Han tenido que pasar 8 años y 10 eliminatorias coperas para que los aficionados tinerfeños puedan volver a disfrutar del trofeo del KO en el Heliodoro Rodríguez López. El 25 de octubre volverá a Tenerife una eliminatoria de la Copa de SM el Rey.
El CD Tenerife que apeaba al Córdoba CF tras un contundente 1 a 4 en el Nuevo Arcángel consigue a base de goles lo que la diosa fortuna no ha querido darle en esta última década.
La eliminatoria de dieciseisavos de final tendrá la bola de los tinerfeños, en un trofeo teleridigido donde los canarios se tendrán que ver las caras contra uno de los rivales de Primera no eurpoeos, reservándose los Primera europeos por el caprichoso sistema de competición establecido por la RFEF a los equipos de Segunda División B y Tercera División.
Antes de apear a los codobeses se deshizo en la eliminatoria anterior del Rayo Vallecano con un contundente 0-3 que confirmaba la ilusión del equipo por devolver esta bonita competición a la isla.
El rival que puede caer en suerte serán uno de los siguientes: UD Las Palmas, Getafe CF, Levante UD, Valencia CF, Real Club Celta de Vigo, Deportivo Alavés, SD Eibar, Málaga CF, CD Leganés, Real Betis Balompie, RCD Espanyol, RC Deportivo de La Coruña y Girona CF.
Las apetencias del aficionado chicharrero antes de regalo en forma de doble eliminatoria que propiciará el campeonato pasan por enfrentarnos a nuestros vecinos de la UD Las Palmas y revivir de este modo el atractivo Derbi Insular, o volver a repetir la final del pasado Playoff de ascenso y verse las caras con el Getafe.
El sorteo que se celebrará el próximo 28 de septiembre determinará al rival de turno que deberá rendir visita al Heliodoro Rodríguez López en partido de ida el 25 de octubre para disputarse la vuelta el 29 de noviembre. Prácticamente 2 meses para dilucidar los dieciseisavos de final del torneo copero pero , y ¿ la Liga?.
La ansiedad, la exigencia, el salto presupuestario, y la idiosincrasia extremista del aficionado birria están haciendo mella en este arranque liguero del que tan solo se han disputado 5 jornadas.
Se ha asentado ruido en el entorno blanquiazul acrecentado por las derrotas ligueras de Valladolid y Córdoba, equipos que para gran parte del sector crítico tienen el nivel necesario para medir las reales opciones de los chicharreros. La deducción es simple para ellos, si contra estos equipos no puedes, no podrás contra equipos de similar nivel en el resto del campeonato.
En cambio las victorias sobre el Zaragoza y el Barça B se infravaloran al entender este sector crítico que son equipos que no gozan del nivel al qué puede ajustarse la vara de medir del Tenerife 2017/18.
En resumen, jornada 5, y las aguas bajan un poco revueltas por la isla. ¿Motivo? Las dudas alrededor de la figura de Pep Lluis Martí.
Incomprensiblemente un entrenador que en sus 78 partidos al frente de la nave blanquiazul mantiene un porcentaje de puntos obtenidos superior al 50% – 118 puntos obtenido de los 234 que estaban en juego -, donde su equipo ha caído derrotado tan solo en 18 de los 78 partidos dirigidos no termina de convencer a un sector blanquiazul que desde que llegara el balear han expresado sus dudas sobre su capacidad – no había entrenado nunca hasta que llegó al banquillo canario – y que 3 años después siguen o han acrecentado sus dudas.
Otro factor que alimenta a este sector crítico fue la derrota en el partido de vuelta de la Final del pasado Playoff de ascenso.
Muchos lo hacen único responsable del resultado final y achacan la baja competitividad que mostró el equipo durante el partido a la ausencia de respuesta táctica de Martí durante el mismo.
En este planteamiento de realidad paralela que mantiene este sector crítico hacia Martí, y que parece ganarse cada vez más adeptos, por encima de valorar el alto grado de competitividad que ha conseguido Martí con su equipo donde el conjunto chicharrero ha sumado puntos en el 77% de los partidos disputados desde su llegada , lo que sale a la luz es que el ascenso en las prestaciones del equipo se debe principalmente a la suerte, si han oído bien, a la suerte de Martí, y que sus aptitudes como entrenador no son las necesarias y suficientes para dirigir al Tenerife.
De nada sirvío que Martí llegara a la isla con un equipo que rozaba el descenso y que acabará convirtiéndolo en protagonista durante su primera temporada donde algunos locos incluso llegaron,entre los que me incluyo, a soñar con que el equipo disputará su primer Playoff de ascenso.
De nada sirvió tampoco que durante la segunda temporada del balear en el banquillo se le ocurrió meter al equipo en su primer Playoff, y no contento con ello, disputaran los canarios su primera final contra un equipo que le triplicaba en presupuesto y del que muchos desconfiaban por el otro fútbol que en más de una ocasión le permitió sumar puntos donde no se lo merecía.
Y si eso fuera poco el mallorquín desafiando a ese sector incontentable, ha conseguido que su equipo vuelva a llenar el Heliodoro tras varias temporadas sin hacerlo, que se volviesen a ver banderas del Tenerife en las ventanas y balcones de la Isla, que se respiraba una ilusión alrededor del equipo que no se recordaba desde el afamado Tenerife de Oltra, y no menos importante, consiguió que cerca de 2000 aficionados se acercarán al aeropuerto a recibir al equipo después de la gran decepción de Getafe, símbolo inequívoco de la unión que entre equipo y afición se consiguió gracias a un que Martí se ha configurado con un gran manejador del entorno que conoce como el que más debido a su pasado blanquiazul y a su aprecio sincero al equipo.
Pero ahí no quedó todo, retando al pesimismo y la crítica, el tándem Martí-Serrano ha conseguido armar una plantilla para la 17/18 que unido a la efervescencia que dejó la temporada anterior ha permitido alcanzar una cifra de abonados que puede superar los 12.000 y que no se veía en Tenerife desde hace muchas temporadas.
Dejando el tono irónico de mis últimos párrafos creo que toca valorar con justicia a un entrenador, que por números, compromiso, ilusión y ganas se ha ganado a pulso que en la jornada quinta de la competición se mantenga la confianza en él, en el equipo y que se ilusione de una vez ese sector critico que puede hacer mucho daño en el devenir del conjunto blanquiazul.
Sí es cierto que el equipo debe corregir muchos aspectos en su juego, encontrar ese once que responda a las expectativas del entrenador, pero no es menos cierto que negar la ilusión y el positivismo por encima de la crítica es enturbiar un entorno que flaco favor hace para conseguir ese Tenerife que sea protagonista de nuevo esta temporada.
Quedan la friolera de 37 jornadas ligueras, 111 puntos en juego, no queramos vender la piel del oso antes de cazarlo, tanto para una extremada euforia como para un excesivo pesimismo.
Debe unirse el entorno y bajar el tono crítico , apoyando a los nuestros y vitaminándonos con la paciencia que la ocasión merece.
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