Mucha gente actualmente habla de los superequipos que son Cleveland y, sobre todo, Golden State, juntando a cuatro superestrellas de la liga. Pero hace 10 años se formó un Big Four que será recordado por muchos de los aficionados de la NBA, con jugadores que justamente ahora están recién retirados o en la etapa final de su carrera.
Todo comenzó el verano de 2007. Un equipo en el que brillaba una superestrella como Paul Pierce, un jugador único, capaz de hacer de todo en una pista, ya fuera anotar desde fuera, desde dentro, en el poste, defender, rebotear, contratacar… y hasta incluso jugar después de salir del pabellón en silla de ruedas. A esto se le juntaron dos de los mayores talentos de la liga en su mejor momento de carrera.
El que muchos consideran mejor tirador de la historia, Ray Allen llegaba desde Seattle. Un francotirador que se metía por todos lados mientras corría de lado a lado la pista para recibir y anotar, desde donde fuera. Y uno de los mejores 4 de la historia también, Kevin Garnett, que abandonaba la ciudad de Minneapolis que le dio todo a cambio de un traspaso que recuerda al reciente de Chris Paul. 5 jugadores, dinero y dos rondas del draft se ofrecieron a cambio del ala-pívot MVP en 2004. Este llegó a Boston para aportar una pareja que defendía la zona de manera que era impenetrable junto a Kendrick Perkins. Garnett acabó el año siendo nombrado mejor defensor del año. 
A todo esto se le sumaba el talento de un Sophomore drafteado por los propios Celtics (traspasado por los Suns). Rajon Rondo fue pura magia, la varita que repartía la pelota a ese backcourt de la muerte con Allen y Pierce fuera de la pintura, sus fake pass siempre se recordaran, a la vez que sus penetraciones, sus defensas, sus locuras, y sus inicios de partido en los que golpeaba el balón con la cabeza, una estrella que vivió ahí su mejor etapa como jugador. Sin olvidarnos de jugadores como el perfecto defensor Tony Allen, el veterano Sam Cassell, La mamba blanca Brian Scalabrine, o los dominadores Leon Powe y Glen Davis
Era el equipo perfecto, los verdes volvían a ver a un grupo de jugadores hecho para dominar la NBA como 20 años antes con Bird, McHale y Parish, y así fue. Este equipo fue campeón de la NBA en 2008 con Pierce como MVP de las finales y Doc Rivers en el banquillo. Aunque no fue fácil. Unos playoffs muy duros en los que se tuvieron que enfrentar a 26 partidos, dos séptimos partidos en primera y segunda ronda, contra los Hawks de Josh Smith, Joe Johnson y Al Horford y los Cavs de Lebron e Iglauskas. En las finales de conferencia se tuvieron que medir a los Pistons de Billups, Hamilton y Wallace a los que derrotaron 4-2, volviendo así a unas finales, y volviendo también a jugar las finales precisamente contra sus archirrivales: Los Angeles Lakers.
La final fue una final a 6 partidos memorables con dos equipos que marcarían época en esa primera década. Pierce contra Bryant, los dos mejores jugadores exteriores de principios de siglo defendían sus colores ante la expectación de todo el país. 6 partidos con rivalidad máxima en los que acabó llevándose el anillo Boston, ganarían su decimoséptimo anillo y devolverían el Larry O Brien a su trono.
Este equipo me enamoró, como a alguno más de vosotros que se os cae la lagrimilla por recordarlos, y por ellos a día de hoy entre otras cosas soy aficionado de los verdes, Y digo yo… ¿este Big Four de ensueño de Rondo, Allen, Pierce y Garnett, le plantaría cara al de los Warriors de Curry, Thompson, Durant y Green? Nunca se sabrá, pero quizás el año que viene conmemorando los 10 años de este superequipo, Boston pueda medirse a estos Warriors con otro Big Four que puede sonar fuerte y volver a darnos una rivalidad entre Massachusetts y California.
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Fotos vía: NBA
