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La vuelta a Segunda B del filial del Córdoba CF ha tenido de todo esta temporada. Subidas y bajadas en la tabla, tres entrenadores distintos en el banquillo e incluso una remontada final para conseguir la salvación. Y, aunque ésta no ha estado asegurada hasta que el primer equipo ha confirmado la suya propia en LaLiga 1|2|3, se puede decir que el trabajo final de los jóvenes blanquiverdes ha sido para el recuerdo de todos sus aficionados.
Tres caras distintas al mando
Con 38 jornadas en juego y un ascenso a sus espaldas, la directiva del Córdoba decidió seguir apostando por Luis Carrión en el banquillo en la lucha por la permanencia. Con un comienzo bastante bueno, poco a poco el equipo fue desinflándose, pero no fue eso lo que supuso la salida del técnico del equipo, sino su ascenso al primer equipo para sustituir a José Luis Oltra.
En la jornada 17 y ocupando la decimosexta posición llegaba Carlos Losada, otro hombre de la casa. El comienzo no pudo ser mejor con la victoria por 4-0 ante el Lorca, la mayor goleada en casa de la temporada, pero eso solo fue un espejismo de lo que realmente iba a pasar con el técnico cordobés. En total estaría once jornadas cosechando solo 9 de 33 posibles puntos, suponiendo esto la llegada de una joven mente cordobesista para sustituirlo.
Jorge Romero iba a llegar a un Córdoba B con el agua hasta el cuello y que necesitaba puntos urgentemente si no quería caer en el pozo del descenso. Las sensaciones volvían a ser buenas tras un 3-0 sobre el Linense en su estreno, pero no se quedaría ahí como pasó con su antecesor. Con una buena racha de cuatro victorias consecutivas, agregadas a las victorias conseguidas con anterioridad, Romero conseguiría la salvación motivando a sus jugadores y haciéndoles jugar un fútbol eficaz ante todo.
La salvación no solo ha supuesto que la temporada que viene vuelva a jugar el Córdoba B en la liga de bronce por segundo año consecutivo, como ya pasó con anterioridad, sino que también ha derivado en la renovación del entrenador Cordobés para las próximas tres temporadas, como anunció ayer el club blanquiverde.
Esfuerzo y superación pese a los imprevistos
La vuelta a Segunda B suponía un nuevo reto para los jóvenes blanquiverdes, quienes necesitaron solo una temporada para abandonar la Tercera División tras el descenso. Una temporada fácil, entre comillas, que supuso un gran impacto en la afición cordobesista viendo que tenían un filial fuerte para asaltar la liga de bronce una vez más.
El asalto por tanto a esta categoría se llevó con el grueso fuerte de la temporada pasada y con las incorporaciones de distintos hombres que finalmente han sido muy importantes durante toda la campaña. Hombres como Mena, Pablo Vázquez o David Moreno han supuesto una gran diferencia respecto al año pasado dándole mayor competitividad al Córdoba B en una categoría más difícil.
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Con el ascenso de Carrión al primer equipo, el Córdoba B no tuvo solo un golpe duro en su banquillo, sino que también supuso el ascenso de varios jugadores con el primer equipo gracias al conocimiento del técnico catalán en sus jugadores, sabiendo que alguno de ellos podría ser de mucha utilidad para el Córdoba CF.
Todo eso supuso que jugadores como Esteve y Galán, entre otros, se ausentasen repetidamente de las convocatorias del filial para jugar en Segunda División, dándole quebraderos de cabeza en ocasiones a Losada para sustituirlos en sus posiciones y restándole cierta calidad o soluciones al equipo.
Pero pese a estos inconvenientes, el Córdoba B ha sabido finalmente resolver todos los problemas que se le acumulaban gracias tanto a la mente de Romero como a la calidad de cada uno de los jugadores que componen la plantilla, ya fuesen los titulares o los suplentes, aportando cada uno su granito de arena para que se consiguiese el objetivo deseado: volver a jugar en Segunda B la temporada que viene.
Imagen destacada: Córdoba CF
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