El desarrollo de la liga española siempre ha estado acompañado por sus tres participantes fetiches: Real Madrid y los que esta jornada se enfrentan entre sí, Athletic Club y el Fútbol Club Barcelona, han sido espectadores de primera de todas y cada una de las jornadas ligueras de la historia, y han sido partícipes directos de gestas, grandes partidos y, por qué no decirlo, también de tostones de la repera.
Esta vez toca una nueva historia, con nuevos antecedentes y con un desenlace que todavía está por ver. Por un lado aparece el que probablemente es el equipo más fuerte a nivel europeo, todavía invicto con casi dos meses de competición oficial y que hace gala de un gran fútbol, hábito común en lo que este equipo se refiere desde hace ya casi una década. Seguridad bajo los palos (Ter Stegen), contundencia en la línea defensiva (Piqué), calidad en el mediocampo (Iniesta) y ataque letal (Messi), hacen de este equipo peligroso por todos sus costados. En cualquier momento la calidad, el empuje y la fortuna que suele acompañar a los equipos en racha pueden decantar un partido.
Por su parte, los locales se encuentran en una situación de crisis deportiva. La inseguridad, la falta de confianza y la nula efectividad hacen del Athletic un equipo muy flojo, con jugadores incapaces de demostrar su calidad en el terreno de juego. Sus puntales del año pasado no están dando la talla, o al menos no de la manera a la que los aficionados rojiblancos estaban acostumbrados. Aduriz, Raúl García y Muniain, cuya lesión ha frenado el que quizá fuera el mejor comienzo de toda su carrera, no han podido hacerse cargo de la baja forma de sus compañeros y eso ha pasado factura. Si bien no sería justo culpar de los males a los demás, ellos son jugadores que han demostrado ser capaces de asumir galones.
Otro aspecto a destacar es el de los banquillos. Dos conocidos y compañeros, tanto a nivel de club como en el mundo de los entrenadores, se enfrentan en condiciones totalmente adversas. Ernesto Valverde, auténtico ídolo de la grada de San Mamés, regresa a su casa en un estado óptimo de consolidación. La derrota frente al Madrid en la supercopa ha quedado atrás, su equipo tiene un futuro brillante y teniendo en cuenta los tropiezos de su máximo rival, su estado actual es inmejorable. Por su parte Ziganda recibe a su amigo muy debilitado. Falta de credibilidad en el juego, malos resultados y demás llevan a la desesperación a sus aficionados, acostumbrados al buen rendimiento que se ofrecía con Valverde en el banquillo. Se espera un duelo muy desigual, pero no por eso menos interesante y tenso entre el “Kuko” y el “Txingurri”, tal y como son conocidos ambos en Bilbao.
Estas dos rachas no deben crear ningún tipo de anticipo de lo que como este partido puede finalizar. Son equipos clásicos que se enfrentan en una de las ligas más potentes donde las haya y que siempre tienen su punto de emoción. Un partido más, pero no un partido cualquiera; un enfrentamiento entre el que menos y el que más, en lo que a rendimiento se refiera; pero los Athletic-Barcelona, sin duda, no defraudarán jamás a quien los viera.
Fotomontaje: @pedraza91
Síganme en @fido_95 y sigan toda la actualidad e información deportiva en nuestra cuenta de Twitter @SextoAnillo en nuestro Facebook www.facebook.com/sextoanillo, o en nuestro Instagram sextoanillo.
