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Desde el fin competitivo de la última gran generación comandada por Zidane, Thuram o Desailly, que ganó consecutivamente Mundial y Eurocopa, la selección francesa ha pasado por una odisea en la que ha encadenado derrota tras fracaso. Talentos como Nasri, Ribéry o Benzema, que estaban llamados a ser el relevo, no han conseguido, por diferentes causas deportivas y extradeportivas, mantener a su país en la posición que se había ganado. Ahora, por fin, se vislumbra un futuro muy ilusionante, con una generación bleu que promete diversión y rendimiento a través de unas mezclas tan típicas de la selección francesa como potentes para marcar las diferencias.
La primera consiste en contar con un buen grupo de jugadores jóvenes pero que a la vez tienen experiencia en las grandes ligas europeas y en competiciones internacionales. Son piezas básicas en clubes potentes del panorama europeo con una edad que hace pensar en que tienen todavía potencial importante de mejora. Además, con alguna excepción (Raphaël Varane en el Real Madrid), apenas han conseguido alcanzar los éxitos más absolutos en su carrera, por lo que suman a esa juventud y experiencia, una dosis de hambre que les impulsará a tener un empuje competitivo muy potente. Por citar algunos nombres, nos referimos, además de al citado Varane, al portero del Tottenham Hugo Lloris, al centrocampista del Manchester United Paul Pogba, el del Chelsea N´Golo Kanté o al delantero del Atlético de Madrid Antoine Griezmann.
Estos fenómenos comparten otra característica que recuerda mucho a la anterior generación bleu dominante. Esa mezcla de poderío físico y finura técnica que se encuentra en pocos lugares más. El prototipo sería Paul Pogba, que domina todo el centro del campo tanto por despliegue como por calidad pura. Otros ejemplos serían el mediapunta del Borussia Dortmund Ousmane Dembélé o el delantero del Monaco Kylian Mbappé.
Citados los jugadores más importantes, sorprende apreciar cómo se vienen incorporando recientemente otras piezas que seguro serán muy útiles para los retos que afronta Francia. Novedades que han realizado un año muy positivo y que llegan con fuerza y aportando frescura. Jugadores como Samuel Umtiti, Benjamin Mendy o el citado Mbappé.
Para terminar el análisis, un hándicap y otra buena noticia. El principal reto de Didier Deschamps será encontrar un jugador que le dé, desde el centro del campo, orden y sentido a sus compañeros. Viene faltando en la convocatoria una pieza que gestione el balón y el juego, que marque el ritmo. Un director. Ni Kanté ni Matuidi ni Pogba han demostrado poder serlo, y por ahí se le escapó su Eurocopa el pasado verano. Tiene tiempo el seleccionador francés, y motivación, ya que cuenta con el apoyo del país, de sus compatriotas aficionados. Un soporte que no siempre ha acompañado a esta selección, una gran noticia para un combinado que, viendo sus elementos, será candidato a todo en el próximo Mundial de Rusia 2018.
Foto: Reuters.
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