Estadio de la Paz y la Amistad, 23:00h de una acalorada noche de domingo en El Pireo. Quedan tan sólo dos minutos para que finalice el partido más decisivo del año y Phanatinaikos vence por más de 15 puntos a Olympiakos en su propia casa.
El conjunto dirigido por Xavi Pascual está a punto de proclamarse campeón de la liga regular y completar así su primer año al frente del equipo griego ganando el doblete (liga y copa nacional). La afición griega, haciendo gala de su fama alborotadora, provoca una pequeña avalancha en el pabellón que obliga a los árbitros a parar el encuentro. Ambos equipos corren hacia el túnel de vestuarios para resguardarse de las bengalas que lanzan los fanáticos. El grupo de jugadores del equipo visitante no puede contener la alegría y empieza a celebrar el título con la reducida moderación que les permite la extrema euforia.
Entre el alboroto, un hombre trajeado y repeinado se muestra contento a la par que comedido; es Xavi Pascual. Pasados unos minutos se reanuda el partido y Phanatinaikos se acaba convirtiendo oficialmente en el nuevo campeón de la liga A1 Ethniki.
Han pasado ya muchos meses desde que la relación entre el entrenador catalán y el F.C Barcelona Lassa llegara a su fin. Tras la mala temporada que realizó el pasado año el equipo blaugrana, la paciencia se agotó y todos los dedos apuntaron hacia Pascual como el principal responsable de la debacle de un grupo de jugadores que había perdido definitivamente la química.
En su etapa con el F.C Barcelona, Pascual ganó una Euroliga, 4 ligas ACB, 4 Supercopas y 3 Copas del Rey; pero después de más de 8 años en el club y numerosos éxitos cosechados, tanto la directiva como parte de la afición dejó de confiar en él.
El F.C Barcelona cambió entrenador y jugadores, pero una temporada más tarde el equipo sigue sin encontrar el camino que le permita volver a luchar por títulos importantes. Por su parte, a mediados de octubre del año pasado llegó a las manos de Xavi Pascual una oferta para entrenar al conjunto griego durante las próximas tres temporadas. Dado que ha conseguido alzarse con dos de los títulos de más relevancia, se puede afirmar que sus resultados han sido notables.
Parece que, por el momento, el tiempo ha dado la razón a aquellos que defendían que el motivo del mal rendimiento del equipo blaugrana residía más en la mala gestión de la directiva que en el propio cuerpo técnico. Hasta ahora, el único hecho comprobable es que el mismo entrenador, junto con la compañía de su asistente de confianza Íñigo Zorzano, continúa siendo capaz de llevar a un equipo hacia lo más alto, mientras que el F.C Barcelona seguirá un año más en busca de la regeneración que le permita recuperar el nivel de antaño.
Fuente de imagen: Mundo Deportivo
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