El incombustible Peter Sagan ha vuelto a reventar las estadísticas para ganar su tercer mundial en ruta consecutivo gracias a su talento extraterrestre que le ha servido para batir al noruego Alexander Kristoff en los últimos metros. Este año los mundiales se disputaban en un circuito urbano por las calles de Bergen (Noruega), en un total de 267,5 kilómetros.
Todos sabíamos que podía volver a pasar, y al final ha pasado. Peter Sagan y su humilde selección Eslovaca nos están malacostumbrando con su tercera victoria consecutiva en la prueba en línea de los mundiales. Esta vez la victoria llegó después de un apretadísimo esprint entre el nuevo campeón del mundo y la estrella noruega de apellido Kristoff, que vio como Sagan lo volvía a hacer.
Todo empezó en Richmond (Virginia, Estados Unidos), cuando un tapado Sagan arrancaba a tres kilómetros del final para entrar en solitario a meta consiguiendo una de las victorias más bellas de los últimos años. Le siguió Doha el año pasado, cuando Peter encontró un diminuto hueco entre Nizzolo y la valla publicitaria que le sirvió para volverlo a hacer. Ya iban dos. Y hoy ha sido la tercera.
La historia reservaba un sitio fijo para el eslovaco de 27 años que soñaba con volver a hacerlo, por él, por su país, por su mujer, por sus compañeros y sobre todo por Michele Scarponi, que mañana cumpliría años. Esta va por ti, Michele. Es lo primero que ha dicho Sagan al bajarse de la bicicleta después de estar más de seis horas encima. Otro gesto más que nos obliga a bajarnos el sombrero con el fenómeno eslovaco, que es buen ciclista pero mejor persona.
El inicio de los mundiales como casi cada año empezaba relativamente tranquilo gracias a la temprana fuga de nueve corredores, todos de selecciones poco peligrosas, que les ha permitido coger un amplio colchón para rodar más de un centenar de kilómetros en cabeza. Ellos eran: Sean Mckenna y Conor Dunne (Selección Irlandesa), Elchin Asadov (Selección de Azerbaiyán), Willie Smit (Sudáfrica), Eugert Zhupa (Albania), Salah Eddine Mraouni (Marroco), Kim Magnusson (Suecia), Andrey Amador (Selección de Costa Rica) y Alexey Vermeulen (Estados Unidos).
Con el paso de los kilómetros el ritmo fue ascendiendo poco a poco gracias al empuje de selecciones como Bélgica o República Checa, que metieron a diversos hombres en cabeza de pelotón para tirar. Por delante la fuga fue perdiendo integrantes y ventaja hasta que fue completamente neutralizada a cien kilómetros de meta.
A partir de ese momento el gallinero se empezó a mover, con constantes ataques de corredores importantes como Lars Boom (Holanda), Tim Wellens (Bélgica), Jack Haig (Australia), Jarlinson Pantano (Colombia) y David de la Cruz (Selección Española). La aventura a los escapados les duró solamente un par de vueltas, ya que Italia y Francia, dos selecciones favoritas a la victoria final, no habían posicionado a ninguno de sus corredores delante y decidieron neutralizar la amenaza de los fugados.
En el penúltimo paso por el alto de Salmon Hill un tímido Tom Dumoulin (Holanda) lo intentaba sin opción ninguna de irse en solitario a por su segundo maillot arcoíris. A partir de ese momento empezaba una guerra de guerrillas, primero se movía nuestro paisano Lluís Mas, a él le proseguían Tony Gallopin (Francia) y Sebastian Langeveld (Holanda). Pero todos sin fortuna.
Se acercaba el final y con él el último paso por Salmon Hill, un repecho de más de un kilómetro de longitud que podía poner a más de un corredor en su sitio. Uno de los primeros en intentarlo era el incombustible Julian Alaphilippe (Francia) que salía disparado del pelotón, detrás suyo le seguían diversos corredores de la selección holandesa y belga, pero el único que se podía ir con el francés era otra joven perla, el italiano Gianni Moscon, ciclista del equipo Sky.
Por detrás el pelotón se rompía en miles de cortes, dejando a los corredores más fuertes en un único grupo de 25 unidades, donde aún había muchos gallos. La selección de Dinamarca tomaba las riendas del pelotón para ir a por los dos fugados que contaban con una ventaja de 10 segundos a falta de tres kilómetros.
La fuga era neutralizada a poco más de un kilómetro de meta, ocasión que aprovechaba Magnus Cort Nielsen (Dinamarca) para atacar e intentar recorrer los últimos metros solo, también sin suerte para el joven corredor, que veía como le superaban a 400 metros de meta. A partir de ese momento empezaba la lucha de verdad.
Noruega con Alexander Kristoff encabezaba la última curva antes de la recta de meta, a su rueda Sagan le cogía la estela hasta remontarle y conseguir la victoria en los últimos 50 metros por solo unos pocos centímetros. Michael Matthews (Australia) entraba tercero a más de dos bicicletas del ganador lastimándose de la oportunidad de oro perdida. El primer español en meta era Jonhatan Castroviejo, en el puesto 32 a más de un minuto del primero.
Sagan se une así a los grandes campeones que suman tres oros en la prueba en línea de los mundiales, junto con el italiano Alfredo Binda, los belgas Rik van Steenbergen y Eddy Merckx y el español Óscar Freire. Pero el carismático eslovaco puede presumir de haberlos conseguido los tres seguidos, cosa que nadie nunca había hecho.
Clasificación de la prueba en línea élite:
- Peter Sagan (SVK) – 6:28:11
- Alexander Kristoff (NOR) – m.t.
- Michael Matthews (AUS) – m.t.
- Matteo Trentin (ITA) – m.t.
- Ben Swift (GBR) – m.t.
- Greg Van Avermaet (BEL) – m.t.
- Michael Albasini (AUS) – m.t.
- Fernando Gaviria (COL) – m.t.
- Alexey Lutsenko (KAZ) – m.t.
- Julian Alaphilippe (FRA) – m.t.
Foto destacada: http://www.uci.ch/
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