El Real Madrid venció al Apoel por 3-0, pero lo que más destacó no fue la forma en la que afrontó el cara a cara el equipo de Zinedine Zidane. Los protagonistas fueron claros: Ronaldo, Bale en su sitio y el jugoso centro del campo.
Cuando tenemos calidad, se nota. Cuando el equipo sabe jugar su juego, se nota. No hay color entre un conjunto sin apenas claridad y uno con mucha claridad. Pese a que los goles no hayan entrado en exceso y a que el rival haya planteado problemas durante los primeros cuarenta y cinco minutos, el conjunto blanco ha sido determinante.
Ronaldo no falla
Nunca se podrá hablar nada malo de un jugador que cada vez que sale da una lección. Sin duda alguna, es el mejor delantero que jamás podría haber tenido el Real Madrid en la historia, pero también un jugador con clase. A sus 31 años, todavía parece quedarle gasolina en el tanque y ya hay algunos que quieren que el Balón de Oro caiga en sus arcas de nuevo.
Sin duda alguna, no cabe otro sitio para este portugués que jugando en el once inicial. Los partidos en Liga han sido todo un calvario sin él, al menos los dos últimos. Y es que, el luso parte y reparte el juego madridista, así como responde cuando se le llama.
Bale jugó en su banda y dio ‘dos goles’
El primer tanto de Ronaldo llegó por un buen avance del galés, y el segundo, en fuera de juego, también. Se podría decir que dio dos asistencias el ‘Expresso de Cardiff’ desde el lugar que siempre solía ocupar cuando mejor jugaba con los merengues. Desde la izquierda, su creatividad aumenta tanto que incluso se puede llegar a ver a un futbolista diez en ocasiones.
El único problema es que el público no considera que su rendimiento sea el adecuado. A causa de ello y por haber bajado el nivel en la segunda mitad, ha sido silbado tímidamente al ser sustituido por Borja Mayoral. El caso es que existen algunos que lo aman y otros que lo detestan, sin embargo, como siempre, el once clave es el que manda, y, gracias a ello, optará a ser titular durante el resto de temporada, sea o no por la izquierda.
Revestida sala de máquinas
El centro del campo es una belleza. El Real Madrid tiene el mejor combinado de futbolistas de organización que jamás un equipo podría tener. Jóvenes, con futuro, con ganas de trabajar, comprometidos y aficionados del club. Nada más se puede pedir a un grupo de chicos que hace pocos años apenas disputaban un encuentro con el filial de sus entidades y que, a día de hoy, debutan en UEFA Champions League.
Isco es un virtuoso, y todo balón que le llega termina siendo una ocasión para sus compañeros. Asensio es magia, y el murmullo del Bernabéu se escucha siempre que agarra el cuero. Ceballos no tiene demasiados minutos, pero cuando sale es correcto y hace todo lo que debe hacer.
Por su parte, Modric es calidad, es la clase. Kroos ha salido sin calentar, solo preocupado por atarse bien sus vendas de las piernas y sus tobilleras, y ha sido uno de los mejores. Y Casemiro; Casemiro es Casemiro y pocos podrán igualarle. A día de hoy, ninguna sala de máquinas luce de la misma forma, por lo que se considera una de las más valiosas del planeta.
Sin embargo, queda mucho camino por delante, mucho por jugar y por demostrar, pues, de momento, solo se han cosechado tres puntos en Champions y cinco en Liga.
Imágenes: Diario El País.
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