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Federer vuelve a brillar en su jardín

El suizo se alzó este domingo con su octavo Wimbledon al derrotar a Marin Cilic por 6-3, 6-1, 6-4. Roger Federer, que ascenderá a la tercera posición del Emirates ATP Ranking, también consigue el billete para las ATP Finals, disputadas en el O2 Arena de Londres, donde ya le espera Rafael Nadal.

No tenía Marin Cilic las estadísticas consigo antes de la final, puesto que el croata sólo había conseguido una victoria en siete partidos contra Roger Federer. Aun así, el partido prometía. El único precedente en hierba entre ambos fue uno de los mejores partidos de la pasada edición. En esa ocasión, el suizo tuvo que remontar para ganar por 6-7(4), 4-6, 6-3, 7-6 (9) y 6-3.

La final la inauguró Cilic al servicio. Empezaron muy erráticos, atenazados por los nervios. Fue el croata el que dispuso de la primera bola de break del partido en el cuarto juego, cuando Federer acumulaba ya dos doble faltas. No pudo concretarla el jugador de Medjugorje y fue Roger el que, en el siguiente juego, consiguió la primera rotura del partido.

Ese break fue un punto de inflexión en el encuentro, puesto que con el marcador a su favor, el de Basilea empezó a dar rienda suelta a su tenis rápido e impredecible. Mientras, Cilic perdía el ritmo agresivo y de ataque con el que había comenzado el partido. A partir de ese momento, Roger fue el absoluto dominador del encuentro.

Con 5-3 a su favor, Federer selló el primer set al resto. En el descanso, Cilic pagó su cabreo con el banquillo. Le propinó un raquetazo después de la doble falta que le costó la primera manga.

El segundo set comenzó con un juego en blanco y con Federer manteniendo el ritmo que había impuesto a finales del primer parcial. Rápidamente, Roger consiguió un break y por la vía rápida se situaba 3-0 en el marcador.

Un Cilic fallón y desanimado nos hizo vivir uno de los momentos más emotivos. De camino al banquillo, el croata pidió la atención médica y se echó a llorar desconsoladamente. El equipo médico actuó más de apoyo psicológico, puesto que Cilic no requirió de ningún tratamiento. El jugador, visiblemente afectado, intentaba volver a la calma metiéndose bajo su toalla. Cuando el árbitro, el francés Damien Dumusois, puso fin al tiempo de descanso, el jugador saltaba a la pista aún con lágrimas en los ojos. Mientras, el público del All England le brindaba una cariñosa ovación.

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Respiraba Cilic, que consiguió su primer juego en el segundo set cambiando su patrón de juego. Errático desde el fondo de la pista, el croata optó por intentar terminar las jugadas en la red. Pese al cambio táctico, cabizbajo veía cómo Federer sacaba para hacerse con la segunda manga cuando apenas se cumplía una hora de partido.

Con un juego en blanco, Roger cerró un segundo set sin más historia que las lágrimas del croata. El balcánico pidió asistencia médica, esta vez para tratar una ampolla en su pie izquierdo. Mirka Federer sonreía relajada en el palco mientras el fisio vendaba el pie del jugador croata, con cara de pocos amigos. Contraste total entre ambos bandos.

Intentó Cilic volver a meterse en el partido con un buen arranque en los primeros juegos al servicio. Con un lenguaje corporal más positivo, frente al siempre sosegado Federer, quería quemar todas sus opciones.  Un mal juego de Marin bastó para que el helvético, al que no se le pueden conceder oportunidades, se hiciera con el break a la primera ocasión.

Con 5-4 a su favor y contando con su saque, Roger Federer se encontraba a un juego de alcanzar su octavo Wimbledon. Al segundo match point, el suizo puso punto y final al torneo de manera brillante, como no podía ser de otra manera. Ace y brazos en alto mientras miraba emocionado a su familia. Sus padres, su mujer, sus cuatro hijos y sus entrenadores se abrazaban entre ellos mientras Roger hacía lo propio con Marin Cilic en la red.

Federer terminó el partido con tan sólo ocho errores no forzados, fue completamente superior a su oponente en todas las facetas del juego. No concedió ni un break en la final, ni un set en todo el torneo. El suizo de 35 años  fue como siempre, merecedor y vencedor del título. ¡Gracias por tanto, Roger!

Fotos vía: www.mirror.co.uk www.abc.es

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