intensas, agresivas, como ambos conjuntos nos tienen acostumbrados y es que en la pista se jugaban demasiado. Pero Francia reaccionaba con consistencia y aupada por las intervenciones de Leynaud (MVP), plantaba un parcial de 5-0 colocando el 7-4 en el ecuador de la primera parte. Montenegro, sin jugar demasiado bien en ataque posicional, tiraba de la manta gracias a Jovanka Radicevic y de nuevo Bulatovic consiguiendo acercarse a 1 gol a falta de 6 minutos para el descanso. Precipitaciones y 5 minutos sin marcar por parte de las de Olivier Krumbholz comprimían el marcador, hasta que Allison Pineau y Manon Houette desatascaban el ataque galo para llegar al descanso con ventaja de 12-10 con un gol de Bulatovic casi sobre la bocina.
En la segunda mitad, más de lo mismo. Dos goles de Pineau daban la máxima ventaja a las francesas, pero las balcánicas no daban su brazo a torcer, y de nuevo una activa Bulatovic, con goles incluso desde el lateral contrario, batían a Leynaud, que era sustituida por Cleopatre Darleux debido a un golpe recibido por la cancerbera gala. El cambio duró lo que está escrito en el Reglamento, es decir, tres ataques, y a los pocos minutos Leynaud ocupaba de nuevo su puesto iniciando un recital de paradas que daban alas al ataque de Les Bleues con una gran Siraba Dembelé a la contra y Lacrabère impartiendo lecciones de cómo hay que controlar los tiempos de partido. Francia conseguía su máxima ventaja con 21-16 a falta de 15’ para la conclusión. Pero el ardor guerrero de Montenegro no estaba por la labor de salir derrotadas antes de tiempo, y eran de nuevo Radicevic, Raicevic y Djurdina Jaukovic quienes lo intentaban, pero era demasiado tarde, porque Leynaud había cerrado la cancela y no permitía demasiadas alegrías al ataque montenegrino. 25-19 a falta de algo más de 1 minuto daba la puntilla a las de Johansson, si bien Bulatovic por dos veces y Tajtana Brnovic maquillaban el luminoso para dejarlo en el definitivo 25-22.
Resumiendo, victoria justa de Francia que supo manejar mejor el partido que un, a veces, precipitado y desordenado Montenegro. La actuación de Leynaud en la segunda parte fue determinante, al igual que la veteranía de Pineau y Lacrabère. Francia también supo aprovechar bien los errores de las balcánicas y jugar a la contra donde Dembelé y Houette fueron sus estiletes. Por Montenegro, esta vez Marina Rajcic no tuvo su día inspirado, a pesar de comenzar bien el partido con paradas importantes. Como de costumbre, Katarina Bulatovic fue su jugadora franquicia, bien secundada por Milena Raicevic y Jovanka Radicevic, pero poco más, ya que la joven Djurdina Jaukovic tampoco tuvo su día y muchos de sus lanzamientos a distancia terminaron en las manos de Amandine Leynaud. Francia se medirá en semifinales a Suecia que también se deshizo de Dinamarca.
Imagen destacada: IHF
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