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Este lunes, 5 de junio de 2017, ha sido aún más duro que ayer por la noche. El inicio de semana nos ha mostrado la cruda realidad. No despertábamos de una pesadilla que parece no tener fin. Para el Mallorca no cambiaba la clasificación que tanto he estado mirando las últimas semanas, dando por seguro que íbamos a llegar a 50 puntos, que desde hace unos días ya sólo podían ser 49 y no hacía yo más que ponerle puntos a mi equipo para que se equiparara un poco a los que tenía por encima para lograr salvarnos.
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Nos ha sobrado un partido pero para mal. Muy mal. Llevamos 5 temporadas de fracasos. Dos descensos, dos salvaciones en el último partido y una temporada demasiado mediocre para un equipo que no hace tanto pintaba la cara a Barça y Madrid en sus estadios. Y encima parece que esto es un pozo sin fondo.
Confieso que creí en Maheta Molango cuando llegó como CEO del Mallorca, a pesar de que junto a Fernando Vázquez trajera a 3 delanteros y dejara el centro del campo a cargo de un chaval de 18 años durante media temporada. Confieso que creí en Molango y Vázquez para una nueva temporada pero los fichajes se centraron en el centro del campo, y tanto la portería como la referencia goleadora quedaron lejos de ser referencias en la categoría. Confieso que creí que Javier Olaizola sería capaz de transmitir su garra a esta plantilla de desalmados. Confieso que perdí la fe tras la dolora derrota ante el Tenerife del mallorquín Pep Lluís Martí y que la recuperé tras el gol de Lago Junior en el 93 ante el Elche que nos dejaba a 3 puntos quedando 5 partidos. Pero tras el empate en casa hace una semana ante el Numancia, este final empezaba a estar escrito.
Maheta Molango
Es el máximo responsable de esta situación con todas sus malas decisiones. Ha invertido mucho dinero en crear y mantener una estructura irresponsable para un club de Segunda con ojeadores por medio mundo y colaboradores más pendientes de una final de Champions que del futuro del equipo al que (se supone) que representan. Molango comparecerá este martes, seguramente para pedir perdón y anunciar que continúa al mando, con lo cual todos los mallorquinistas nos tiramos de los pelos ya que no es el gestor más indicado para redimensionar de nuevo el club a la auténtica realidad. Monti Galmés probablemente continuará de presidente y Javier Recio le va a acompañar en funciones de Director Deportivo, como durante esta desastrosa campaña donde en enero no se arreglaron las carencias del equipo y se confeccionó un grupo con 4 laterales zurdos y ningún delantero centro goleador.
De los entrenadores…
que ha tenido este año el Mallorca, Fernando Vázquez me decepcionó completamente tanto por confección de plantilla como capacidad. A Olaizola le superó todo, especialmente la falta de actitud. Y Sergi Barjuan llegó tarde, arrancó mal, luego mejoró, y en el día más importante decidió poner a Yuste como mediapunta (mediocentro defensivo que lleva 40 partidos de central y de quien hablaré más adelante). Desordenó al equipo cuando más seguridad debió transmitirles y, evidentemente, el experimento acabó explotándole en las manos.
De los jugadores…
No quiero que se quede ni uno. Al igual que todos ellos, muchos mallorquinistas (yo incluido), no habíamos nacido la última temporada en la que el Mallorca jugó en Segunda B. Es verdad que muchos como Brandon o Company lo han hecho con el filial o con otros equipos. A estos dos y a alguno otro como Álex Vallejo, Pleguezuelo o Lago Júnior, les deseo que no se queden porque fuera de la isla les irá mejor. Del resto no quiero que vuelvan a la isla ni de vacaciones. Raíllo ha terminado apartado por enfrentarse a aficionados en Twitter; Juan Domínguez y Juan Rodríguez han venido de retiro; Joan Oriol y Óscar Díaz han sido los más egoístas (aunque con todo su derecho) para luego deambular por el terreno de juego; Santamaría, Moutinho y Lekic pueden reforzar algún banquillo de la categoría el año que viene. Cabrero y Culio probablemente hayan prestado ya sus últimos servicios al fútbol (aunque tienen otro año más de contrato firmado). Y luego tenemos a Héctor Yuste. Convertido en capitán, un “líder” que necesita que su entrenador le defienda cuando tiene que hablar ante los aficionados y que no es capaz de dar un par de voces. El chaval tiene la dudosa honra de haber descendido a Segunda B con ¡4! equipos diferentes: Racing, Hércules, Salamanca y Mallorca. Sin comentarios.
El futuro
está en los chavales del filial que han mantenido la categoríade bronce (y ahora ven como vuelven forzosamente a Tercera), con algún que otro refuerzo y con un técnico que sepa de qué va la categoría de bronce y tenga claras las necesidades del equipo para aspirar a algo.
La afición
Como siempre, es la más afectada. Tras anularse el viaje a Valladolid y los problemas que puso Air Europa con un tercer vuelo Mallorca-Madrid para desplazarse a Miranda de Ebro, los valientes que presenciaron el esperpento bajo la lluvia de Anduva merecen una mención especial, ya que además vieron como su capitán y los máximos dirigentes pasaban de acercarse a ellos o dar explicaciones en público. Una auténtica vergüenza ya que los cerca de 10 mil socios son la base en la que cimentar el regreso y la continuidad de la entidad.
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Para el último partido de liga se prevé una entrada muy pobre y una severa protesta tanto a los jugadores como a Molango y su séquito, al contrario de lo sucedido con el anterior descenso o con las últimas temporadas.
Hasta hace poco tiempo, los recuerdos más dolorosos eran las derrotas en las finales en Birmingham (Recopa) y Valencia (Copa del Rey). Quizás fueron unos momentos que un club como el RCD Mallorca no vuelva a vivir en muchos años. Pero este último lustro está poniendo a prueba nuestro sentimiento por este club al que, evidentemente, seguiremos apoyando allá donde vaya y en la categoría que esté.
SEMPRE AMUNT! FORÇA MALLORCA!
(Imagen principal vía www.marca.com)
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