Sin categoría

27 de Mayo en la memoria

Un 27 de mayo, a las 23:45 de la noche, en el Estadio Vicente Calderón de Madrid, justamente en el sector 208. Sentado, con la mirada al frente, viendo como las miles de personas abandonaban en el estadio, escuchando y sintiendo el aire como acariciaba mi cara tras un día de intenso calor. Tenía una extraña sensación, estaba entristecido y enfadado por la derrota de mi equipo, otra vez, la segunda vez que juega una final y la vuelve a perder. Pero… algo especial tenía ese aire que me golpeaba la cara. Me hizo sacar una sonrisa de esa cara entristecida, fue de alivio, pero no solo por el calor si no, porque me hizo recordar todo lo vivido estos días…

Las 08:17 de la mañana, por la ventana del alojamiento empezaba a entrar el intenso calor madrileño que, junto a los nervios del gran día, hacía imposible el poder dormir. A las 09:00 decido dejar de dar vueltas en la cama y darme una ducha. Cuando mis amigos y yo ya nos habíamos puesto la elástica azul y blanca bajamos al metro hacía la estación de Laguna, lugar donde se situaba la FanZone Albiazul “Araba Hiria”. Por el camino un constante ir y venir de gente vestida de albiazul nos saludaba con un “Aúpa Alavés” y gente autóctona nos animaba con “hoy a ganar si o si”.

Una vez en los alrededores de la FanZone, decidimos acercarnos a un bar para almorzar tranquilamente. Pero de tranquilos nada, los nervios me recorrían el cuerpo de arriba abajo. Una vez dentro, nos quedamos asombrados de lo bonito que era todo, en azul y blanco. Nos pasamos el día entrando y saliendo a los bares de alrededor donde el ambiente era festivo y de buen rollo. Siempre con gente conocida y aunque no lo fuera daba igual, te hacías amigo suyo.

Las 18:30, se acercaban las 19:00, hora en la que Iraultza 1921 había citado a todo alavesista a la salida de la Araba Hiria para empezar con el corteo. Vaya corteo, el más grande que jamás había hecho el alavesismo. Recuerdo mirar hacia atrás y empezar a llorar emocionado, toda esa gente se había unido con el fin de alentar al Deportivo Alavés. En ese momento empecé a llorar y no paré hasta finalizar el partido.

Las emociones continuaron, entrar al Vicente Calderón y pensar el porqué de estar ese día ahí… la piel de gallina, empezar a ver el tifo… la piel de gallina, ver a la mitad del estadio animando y cantando el himno… la piel de gallina, tener a mi lado a un niño animando y llorando por el Alavés… la piel de gallina, ver a mi equipo (por equipo me refiero a jugadores y afición) totalmente unida… la piel la gallina.

La piel de gallina que el aire me calmó mientras estaba sentado a las 23:45 en el Vicente Calderón.

Imagen destacada: Yeray Cuesta

Síganme en @YerayCuesta y sigan toda la información y actualidad deportiva en @SextoAnillo, en www.facebook.com/sextoanillo o en nuestro Instagram: sextoanillo.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *