En la capital de Turia han recuperado la alegría. El Valencia de Marcelino carbura y apunta alto, muy alto.
Las aguas hacía tiempo que bajaban revueltas por Mestalla, pero el fútbol se ha encargado de que vuelvan a su cauce. Hay veces que se olvida la esencia de esto y en la mayoría de situaciones, la cordura es la solución a la histeria colectiva. Liderado desde la otra parte del mundo, el club vivía una convulsa situación en la que cada año era necesario encontrar un “apagafuegos” en forma de kamikaze para que la cosa no fuera a mayor. Ahora parece que esto ha cambiado, ahora parece que hay un método. El “método Marcelino”.
El técnico asturiano no ha tardado en dejar patente su sello en el juego de equipo. El Valencia es un equipo intenso, organizado y con las ideas muy claras a la hora de ejecutar el plan establecido. A eso hay que sumarle el compromiso que ha adquirido la plantilla con el método. Solo hace falta ver el lenguaje corporal que transmiten los jugadores. Estos siempre están activos, siempre atentos, siempre predispuestos.
Si hay algún estandarte en el que izar la bandera, ese es Parejo. El centrocampista madrileño ha recuperado la sonrisa. Como si de un pequeño genio se tratara, estos a veces son incomprendidos ya que en ciertos momentos solo ellos entienden su locura. Parejo atesora una calidad incuestionable, una clarividencia meridiana en la lectura del juego, destreza excepcional para eliminar contrarios…súmenle a todo ello la predisposición que muestra por la causa. Solo hace falta ver la celebración de ayer en Anoeta una vez acabó el trepidante partido. Se quedó esperando uno a uno a todos sus compañeros y con un lenguaje que conjugaba rabia contenida con alegría desbordante espolear a cada uno de ellos.
Pero no solo de Parejo viven los “Che”. Cuando el aire que se respira es de ascendencia positiva, mejora sobremanera el encaje de las piezas en el puzle. Éste sería el caso del joven jugador portugués Gonçalo Guedes. Nadie lo esperaba, pero se presentó en Mestalla y como diría Valdano, derribó puertas desde el minuto 0. El jugador cedido por el PSG se desenvuelve como pez en el agua en el “método Marcelino” potenciando tanto el nivel del equipo como el de sus compañeros. Quizá en alguna otra época reciente la luz se este jugador no habría brillado con la fuerza de ahora…cuestión de salud grupal.
El Valencia está de vuelta. Y parece que, de la mano del técnico asturiano, lo hace para quedarse por mucho tiempo…
IMAGEN DESTACADA: Deporte Valenciano
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