El conjunto asturiano regresó a la senda de la victoria después de mostrar sus dos caras. De una mala primera mitad se pasó a una segunda de ensueño.
Como si de un partido de tenis se tratase, como si hubiese que salvar sí o sí esa última bola de partido, el Real Oviedo logró superar su particular ‘match ball’ ante un líder que venía haciendo las cosas de una forma brillante. Los azules pusieron toda la carne en el asador y tiraron de valor para remontar, por primera vez en la temporada, un resultado adverso. Un marcador que les proporciona tres puntos importantes y necesarios para poder respirar tranquilos a lo largo de la semana. Ahora, la próxima asignatura, es darle continuidad a este resultado.
- Tres centrales. Por primera vez en lo que llevamos de temporada, Juan Antonio Anquela decidió probar suerte con un esquema formado por centrales. Algo que no funcionó en la primera mitad, pero que los azules llevaron a la práctica de forma sensacional en el segundo acto. Mossa y Diegui, los dos hombres de banda, fueron claves en el desarrollo del juego ofensivo del equipo. Dieron profundidad y llegada y, al igual que el resto de sus compañeros, realizaron un trabajo defensivo impecable en los segundos cuarenta y cinco minutos.
- Vivir sin Toché. A lo largo de la semana, una de las mayores preocupaciones dentro del Real Oviedo era la de saber cómo respondería el equipo sin su hombre gol. La baja de Toché mermaba notablemente la capacidad ofensiva de los azules. Pese a ello, un inspirado Linares, que anotó su primer gol, y la aparición de Saúl Berjón y Aarón Ñíguez, hicieron que la baja del murciano se notase lo menos posible, ya que el Oviedo logró marcar, en un partido, un tercio de los tantos que el Lugo llevaba en contra hasta la fecha.
Berjón, el Tartiere y la remontada
- Saúl Berjón, otra vez. El asturiano volvió a ser clave en el triunfo de los suyos. Anotó un gol y dio otro. Partido tras partido, Berjón sigue demostrando que es uno de los mejores futbolistas de la categoría. Además, esta temporada, el futbolista carbayón es ‘Pichichi’ del equipo junto a Toché. Ambos suman cinco tantos.
- Levantar el marcador. Por primera vez en lo que llevamos de temporada, el Oviedo logró darle la vuelta a un marcador adverso. Los azules, en un gran inicio de segunda parte, remontaron el tanto inicial de Cristian Herrera. Primero Saúl Berjón, y después Miguel Linares, dieron la vuelta al marcador.
- El efecto Tartiere. La mejor medicina del Oviedo es su estadio, no cabe duda. Es la cura de todos sus males. Ayer, una vez más, el conjunto de Anquela volvió a mostrar que en el Tartiere se siente cómodo. Es cierto que la primera mitad es para olvidar, pero el poder de reacción de los azules es algo que solo vemos en el Tartiere por el momento. Además, cabe destacar que desde el ascenso, ningún líder ha ganado en el feudo carbayón.
Imagen destacada: laliga.es
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