Opinión

Una bola demasiado grande

Son muchos los casos, muchas son las “trampas” al solitario que se hace el Athletic Club con respecto a su filosofía, de la cual, año tras año, puede percibirse la tenencia de unos límites demasiado difusos. Una bola demasiado grande que está a punto de romperse.

Sabedores de que la actualidad está regida por una globalización en su máxima expresión, crecen enanos alrededor de la directiva zurigorri. Son muchos ya los jugadores que llegan a Lezama y entran con calzador en la particular filosofía de fichajes del conjunto rojiblanco.

Para adentrarnos un poco más en este tema, cabe recordar los términos escritos en los estatutos del club presidido por Josu Urrutia:

“Nuestra filosofía deportiva se rige por el principio que determina que pueden jugar en sus filas los jugadores que se han hecho en la propia cantera y los formados en clubes de Euskal Herria, que engloba a las siguientes demarcaciones territoriales: Bizkaia, Gipuzkoa, Araba, Nafarroa, Lapurdi, Zuberoa y Nafarroa Behera, así como, por supuesto, los jugadores y jugadoras que hayan nacido en alguna de ellas”. 

Youssouf Diarra, Aymeric Laporte, Deiby Ochoa y Enric Saborit (lacanteradelezama.com)

Atendiendo a la formación en clubes de Euskal-Herria es donde no se establecen de forma certera los límites porque no existe una edad máxima o una categoría determinada que delimite quién sí está formado en un club de la histórica región y quién no.

También, queda claro que los jugadores cuyo único propósito para llegar a Lezama o a cualquier cantera vasca sea el fútbol, y no cualquier otro agente externo, no entran en la peculiar filosofía.

El último caso acontecido es el del jugador fichado para las filas del Basconia, tercer equipo rojiblanco, Youssuf Diarra, mediapunta juvenil de la Txantrea, club convenido de los de Ibaigane, que llegó desde Mali a los 8 años con destino en Lleida. Desde el verano pasado militaba en el club pamplonés, con el que jugó en Tercera División, puesto que decidió continuar con sus estudios en la capital navarra. El jugador participó en unas jornadas de tecnificación que anualmente convoca el Athletic para reunir a jugadores sub-23 de clubes convenidos para poder incorporar a los que estime oportuno la dirección deportiva.

Las redes sociales arden

Gran parte de los aficionados muestran su disconformidad con este tipo de decisiones, exigiéndose una determinación y aclaración de la filosofía, poniendo a esta unos límites claros para decir quién sí y quién no.

El precedente más reciente y parecido al caso de Diarra es el siguiente: el joven lateral derecho Deiby Ochoa, nacido en la ciudad colombiana de Medellín y formado en la cantera del Comillas (club de La Rioja) y captado en el centro de tecnificación de la Oyonesa, club convenido del Athletic, para finalmente recalar en las filas del Basconia con tan solo 16 años. Este caso se peculiariza aún más cuando el propio club incluye la ficha del jugador cambiándole el apellido por “Otxoa”.

No hay que irse demasiado lejos para encontrar más casos como estos. Mísmamente, en la primera plantilla rojiblanca se encuentran dos jugadores en la misma situación. Enric Saborit llegó al club rojiblanco, procedente de la cantera del Espanyol, habiendo nacido en tierras catalanas, debido a que sus padres se separaron y su madre se trasladó a trabajar a Vitoria cuando Enric aún tenía 16 años. También, Aymeric Laporte, nacido en Agen, de la región de Aquitania francesa, recaló en el Aviron Bayonnais, también convenido, con 14 años y en calidad de cedido, sin ningún otro objetivo más que su evolución futbolística, para finalmente acabar en las filas del juvenil del Athletic.

Santi Ezquerro durante un partido con el FC Barcelona.

Muchos son los nombres en situaciones similares: David López (La Rioja), Aranzubía (La Rioja), Mario Bermejo (Cantabria), Borja Viguera (La Rioja), Santi Ezquerro (La Rioja)… La bola cada vez es más grande, y está cerca de estallar. Muchos dirán que estas críticas recientes proceden de la raza de color de jugadores como Diarra y Ochoa, pero contrastaría demasiado con jugadores como Williams o Ramalho, respetados en San Mamés como a cualquier otro.

La actualidad

La captación por parte de la dirección deportiva rojiblanca, encabezada por José María Amorrortu, es cada vez más complicada. La natalidad ha disminuido y son más los clubes vascos en el fútbol profesional con una capacidad económica muy superior a años anteriores y que se nutren de las canteras de clubes vascos, entrometiéndose en lo que años atrás era una hegemonía dividida entre el Athletic y la Real Sociedad. También, acechan continuamente los clubes europeos, con presupuestos desorbitados acordes a la era futbolística actual, a los que ni les importa ni les cuesta desembolsar 40 o 50 millones por un jugador.

Y llegados a este punto, el entorno rojiblanco se encuentra con una decisión a tomar, ¿qué es más importante, la identidad o la competitividad?

Imagen destacada: mundodeportivo.com

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