Análisis

Guardado, la calidad y la base de la jugada

Desde niños, es habitual ver cómo los futbolistas más dotados técnica y físicamente juegan como delanteros, son los encargados de marcar los goles porque finalmente es lo que da la victoria y sobre todo en los inicios porque es lo que más se disfruta: meterla en la portería. Sin embargo, conforme nos acercamos al fútbol de élite, estos jugadores de mayor calidad van adoptando otros puestos en el once y asumiendo otras responsabilidades jugando en posiciones clave para el funcionamiento coral del equipo, principalmente centrales y centrocampistas.

En el fútbol más moderno estamos viendo cómo el equipo que mejor gestiona el centro del campo es el que domina los campeonatos, siendo el mayor ejemplo la Champions League. En la más reciente era, los dos equipos más dominantes han sido el FC Barcelona de Xavi Hernández y Andrés Iniesta primero y el Real Madrid de Luka Modric y Toni Kroos después. Esto ha ido haciendo ver a los entrenadores que deberían acercar a sus mejores jugadores a la base de la jugada, donde se gestiona el ritmo de circulación y desde donde se inician los ataques con una salida de balón pulcra, segura y efectiva. Así, jugadores que inicialmente ocupaban posiciones adelantadas, cercanas al área, para ser determinantes, fueron retrasando su posición para empezar a mandar. Uno de los ejemplos más paradigmáticos fue el italiano Andrea Pirlo. En sus inicios mediapunta con un pase final excelso, terminó su carrera en Europa dominando sobradamente el Calcio desde la posición de 5, de regista, por delante de la defensa, todo ocurrencia de Carlo Ancelotti. Posteriormente, hemos visto algo similar en Xavi Hernández, que formó uno de los mejores equipos de la historia. También lo hicieron Guti, Modric o Kroos, y más recientemente Ander Herrera en el Manchester United.

Uno de los ejemplos más extremos es el de el mexicano Andrés Guardado. En España lo vimos jugar a lo largo de la banda izquierda, ya fuera de lateral o de extremo. Normalmente enfocado al desborde y a la asistencia. Su aventura por la Bundesliga y la Eredivise lo han tornado a un jugador más cerebral, que maneja los hilos del centro del campo. Toda la calidad que volcaba en el ataque ahora la invierte en la gestión del balón y del ritmo, desde esa posición de mediocentro, que ahora va a disfrutar Quique Setién en su renovado Real Betis. Una vez más, la búsqueda por el control de la base de la jugada. Mediapuntas, interiores, volantes y hasta laterales o extremos. Cualquier cosa por ganar la batalla del centro del campo.

Foto: Crónica Jalisco.

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