El Granada C.F. ha comenzado la temporada 2017/2018 con cierto parecido a la famosa expresión que se cita en el título de esta entrada. Se han generado expectativas, se ha vendido un proyecto interesante y ganador, pero lo cierto es que hasta ahora, y después de cinco partidos, los resultados no acaban de llegar.
Cuatro empates en liga y una sonrojante derrota en Copa son el balance de este nuevo Granada en su inicio de temporada, campaña en la que vuelve a jugar en la División de Plata tras seis años seguidos en Primera División.
Han llegado jugadores con nombre, como son Javi Varas, Joselu, o la permanencia en el equipo del delantero Adrián Ramos, algo que ha ilusionado a una afición muy quemada ya. Una afición capaz de aguantar como la temporada pasada el Granada se arrastraba por los campos allá donde iba, ofreciendo un esperpéntico espectáculo. Es por eso que en este inicio de nuevo proyecto quizás haya menos paciencia y más ansiedad. El Granada lleva 18 partidos oficiales sin conocer la victoria, por lo que es totalmente comprensible la inquietud de algunos sectores de la afición.
Sin embargo, hay una clara mejoría respecto al año pasado. Este equipo si lucha junto, si pelea cada balón. Es cierto que hasta ahora no se ha visto una clara idea de juego, pero con el tiempo, cuando todas las piezas encajen, los resultados llegarán. De momento no conocen lo que es perder en Liga, y en la mayoría de los partidos se ha estado más cerca de la victoria que de la derrota.
De todas formas, quedan bastantes cosas por pulir. Un equipo que quiere estar arriba no puede permitir que estando en inferioridad numérica el rival le empate el partido, y no solo eso, sino que se lo remonte en los últimos instantes del partido. Al final una carambola evitó el desastre el pasado domingo ante el Tenerife, pero estuvo muy cerca.
Hay un aspecto positivo, y muy importante en esta categoría, que también hay que destacar, y es que la pizarra por el momento funciona. A balón parado se están generando muchas ocasiones y han llegado goles.
En conclusión, hay que armarse de paciencia. Esta es una liga muy igualada y larga, y con trabajo y esfuerzo para pulir los errores, este equipo alcanzará su mejor forma, y con la ayuda de esos jugadores que pueden marcar la diferencia comenzará a ganar partidos. Aunque, por supuesto, hay que exigirles más, porque hay 10.706 abonados a los que se les ha vendido un proyecto ganador, y que no esperaban para nada este inicio.
Paciencia y comprensión, pero sin perder la exigencia.
Imagen: CD Tenerife
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