A la hora de analizar un fichaje hay varios factores a tener en cuenta: calidad neta del jugador, papel que puede desempeñar en el equipo al que llega, precio y seguro que muchas aristas más influyen en la decisión final del club pagador para realizar la inversión. A veces, nos parece que un jugador de gran calidad no encaja del todo en el sistema de su nuevo equipo, algo que se suele compensar aludiendo a que los mejores jugadores funcionan en cualquier contexto. El caso del jugador que analizamos hoy es el opuesto, según mi visión. No tiene el nivel absoluto como para decidir partidos de alta enjundia pero sí que se le atisba una adaptación fácil y coherente en el funcionamiento de su nuevo club.
Alex Oxlade-Chamberlain, tras coquetear con varios clubes durante el verano, ha fichado finalmente por el Liverpool. A sus 24 años, el futbolista inglés necesita relanzar su carrera tras su llegada a la élite de la mano de Arsène Wenger en el Arsenal. En Londres ha jugado en varias posiciones, actuando tanto por dentro como interior como por fuera, ya fuera de extremo, volante o recientemente como carrilero izquierdo en una defensa de cinco. Destaca más con espacio alrededor, donde puede exhibir su potencia física para transitar y desbordar en carrera. Esto le permite aportar cerca del área tanto llegando por banda para la asistencia como tomando la frontal para mostrar su buen disparo. Técnicamente le falta finura, algo que hizo a Wenger ponerlo cada vez menos en la sala de máquinas que suele entregar a piezas más precisas como Granit Xhaka o Santi Cazorla.
Jürgen Klopp puede darle a Chamberlain un contexto idílico para subir su nivel. El fútbol de transiciones que está realizando en Anfield comandado por especialistas como Emre Can, Sadio Mane o Mohamed Salah, encaja muy bien con la capacidad de desplazamiento del inglés, que si bien no puede aportar un extra de calidad neta, tampoco es inhábil como para entorpecer las fugaces transiciones reds. Probablemente el técnico alemán lo utilice con más frecuencia en el interior de su 4-3-3, encargado de la presión y del lanzamiento de sus veloces piezas ofensivas, a la vez que autorizado para cargar el área. Falta ver hasta dónde puede exprimir Klopp a Alex y cuánto puede dar de sí el nuevo jugador del Liverpool en un contexto a priori favorable.
Foto: Goal.com.
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