Max Holloway se ha coronado campeón del Peso Pluma al acabar con el brasileño José Aldo en el UFC 212 de Brasil. En la tercera ronda, el hawaiano vivió su momento de inspiración y noqueó al local.
Las artes marciales mixtas son justas dentro de lo que cabe, el problema es que en ocasiones se salen de la línea y se meten en derroteros inexplorados. Es esto lo que ha sucedido esta pasada noche en el Jeunesse Arena de Río de Janeiro, una en la que Aldo debería haberse llevado el gato al agua y donde la justicia no ha estado de por medio.
En efecto, el brasileño, que tenía a todo el estadio de su parte, disputó uno de sus mejores combates como profesional en sus dos primeras rondas. Lanzando combinaciones de ‘1-2‘, anuló al americano y consiguió bajarle la guardia. Y es que, desde la primera ronda, el poder del enfrentamiento fue suyo. José supo gestionar el minuto a minuto, mantener la distancia y atacar de forma adecuada. Sin duda alguna, el primer asalto no tuvo dueño, aunque para poco valdría.
Este mismo episodio se vivió en el siguiente, donde el de Río se puso el mono de trabajo y esperó pacientemente para atacar con soltura el rostro de Holloway. El estadounidense no tuvo opciones de reacción, sobre todo en un final de ronda donde tan solo el alardear pudo salvarle de un posible ridículo. Varias combinaciones de Aldo terminaron la ronda con todos los jueces viendo algo claro: la victoria la tenía en el bolsillo.
Lo cierto es que Max no estaba haciendo su mejor duelo, aunque siempre queda ese punto de sorpresa que puede aparecer en esto de las MMA. Justo fue este pequeño matiz lo que le sirvió para subirse a las barbas del gigante, y nunca mejor dicho. Con un golpe de derecha en el mentón izquierdo del campeón, el joven de 25 años lo tumbaba y realizaba una de esas estrategias de Jiu-Jitsu que pasarán a la historia. Golpe tras golpe en la cabeza, José se iba debilitando, a pesar de que fuera conocedor de que la grada estaba con él, y de que no podía rendirse.
A sus 30 años, el chico del 26-2, iba a pasar a un 26-3 después de que John McCarthy parase el duelo por K.O. Técnico. Ni siquiera Holloway, que se tiraba al suelo mirando a la jaula, creía lo que había conseguido, dado que era, sin duda alguna, una de las mayores sorpresas del año en la UFC.
En su victoria número 11 de manera consecutiva, conseguía coronarse como campeón del Peso Pluma tras la concesión de Conor McGregor a la empresa americana. Sin esperarlo, acababa de hacer historia. No siempre las artes marciales reflejan en el resultado lo que de verdad sucede en el octágono.
Imagen: MMA Fighting.
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