Análisis Opinión

Real Valladolid: De la aspirina del Pizjuán al Cholismo Herreriano



Quien le iba a decir al Real Valladolid que la debacle en el Sánchez Pizjuán frente al Sevilla Atlético cinco jornadas atrás le iba a venir que ni pintado al conjunto dirigido por Paco Herrera.

Desde entonces, el plantel vallisoletano ha experimentado, sin grandes alardes, no nos engañemos, una catarsis a nivel mental y por qué no decirlo, a nivel de juego, lo que se ha traducido en tres victorias y un empate en las jornadas posteriores a aquel día D.

Y es que la mentalidad del partido a partido instaurada desde aquel entonces da la impresión de haber quitado bastante dosis de presión sobre la plantilla y sobre la afición, que se veía abocada a un año más de apretar los dientes hasta las últimas jornadas para no tener que lamentar mayores daños de los ya sufridos hasta el momento.

Las claves de este cambio de tendencia se podrían explicar atendiendo a varios enfoques:

El sistema



En lo que a ello se refiere, el cambio al juego con extremos parece haberle sentado bien a este Pucela, ya que, a falta de claridad en el juego combinativo en el centro del campo, algo que le ha lastrado desde el inicio de la temporada, Paco Herrera ha contado con un sistema alternativo de  juego por bandas, un ansiado plan B.

Se ha encontrando con un tal Cristian Espinoza, el argentino incorporado en el mercado de invierno y presentado en primavera, que lejos de ser una pieza sin peso específico en el once, se ha convertido en un fijo del equipo inicial mostrando una clara evolución de menos a más con cada una de las actuaciones que ha ido sumando a lo largo de su corta estancia en Valladolid, aportando profundidad, regate y nutriendo de balones a la línea más centrada del ataque.

Sumado a éste y equilibrando la banda izquierda, un ya conocido José Arnáiz, que con el avance de la temporada parece haber tomado el mando en lo que a tirar del carro se refiere, aportando ese grado de desenfado y osadía que hacen falta en momentos de planicie en el juego, y que ha dado como resultado un juego más vertical y directo hacia la meta rival, sin rodeos, y que le ha premiado además, con goles, situándose como segundo máximo artillero del equipo.

Y es que se echaba de menos una alternativa de juego que no pasara por los mediocentros puros, llámense Míchel, Joan Jordán o Álex López, que en muchos momentos de la temporada han resuelto la papeleta-sobretodo los dos primeros- pero que en otras no han hecho más que llevar la desesperación hasta al más paciente de los aficionados con juego horizontal y hacia atrás.



Además, esta combinación de “planes” parece haber quitado algo de presión sobre estos, pudiendo descargar en muchas fases de los encuentros el balón a banda y poder oxigenar las zonas centrales, generalmente más pobladas.

Todo ello ha repercutido en los laterales, ahora menos preocupados de tener protagonismo en el juego ofensivo, que por otra parte mejor para todos, fijándoles más atrás sin perder su marca pero dando apoyo a las transiciones defensa-ataque.

Jugadores clave

A los ya nombrados José y Espinoza, cabe destacar a Raúl de Tomás. El jugador cedido por el Real Madrid está demostrando con sus buenas actuaciones y sobretodo, con sus números, que todos estábamos equivocados calificándole de jugador revulsivo y de segundas partes. De eso nada. Con el paso de los partidos el 47 del Real Valladolid ha dejado muestras de su intachable calidad, trabajo, hambre y olfato goleador, lo que le ha hecho ser a día de hoy máximo goleador del equipo con 13 dianas y ser el referente principal en el ataque castellano. Su ratio goles/minutos también le avalan y ha ayudado en gran parte a incrementar la eficacia goleadora del equipo, aunque eso a día de hoy, sigue siendo un aspecto a mejorar si se quieren alcanzar metas más ambiciosas.

Si miramos al otro extremo del campo nos encontramos con Isaac Becerra. Otro jugador cuestionado- quién no lo ha estado este año en Zorrilla– que ha dado el do de pecho en estas últimas fechas, pasando de quitar a dar puntos con actuaciones de mérito, sobretodo en momentos puntuales como en el encuentro disputado en Almería en el que, dos grandes intervenciones influyeron, y de qué manera en el devenir de aquel encuentro en el que acabarían venciendo por cero goles a tres.

Álex Pérez en el centro de la zaga se ha hecho con un puesto fijo y da la impresión que empieza a dar un poco lo mismo quién sea su pareja de baile. Tanto Alberto Guitian como Igor Lichnovsky, que llevaba meses sin contar para el técnico catalán, han cumplido con nota junto al central madrileño.

Todo ello ha hecho que el engranaje entre líneas sea más eficiente gracias a estos nombres propios: Una portería segura, una defensa integrada, un centro del campo con menos peso en la elaboración de oportunidades y la responsabilidad repartida con los extremos, que cuentan con un killer en el área, han hecho que Herrera rectifique con respecto a su idea inicial sin apenas bandas a pasar a tener un abanico más amplio de opciones.

La afición

O mejor dicho, la bendita afición. La frialdad con la que en ocasiones se ha definido a la hinchada blanquivioleta no se ha correspondido con la realidad visto lo visto en las gradas del estadio José Zorrilla a lo largo de la temporada.

La paciencia mostrada a lo largo del año refleja a las claras la madurez de una afición que sabe las consecuencias de crear un ambiente enrarecido, jugando esto en contra de los intereses del club.



Por ello, tras el encuentro en Sevilla se recibió al equipo con una sonora-y merecida, digámoslo-pitada; pero a partir de ahí, “los 8000 de siempre” ayudados por una grada de animación, a la cual el club debería estar eternamente agradecido por todo lo que dan a cambio de poco, o muy poco, sumados a la victoria frente al Elche, la buena imagen frente al Numancia, en el que no se ganó por la falta de puntería y los tres puntos frente al Mallorca en casa hicieron el resto.

Así, los pucelanos estarán arropados este próximo sábado en Miranda por unos mil aficionados que se desplazarán hasta Anduva para dar su aliento e intentar ayudar al equipo a llevarse los tres puntos en la maleta de vuelta a la capital de Castilla. De ser así, habrá que ver cuántos más se suman a la campaña lanzada por el club bonificando los precios de las entradas para los dos últimos partidos en casa frente a Getafe y Cadiz.

La mentalidad

Seguramente sea el aspecto más importante. Ha quedado demostrado desde casi los inicios de esta temporada que a este Real Valladolid no le viene bien mirar más allá de los siguientes siete días.

Sevilla ha sido, sin lugar a duda, el punto de inflexión más marcado del año y es que, en ocasiones, no hay nada mejor que tocar fondo para empezar a ver las cosas desde la perspectiva adecuada.



Ese día quedó claro que el nombre y el escudo no ganan los partidos, y también que con el nivel de esta plantilla en esta segunda división, cualquier equipo puede hacerte un roto en cualquier descuido. Parece haberlo entendido-a las duras- el conjunto vallisoletano, mostrando una intensidad constante desde el inicio, cosa que, sobretodo en los partidos lejos de Zorrilla, no estaba siendo habitual.

Quizá ese mentalidad del partido a partido que tan presente ha estado estos últimos años en la escena del fútbol nacional haya hecho mella en los jugadores que forman la plantilla, y sin lugar a duda ha hecho, al menos de momento y a la espera del partido de Miranda, que consiguiendo los tres puntos se consiga la mejor racha de puntuación de las últimas tres temporadas. Ya casi nadie recuerda cuándo el Real Valladolid enlazó tres victorias consecutivas.

Si las circunstancias se dan de la mejor manera posible, estaremos hablando, por fin, de un Pucela como serio candidato a jugar los playoff de ascenso a la máxima categoría, y siendo además un rival temible viendo la tendencia de este último tramo de temporada.

Da la sensación de que el éxito o el fracaso depende del propio Real Valladolid, que ha sido capaz por sus propios medios de caer y volver a levantarse; ahora toca esperar y confiar en que esta tendencia dure, al menos cuatro jornadas más. Sería un primer paso para lograr el objetivo de pelear por la primera división, y de no conseguirlo, de afianzar el proyecto que se vendió a principio de temporada con la llegada de Paco Herrera. Veamos que acurre, eso si: Partido a partido.

Imágenes




Vía la liga.es y realvalladolid.es

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