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Veintidós de junio, el cambio en la historia

Se cumplen nueve años desde que España lograba el pase a las Semifinales de la Eurocopa de Austria y Suiza después de vencer a Italia en la tanda de penaltis.

Pocos días serán tan recordados en la historia del fútbol español como el veintidós de junio. Un día como hoy, pero del año 2008, nuestro combinado nacional entraba en la historia y lograba, más de cuarenta años después, pasar a las Semifinales de un campeonato oficial. Lo hizo sufriendo, como no, al igual que en las grandes gestas. Porque parece, que, en muchos casos, la victoria que más gusta es la que más se sufre.

Pero, empecemos por el principio. ¿Lo recuerdan? Yo, personalmente, sí. Recuerdo como nuestro equipo puso rumbo a Innsbruck, al oeste de Austria, para alojarse durante el desarrollo de la Eurocopa que ese mismo país organizaba junto a Suiza. Quizás no era una oportunidad idónea para pensar que los nuestros se pudiesen alzar con el trofeo, ya que el viaje a tierras austríacas había comenzado con polémica por la no convocatoria de algunos emblemas de este equipo.

Lejos de centrarse en las críticas, los nuestros pusieron los cinco sentidos en el partido ante Rusia. La cosa no pudo ir mejor. ‘Hat trick’ de David Villa, gol de Cesc y primeros tres puntos. En el segundo partido, otro gol de Villa rompía, al final del encuentro, la igualada en el marcador y ponía a España en la siguiente fase. Recordemos que, en aquel encuentro, Fernando Torres hizo el primero. Ya clasificados, los menos habituales completaron la primera fase perfecta. Victoria ante Grecia con goles de Rubén De La Red y Dani Güiza.

Y, con el verano recién comenzado y muchos jóvenes ya de vacaciones, toda España sintonizó la Televisión, la Radio o cualquier otro modo de retransmisión para ver el encuentro que nos medía a Italia en Viena. Recuerdo perfectamente que los jóvenes éramos mucho más optimistas que los adultos. De hecho, antes del encuentro no sabría deciros cuántas veces escuché aquello de “hoy la cagamos fijo. De Cuartos no pasamos” o “todos los años lo mismo, ya lo veréis”.

Pero aquel día no, la suerte tenía que cambiar. ¿Y por qué no ese día? El partido estuvo muy reñido y disputado. En el recuerdo quedará el gran encuentro cuajado por Puyol y Marchena en la marca con Luca Toni. O ese disparo de Marcos Senna que Buffon no llegó a blocar, pero que el palo evitó que el balón se colase en el fondo de la portería. Tampoco quedarán en el olvido dos intervenciones del gran héroe de la noche. Porque sí. Iker Casillas no solo sacó dos penaltis, sino que también hizo dos paradas de mérito que bien pudieron dejar el partido resuelto para los italianos en el tiempo reglamentario. La primera abajo, con el pie, tras un disparo a quemarropa; la segunda, sacando las alas y volando arriba para evitar que un testarazo de Toni se colase en la red.

Entre uno y otro llegamos al último minuto de la prórroga con todo por decir. Había nervios, que es normal. Pero, estos aumentaron, cuando en la última jugada del partido, Cazorla no vio un desmarque de Villa y decidió chutar a puerta. El balón se fue desviado, el punto de penalti dictaría sentencia.

Casillas cambió la historia

España debía afrontar el cese de su maldición desde los once metros. Delante de los especialistas, los dos mejores guardametas del mundo. El primero lo lanzó Villa, engañando a Buffon y haciendo el primero. Cazorla hizo lo propio con el segundo, aunque entre medias, Grosso no perdonó ante Casillas, que adivinó la trayectoria del esférico, pero no pudo detenerlo.

Tras el tanto de Cazorla, De Rossi se acercó hasta el punto de penalti y colocó el balón. Recuerdo que muchos confiábamos en que, si no fallábamos pasábamos. Iker iba a detener, al menos, uno. Y así fue. Casillas paró el segundo lanzamiento de los italianos ante De Rossi. Llega Senna, hay que meterlo. El del Villarreal no falló, al igual que Camoranesi, que puso el 3-2 en la tercera ronda.

Tras él, era el turno de Güiza. Rostro serio, con aparente tranquilidad. El futbolista español eligió su lado derecho, el izquierdo de Buffon, pero el italiano le olió las intenciones y detuvo el penalti. Vuelta al comienzo del partido. “Hoy la cagamos fijo. De Cuartos no pasamos”; “Todos los años lo mismo, ya lo veréis”. Lo que nadie sabíamos era que Iker iba a cambiar la historia. Di Natale era el cuarto lanzador italiano. Optó por el mismo lugar que Güiza, pero Iker también adivinó.

La parada nos levantó a todos del sitio, pero aún quedaba rematar. Cesc Fábregas era el hombre. Un país entero estaba pendiente de él. Iker le pidió tranquilidad. El catalán cogió el balón, lo mimó, escuchó el pitido del colegiado y disparó. El final, esta vez fue feliz. Estábamos en Semifinales, por fin. Todos fueron a por Casillas, el héroe absoluto. Y, como saben, el cuento, esta vez, tuvo un gran final.

Imagen destacada: number1sport.es

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